El pasado 4 de junio, hace poco más de dos meses, comenzó la tan nombrada contraofensiva de Ucrania. Reforzada por el armamento proporcionado por el Occidente atlantista, Kiev había prometido recuperar los territorios perdidos a manos de Rusia. Incluso no fueron pocos los vaticinios sobre la derrota del país liderado por Vladimir Putin como consecuencia de la respuesta ucraniana.
Sin embargo, nueve semanas después, la situación en el campo de batalla es radicalmente distinta a las intenciones que tenían les ucranianes. Ya no solo Rusia califica la contraofensiva como un rotundo fracaso, sino que hasta la propia Ucrania, e incluso las potencias occidentales, reconocen el casi nulo progreso de las fuerzas de Kiev.
Los datos de la contraofensiva
El viernes, a través de un comunicado, el Ministerio de Defensa de Rusia brindó detalles de la contraofensiva al cumplirse 2 meses de su inicio. Según informó Moscú, desde el 4 de junio, las tropas ucranianas perdieron más de 43 mil efectivos en su intento por romper las defensas rusas.
En esa misma línea, la entidad precisó que las tropas rusas lograron destruir al menos 4.900 unidades militares de distinto tipo. Entre ellas se encuentran 1.831 tanques, 26 aviones, 9 helicópteros, 747 piezas de artillería, 76 sistemas M777, e incluso 84 obuses autopropulsados.
Las pérdidas sufridas en el bando ucraniano, en este sentido, explican el nulo avance en el terreno de la contraofensiva. La BBC, un medio que nadie podría tildar de pro-ruso, recogió un “análisis independiente” que lo pone en números: en dos meses, las tropas de Kiev avanzaron tan solo 16 kilómetros en dos áreas a lo largo del frente de 160 kilómetros.
En concreto, el Ejército ucraniano se había propuesto avanzar en tres frentes: el norte de Donetsk, más precisamente en la ciudad de Bajmut; el frente sur, donde se une Donetsk con Zaporizhzhia; y en el lado occidental de Zaporizhzhia, en la orilla este del río Dniéper. No obstante, a pesar de la reconquista de algunas escasas aldeas, en ninguno de los tres ejes Kiev logró romper las líneas rusas.
La imposibilidad de avanzar, según varies analistas, radica en el sistema defensivo que el ejército ruso ha logrado construir. Campos de minas, zanjas antitanques e incluso hasta obstáculos de hormigón son algunos de los elementos que han servido para impedir el avance ucraniano.
La justificación ucraniana
El último sábado, en una entrevista con la agencia EFE, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió “paciencia” en relación a la contraofensiva que su país lanzó a principios de junio. “Tenemos que tener paciencia si queremos vencer. Nosotros queremos”, afirmó el mandatario. En el mismo sentido, el jefe de Estado de Ucrania admitió que “la contraofensiva es complicada; es posible que sea más lenta”.
El pasado 24 de julio, de la misma manera, el mandatario ucraniano explicó los motivos por los cuales, según su punto de vista, la contraofensiva no avanzaba como esperaba. En una entrevista con la cadena CNN, sostuvo: “Teníamos planes para iniciar la contraofensiva en primavera, pero no lo hicimos porque, francamente, no teníamos suficientes municiones ni armamentos, ni suficientes brigadas debidamente entrenadas en estas armas”.
En esa clave, el mandatario manifestó: “Como empezamos un poco más tarde se puede decir que Rusia ganó tiempo para minar todas nuestras tierras, para construir varias líneas de defensa”. Del mismo modo, Zelenski aseguró que la prioridad de la estrategia es minimizar el número de bajas en sus tropas: “Sí, entiendo que siempre es mejor que la victoria llegue pronto, esto es lo que también queremos, pero la cuestión es el precio de esta victoria”.