La agrupación argentina La Pipetúa es una compañía de ocurrencias humorísticas, sonoras y circenses, con más de 20 años de trayectoria en el país y en el mundo. Se trata del trío dinámico conformado por Sebastián Amor, Fernando Selles y Maxi Miranda, quienes ofrecen una nueva temporada de “EnSueños” bajo la dirección del reconocido actor Diego Reinhold.
Las funciones se realizan de lunes a domingo a las 15:30, en el Paseo La Plaza, Avenida Corrientes 1660, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Las entradas se pueden adquirir en la boletería del teatro o a través de este link.
Esta propuesta artística, destinada a toda la familia, narra viajes multifacéticos y divertidos mediante el universo de los sueños. De este modo, permite que uno se imagine y reconozca como verdadero creador del mundo real.
Una charla con un artífice de La Pipetuá
Para conocer más detalles de la obra, Nota al Pie dialogó con Sebastián Amor sobre su experiencia con EnSueños.
EnSueños es una obra para toda la familia donde soñar es el eje central. ¿Por qué decidieron la temática de ir a dormir como un momento mágico?
Nos gustó exponer que los sueños son un espacio donde todo es posible y desde los comienzos de La Pipetuá nos auto-denominamos: Circo Artesanal de Clowns, porque nos gusta la realización de los propios objetos, inventos, escenografía, utilería, música. Sentimos que todo se hace real cuando uno se juega la cama, también el sueño es un poco aspiracional.
En el escenario utilizan muchos recursos como el mapping, efectos de sonido, música y escenografía ¿conlleva a que la gente esté conectada con el espectáculo?
Es nuestro gran desafío a la hora de crear. Nos despojamos por completo de la realidad, llámese celular, tablet de los niños que hoy por hoy lo tienen muy a mano. En el teatro ellos se meten en un mundo mágico y con lo que decís vos, todo está trabajado, como el tema de la puesta en escena, la escenografía y todo el arte. La coreografía junto a Teresa Dugan, escenografía con Gabriel Díaz, y Diego Reinhold está en cada detalle en la dirección técnica y artística, el vestuario, en la utilería, para contar todo lo que queremos contar y aparte trabaja un gran equipo detrás del show.
Ustedes tuvieron otres directores, pero Diego Reinhold es un plus grande porque es muy conocido en el ambiente. ¿Cómo es trabajar con él?
Sentíamos que este espectáculo tenía que ser contado en gran parte por las proyecciones. Pensamos en Diego por toda la experiencia que tiene en el mapping y la interacción con las pantallas. Es un capo de la comedia musical, casi todo está marcado por él. Nos aporta mucho y además es muy amigo de Daniel Casablanca, nuestro director anterior, que no pudo estar en este proyecto.
En la obra personificas a Marito, quien es acompañado de Wilbur y Vittorio. ¿Cómo sentís tu caracterización?
Lo siento a mi personaje bastante tierno, temeroso, frágil y a la vez muy decidido en todo este entorno que hablan de los sueños, de las pesadillas. Estoy descubriendo todo el tiempo con cositas nuevas que van apareciendo, y va sorprendiéndome porque se trabaja mucho con la técnica del clown.
Ustedes interactúan con el público durante el espectáculo. En uno de los shows, jocosamente, le sacaron una zapatilla a uno de les niñes, bromearon con una de las abuelas y el público se divierte mucho
Nos gusta la participación directa del público y nos sumergirnos con ellos, jugamos en diferentes espectáculos y formas. Es justamente donde se da mucha libertad de poder improvisar con lo que aparece en ese momento.
¿Cómo catalogas al público infantil que los prefiere siempre en cada vacación de invierno?
Es increíble porque la temporada de invierno la esperamos todo el año. Nosotros, como compañía, amamos lo que hacemos. Considero que los niños representan un público súper exigente. Muchas veces se tiene como en el imaginario que no son importantes, a veces hasta se lo menosprecia; no es así porque son más directos, frontales, si tienen que decir que están aburridos, lo expresan sin problemas.
Vimos que al terminar una de las funciones, tus hijes subieron al escenario para acompañarlos, ¿Qué dicen elles de tener un papá artista?
Ellos son muy fanáticos, uno de mis hijos vino a todas las funciones que hicimos en la semana. Les encanta esa parte media electrónica sobre el final que tiene muchas luces, entonces el pibe de doce años está alucinando. Sus amigos de la escuela saben que hago eso y a mi hijo le agarró un poquito de vergüenza y orgullo, pero entiendo porque está en la adolescencia.
Con 20 años de trayectoria, ¿todavía sentís nervios antes de salir a escena?
Hicimos más de tres mil quinientas funciones como grupo y todavía sentimos ese cosquilleo hermoso, pero es increíble.