La Asamblea Semillas Libres Ya! realizará una conferencia de prensa para informar sobre la presentación de una solicitud de Amicus Curiae en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Lo hará en relación al pedido de patentamiento de Monsanto – Bayer de la variedad de semilla MON 89788.
El evento tendrá lugar este viernes 11 de agosto a las 16, en el local de la Cooperativa Agroecológica Iriarte Verde. El mismo está ubicado en la calle Limay 1233 (primer piso), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
La Sala I de la Cámara Federal Civil y Comercial, con asiento en CABA, falló en favor de Monsanto en primera y segunda instancia. Los fallos judiciales ante el reclamo de la empresa fueron apelados porel Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI),y actualmente el caso se encuentra en manos de la Corte Suprema de Justicia.
Nota al Pie dialogó con la integrante de la Asamblea Semillas Libres Ya!, Carla Poth, quien además es Dra. en Ciencias Sociales y becaria postdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). La entrevistada afirmó: “El Amicus Curiae que presentamos busca que escuchen nuestros argumentos de por qué no es plausible el patentamiento que pide Monsanto”.
En esa línea, aseguró que hay justificaciones políticas en relación a la insustentabilidad del modelo de agronegocio y la apropiación de la semilla. También con la necesidad de generar formas de producción y alimentación sanas como la agroecología.
“Además tenemos argumentos legales”, apuntó. “Hablamos de un fallo que desconoce completamente la legislación actual y vigente en Argentina sobre las semillas y las patentes”, argumentó Poth.
MON 89788, la semilla de la discordia
Se trata de la secuencia genética MON 89788, contenida en el gen que se le inserta a la semilla de soja. La compañía Monsanto sostuvo que “provoca que el cultivo de soja tolere el glifosato, y le confiere la capacidad de tener mayor rendimiento”, lo que implica “un logro ostensible e innovador”.
Entonces, ¿cuál es el problema? Carla Poth explicó que el patentamiento de las semillas en Argentina no es posible a partir de la legislación existente. “Hay un error flagrante en los fallos judiciales que se dieron”, afirmó.
Respecto a ello, señaló que “el intento de Monsanto está en la Corte Suprema, ya pasó por dos instancias de apelación”. “En ambos casos los jueces plantearon la posibilidad a pesar de que en términos legales, tanto la Ley de Semillas, como la de Patentes en Argentina no habilitan el patentamiento de la vida y las semillas”, aseguró.
Es que el INPI en 2015 resolvió que no se consideran invenciones a las plantas, los animales y los procedimientos esencialmente biológicos para su reproducción o producción (obtención).
Así, determinó que están excluidos de la protección (por no ser el resultado de una invención): las plantas, sus partes y componentes que puedan conducir a un individuo completo sean o no modificados.
Por eso, frente al fallo favorable a la empresa Bayer – Monsanto, el INPI presentó un recurso ante la Corte Suprema. Según explicó la asociación Naturaleza de Derechos, la Secretaría de dicho organismo aún no solicitó las actuaciones principales ni hizo el pase a la Procuración General de la Nación.
“Estamos ante una incertidumbre significativa, máxime con la actual composición de la Corte Suprema que ya le ha dado varios guiños al Agronegocio”, afirmaron desde el Instituto.
Amicus Curiae y la intervención popular
Para frenar el avance de la empresa, Naturaleza de Derechos y la Asamblea Semillas Libres Ya! impulsaron una junta de firmas para realizar una acción colectiva.
El objetivo es adjuntar las adhesiones en la presentación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para solicitar que se abra una instancia de Amicus Curiae. En ese proceso pueden dar su opinión personas expertas y con trayectoria académica, libres de conflictos de intereses, sobre las semillas. Del mismo modo ocurre con organizaciones y colectivos que defienden la libertad de las semillas y la soberanía alimentaria en Argentina.
“Desde la Asamblea junto a otras organizaciones, juntamos más de 45 agrupaciones que firmaron para el pedido del Amicus”, mencionó Poth. “Buscamos poner la voz de aquellos y aquellas a quienes nunca se les pregunta sobre algo absolutamente sensible para su vida y la alimentación: la semilla”, explicó.
En esa línea, se refirió a les productores, campesines, pueblos originarios y les consumidores. “Todos tenemos una relación directa con la semilla, ya sea porque la producimos o la comemos”, afirmó.
Por su parte, Naturaleza de Derechos explicó porqué la secuencia genética que pretende patentar Monsanto es perjudicial para el medio ambiente. “El evento MON 89788, lejos está de dar un beneficio a la sociedad”, afirmaron en un comunicado publicado en su cuenta de Facebook.
Esto último se debe a que, según explicaron, “se asocia a un agrotóxico como el herbicida glifosato, considerado agente cancerígeno, disruptor endocrino, teratogénico y con otros efectos negativos en la salud”.
A su vez, Carla Poth sostuvo que el patentamiento de las semillas tiene un impacto directo en el proceso de diversidad biológica. “Su libre circulación promueve el surgimiento de mucha más variedad”, apuntó. Para ejemplificar mencionó el maíz, un cultivo al que “los pueblos originarios intercambiaron y mejoraron su semilla”.
“Esa mejora se relacionó con la circulación de la semilla, al llevarla a otros territorios para que se adaptara a nuevos climas, suelos y situaciones hídricas”, completó. “Esto tiene un impacto directo en la cuestión de la alimentación”, puntualizó, al afirmar que con los patentamientos se pone en juego la diversidad de cultivos.
“Los seres humanos necesitamos de una enorme cantidad de proteínas y vitaminas”, justificó. “La mayor variedad de semillas nos permiten tener los cultivos que requerimos para una nutrición sana y sostenible”, afirmó, al aseverar que el patentamiento atenta al derecho a la alimentación soberana.
La Asamblea Semillas Libres Ya!
En este espacio se reúnen distintas organizaciones sociales, asambleas socioambientales, espacios de agricultores y redes de consumidores. Su primer objetivo es visibilizar la necesidad de fomentar la semilla libre y la agroecología para una alimentación sana.
Lo hacen a través de las redes sociales y con charlas formativas. “Cada espacio que participa tiene ya un trabajo de base, por lo que se llevan el material que armamos para aplicarlo directamente”, contó Carla Poth.
Además, resaltó la necesidad de formarse al interior de la Asamblea sobre las semillas. “Es un tema muy complejo. La biotecnología habilitó a generar monstruosidades, por lo que se requiere de una mirada muy interdisciplinar”, comentó.
Así, explicó que es necesario conocer desde cuestiones de derecho hasta de biología molecular. Para finalizar, expresó: “Necesitamos formación para entender lo que necesita el patentamiento, y junto con eso resistir ante las constantes avanzadas que se realizan por lo menos desde el 2014”.