Este domingo 20 de agosto se conmemora en nuestro país el Día de las Infancias, un evento que fue creciendo también a nivel mundial desde su concepción en 1954 y que se celebra en Argentina desde 1960.
En aquella ocasión, la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) recomendó destinar una fecha para fomentar la fraternidad entre los niñes del mundo, además de promover su bienestar en lo social y cultural.
Hasta el año 2020, la jornada era reconocida como el Día del Niño, definición que luego se modificó cuando el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Argentina, a través de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), propuso llamarlo Día de las Infancias o de la Niñez.
Sin dudas, nuestro país es reconocido mundialmente por ser uno de los rincones del mundo en donde más se desarrolla la cultura. En muchos casos, ese ámbito es destinado para les más chiques, quienes reciben su buena dosis de entretenimiento, juegos y diversión.
La misma puede hallarse en nuestro hogar en donde se pueden disfrutar de diversos programas educativos de televisión. También puede encontrarse en la escuela o en escuelas de dibujo, ámbito idóneo para el desarrollo de artes tales como la pintura y el dibujo.
Finalmente, otros espacios culturales ideales para las infancias son aquellos en donde se realizan las visitas guiadas recreativas, como museos u otras áreas de esparcimiento, adaptados para que las infancias de todes las clases sociales conozcan, aprendan y crezcan con bienestar.
Sin embargo, uno de los espacios en donde brilla la cultura es el teatro, lugar físico en donde la magia de la imaginación florece ante cada risa, cada sonido, cada color puesto en escena. Uno de los grandes exponentes dentro del público infantil es Matías Tisocco, actor, periodista, locutor y creador digital.
Matías es un fiel representante a la hora de difundir su trabajo cultural a favor de las infancias. Actualmente, posee un espacio llamado SOCCO Kids, el cual se encarga de realizar obras de teatro para escuelas primarias y shows para chiques. Nino y Guti; Mati Mitti y L-Fante son algunos de los personajes que brillan en su performance.
Conociendo el detrás de escena: ¿Quién es Matías Tisocco?
Matías Tisocco nació en Concordia, Entre Ríos y reside en Buenos Aires desde 2010, aunque considera a Mocoretá, Corrientes, como su pueblo de origen. Egresó de E.T.B.A (Escuela de Teatro de Buenos Aires) de Raúl Serrano. En su crecimiento actoral, realizó seminarios y talleres como: Pedagogía teatral en E.T.B.A con Raúl Serrano; Taller «Acciones creativas, la voz en escena» con Gabriela Aguilera (Chile) y Entrenamiento y montaje con Ricky Pashkus.
También desarrolló el curso de Actuación frente a cámara con Manuel Vincente y el Seminario de teatro ruso dictado por Daniel Suarez Marzal. Finalmente, estudió canto con Corina Sztryk y Rubén Goldin.
Pese a haber trabajado actoralmente para la televisión y obras de teatro para adultos, su vocación es el público infantil. Allí se destacan algunos trabajos, muchos de los cuales dirigió, tales como: «K P Rucito», «Mati Mitti juega y aprende”, “Nino y Guti en un Eco-aprendizaje”, «Expedición Nahuelito», “La Sirenita”, “Capitán Espárrago” y muchos más.
Además, es editor del medio digital Nota Al Pie desde el año 2020 hasta la actualidad. Cuenta con su propio canal de YouTube, en donde muestra videos educativos sobre colores, formas geométricas, animales y en donde enseña tareas tales como ordenar la habitación o lavarse las manos, para que les niñes se eduquen jugando.
Por otro lado, realiza el Podcast Charla SOCCO a través de su cuenta de Instagram y YouTube, abordando entrevistas a diversos personajes del arte y la comunicación. A continuación, les compartimos la entrevista que Nota al Pie le realizó a Matías Tisocco, quien, sin proponérselo, encontró en les niñes su vocación para transformarse en un hacedor de las infancias.
Un artista que comenzó sin querer queriendo
Tienes una trayectoria actoral infinita, que nació sin que te lo propusieras…
Es cierto. En mi infancia actué en actos escolares pero nunca pensé ser actor. Posteriormente, cuando vine a estudiar a Buenos Aires, estaba entre dos opciones: la actuación y la locución.
A los 16 años en la escuela secundaria de mi pueblo tenías que decidirte por varias opciones y me incliné por el teatro, aunque no supe por qué. Luego, cuando terminé el colegio, la profesora de teatro me dijo que tenía que seguir, porque tenía potencial.
En Buenos Aires estudié Periodismo pero la actuación estuvo siempre dando vueltas. Por ejemplo, en la carrera estaba la materia de Literatura, donde representaba escenas y personajes de los libros que leíamos.
Hasta que, un día, llegué a la escuela de actuación de Raúl Serrano, un gran maestro de actuación de Argentina y del mundo. A los 26 años, empecé a mechar periodismo y actuación. Sinceramente, para lo que es el mundo de la actuación, comencé grande.
Pero lo lindo de la actuación es que no hay edad para estudiar. Llegué a la conclusión de que hay que comunicar de diferentes maneras y formas.
Escribís y dirigís tus obras, además tenés tu canal educativo en YouTube y creas personajes…¿Cómo fue introducirse en ese mundo?
En un momento empecé a querer participar en castings y en uno de esos momentos llegó una obra infantil de casualidad. Tenía dudas porque en esa época tenía la idea que era algo menor en la actuación pero me di cuenta que nada que ver.
Fui aprobado en el casting, tenía mucho feeling con los chichos y eso que no tengo hijos. Se me dio muy bien el tema personajes, voces. Finalmente, hice muchos infantiles en los que había que bailar, cantar, y también giras por todo el país.
Tu primer infantil fue en el 2009, más precisamente “El Capitán Espárrago”. ¿Recordás la experiencia?
En aquella obra hice de un cacique y después actué en “Hada Madrina, una sonrisa musical”. Era la época de la gripe aviar y nadie iba al teatro, pero después seguí y continúo hasta el día de hoy. Actualmente tengo mi productora, mis propios personajes, los cuales escribo, actúo y dirijo. Nino y Guti fue la primera obra que escribí y dirigí desde el 2014 y hasta la fecha.
En tu infancia, ¿Quiénes fueron tus referentes?
Sin duda Carlitos Balá. También todo lo que hago (los personajes) tiene que ver con muchos dibujos animados: el pensarlo exagerado, cómo puede reaccionar un chico. Empleo mucho el manejo de eso, con una lógica distinta al adulto.
Todes tenemos ese niñe interno que nos conecta con el pasado, ¿eso se va perdiendo en la vida adulta?
Puede ser que uno se olvide cuando crece por las responsabilidades o la vida misma. Soy un privilegiado en ese sentido porque en el escenario estoy creando algo y me conecto con ese juego, tiene que ser entretenido para quien lo ve.
También busco crear obras para niños pero que también sean entretenidas para las familias, porque los adultos están ahí con los nenes y no quiero que se aburran.
Muchos actores y actrices manifiestan que el público infantil es exigente y muy crítico, ¿Cómo lo percibes en escena?
Es un tema cada vez más complicado, pero lo digo en el buen sentido: es un desafío hacer teatro infantil. Porque hoy en día, los niños tienen muchas distracciones o estímulos. Todo es rapidísimo, como un TikTok o un video.
Esto disminuye más en atender lo que ven. Tenés que luchar con eso y hacer algo entretenido y lindo a la vez teatralmente para que los chicos se enganchen. El público infantil es exigente porque a diferencia del adulto, nosotros tenemos una formalidad.
Quizás vemos una obra, que por ahí aburre, pero te quedas hasta el final y aplaudís por respeto. Pero si a los chicos no les agrada, se distraen, hablan con el amiguito, se aburren, etc.
Por suerte, hace poco hice la función de Nino y Guti en Corrientes, por el Día del Jardinero para los nenes del jardín de infantes. La obra gustó a pesar de que es del 2014, aunque la actualizo porque enseguida me doy cuenta si hay algo que no agrada o qué es lo que pega más.
¿Cuál es la obra infantil que marcó tu vida actoral?
Sin duda Nino y Guti, porque no solo la llevé por todo el país, sino que la hice en escenarios grandes y lugares chicos. Un día la hice con nenes casi pegados al escenario porque se largó la lluvia, otra vez en el patio de una escuela nos metieron en un saloncito ínfimo para actuar.
En definitiva, me marcó porque es mi creación, con el personaje que siempre quise hacer, tiene anteojos grandotes y las canciones son originales, que hablan de la temática ecológica que tanto me gusta.