El domingo se celebraron las elecciones generales en España para renovar las Cortes Generales y elegir al gobierno que dirigirá los destinos del país por los próximos cuatros años. Los resultados dieron una estrecha victoria para el Partido Popular (PP) pero, al mismo tiempo, un freno a las aspiraciones de formar gobierno del bloque reaccionario que conforma junto a Vox.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al contrario de lo que marcaban gran parte de las encuestas, ofreció resistencia e hizo una performance electoral mucho mejor de la esperada. En consecuencia, con la negociación con los partidos independentistas como la clave para alcanzar los 176 escaños, Pedro Sánchez se ilusiona con ser reelegido como presidente del gobierno español.
Los resultados
El recuento de votos arrojó que la fuerza política más votada fue la del Partido Popular con un 33% de los votos. La formación conservadora, liderada por Alberto Núñez Feijóo, obtuvo 136 bancas en el Congreso de los Diputados: un total 47 legisladores más que los que había alcanzado en el año 2019. Si bien los números arrojan una buena actuación electoral, la victoria fue mucho más estrecha de lo que esperaban, lo que deja al PP con muchas menos posibilidades de acceder a la Moncloa.
El PSOE, por el contrario, alcanzó el 31.7% de los votos, evitando la debacle de formación socialista que tanto encuestadoras como analistas auguraban. La fuerza conducida por Sánchez mejoró levemente el resultado de las últimas elecciones generales y accedió a 122 escaños dentro del Parlamento, hecho que le permite quedar mejor parado para intentar alcanzar el respaldo de las 176 bancas que se necesitan para revalidar la presidencia del gobierno español.
En tercer lugar, en un marcado retroceso respecto del año 2019, quedó Vox. La fuerza política de extrema derecha, aliada del PP para una posible coalición de gobierno, se desinfló en términos electorales y logró tan solo el 12,4% de los votos. De esta manera, el partido liderado por Santiago Abascal, obtuvo 33 asientos en el Congreso de los Diputados, 19 bancas menos en comparación a las que tenía hasta el momento del llamado a las elecciones anticipadas.
Sumar, la alianza de partidos de izquierda encabezada por Yolanda Díaz, quedó apenas detrás de Vox. El 12,3% que les otorgó el escrutinio de la jornada electoral le permitió acceder a un total de 31 escaños. La formación progresista, a pesar de no haber mejorado la actuación de su predecesora Unidas Podemos en el año 2019, se adjudicó ser un actor clave para frenar el ascenso de la última derecha. Con ese objetivo cumplido, ahora buscará discutir con el PSOE tanto la conformación de la coalición de gobierno como el programa político para reeditar la alianza gobernante.
Finalmente, los escaños restantes se repartieron entre los partidos regionalistas e independentistas: 7 para Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), 7 para Junts, 6 para Euskal Herria Bildu (EH Bildu), 5 para el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y 1 banca cada uno para el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria.
Las posibilidades: investidura de Sánchez o nuevas elecciones
Culminada la jornada electoral, las fuerzas políticas de España entraron en la fase de negociaciones hasta el próximo 17 de agosto. Como ya se mencionó, para formar gobierno es necesario alcanzar el respaldo de 176 legisladores en la Cámara de Diputados. Dado que ninguna fuerza consiguió ese número de escaños, el acuerdo con el resto de los partidos es un requisito indispensable para evitar el llamado a unas nuevas elecciones.
Las posibilidades del PP para llegar a la Moncloa, a pesar de ser la fuerza más votada, son pocas. La suma de sus escaños más los de Vox, su único aliado potencial, da el insuficiente resultado de 169 parlamentarios. En la previa, gran parte de las fuerzas regionalistas, salvo la UPN con 1 escaño, habían deslizado una negativa a la posibilidad de acordar con el PP por la presencia de Vox en un futuro gobierno de coalición.
El PSOE, por otro lado, no la tiene mucho más fácil, pero aún así cuenta con mejores posibilidades que el PP para continuar al mando de los destinos de España. Sánchez podría obtener el respaldo del mismo bloque de investidura que en el año 2019: 31 escaños de Sumar, 7 del ERC, 6 del EH Bildu, 5 del PNV e incluso 1 del BNG. Sin embargo, aún con ellos, le faltaría el respaldo de 4 parlamentarios más.
Es por ello que los 7 escaños de Junts, el partido independentista catalán liderado por Carles Puigdemont, son la clave para que Sánchez sea nuevamente elegido presidente de gobierno. En este marco, el PSOE tendrá no sólo tendrá la difícil tarea de acordar con el bloque de investidura del 2019 sino que, a su vez, limar asperezas con un partido que tratara de imponer duras condiciones para favorecer al socialismo.