A 50 años del golpe de Estado en Chile, esta semana se desarrollará la última etapa del juicio por el caso de Víctor Jara, quien fue asesinado durante la dictadura militar. La Corte Suprema llevará a cabo el dictamen el próximo martes 18 de julio.
El cantautor chileno fue detenido a un día de la declaración del golpe de Estado que destituyó al presidente chileno, Salvador Allende. Desde entonces su esposa Joan Jara, sus hijas y el abogado Nelson Caucoto luchan para detener a los culpables y hacer justicia por el asesinato del mismo y de todas las víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
La Corte Suprema de Chile además podría hacer historia en materia de derechos humanos ya que no sólo se tratará el caso de Jara. Además, el lunes 17 se realizará la revisión de la Operación Cóndor, mientras que el jueves 20 se revisará la detención de la dirección clandestina del Partido Socialista y el viernes 21 se juzgará el caso Moneda.
El asesinato de Víctor Jara
Un día después del golpe estatal liderado por Augusto Pinochet contra el ex presidente chileno Salvador Allende, el 12 de septiembre de 1973, Víctor Jara fue detenido por los militares. Al músico, cantautor, profesor y director de teatro chileno lo llevaron al Estadio Nacional de Chile, donde fue torturado.
Cuatro días después, el 16 de septiembre, encontraron su cuerpo en la calle. Lo reconocieron peatones que transitaban la vía pública y avisaron a su esposa, Joan Jara, con quien el artista tenía dos hijas.
Durante su asesinato, Jara recibió 44 impactos de bala: 2 en la cabeza, 6 en las piernas, 14 en los brazos y 22 en la espalda, y luego arrojado a la vía pública. El mismo fue enterrado por su esposa en el Cementerio General de Santiago en un nicho sin nombre para que los militares no lo encontraran.
Hacia el año 1978, aún en dictadura, Joan Jara presentó la primera querella por el homicidio del autor en el Quinto Juzgado del Crimen de Santiago. Un año después, la Justicia chilena comenzó a investigar e interrogar a les exiliades que estuvieron detenides en el Estadio Nacional. Sin embargo, por años no sólo no hubo avances ni se supo el nombre de los culpables, sino que tampoco existió ningún procesado.
Recién en 1999, al cumplirse un año de que el dictador Augusto Pinochet fuera detenido en Londres por orden del exjuez español Baltasar Garzón y acusado por crímenes de lesa humanidad, Joan Jara acudió al abogado Nelson Caucoto para reactivar el caso. Hace 24 años que Caucoto retomó el caso y desde entonces está trabajando en él.
El caso en la Justicia
Caucoto ha dedicado su carrera a representar víctimas de violaciones de derechos humanos de la dictadura y a sus familias. En 1999, luego de la detención de Pinochet y el pedido de Joan Jara, el abogado pidió el desarchivo del proceso. Su objetivo era conocer cuál era la estructura de mano del Estadio Chile, acudió así al Ejército, las Fuerzas Armadas, Carabineros, a la Policía de Investigaciones, aunque tardó más de cinco años en conocer la respuesta.
Con idas y vueltas, y una gran lentificación del proceso en cada paso, en 2004 Caucoto pidió la declaración de la Junta Militar. Si bien Pinochet no testificó, porque había sido sobreseído en el caso de los crímenes de la caravana de la muerte por demencia subcortical, el pedido del abogado posicionó el caso de Víctor Jara en la agenda pública y les testigues comenzaron a aparecer.
Hasta el momento hay siete ex militares condenados por la investigación del juez de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vásquez. Sus sentencias fueron confirmadas y elevadas por los tribunales chilenos, sin embargo los imputados niegan haber participado.
Hoy, a 50 años del asesinato de Víctor Jara, Caucoto exhibió frente a la Corte Suprema el último alegato del caso donde fueron presentados los recursos de casación.