El próximo jueves 27 de julio, el Cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, Ciudad Autónoma de Buenos Aires) recibirá un documental dirigido por Malena Villariano. Nuestra venganza es ser felices muestra desde adentro la historia de vida de Sonia Sánchez, una militante feminista que fue víctima de la trata de mujeres en la Argentina.
A través de sus paisajes internos, entrevistas y recursos poéticos, en la película se podrá visualizar cómo fue su transformación de prostituta a militante y escritora feminista.
Nota al Pie dialogó con Malena Villariano sobre el film y cómo fue todo el proceso de elaboración.
Teniendo en cuenta lo que significa hablar sobre un tema tan delicado como este, ¿por qué decidió profundizar en la historia de Sonia y realizar un documental sobre este tema?
La prostitución y la explotación sexual siempre fueron temas que me llamaron la atención, e incluso me conmovían y horrorizaban al mismo tiempo.
Hace 7 años atrás sufrí una fuerte caída, la cual me llevó a un pie roto, 2 operaciones y medio año de reposo y rehabilitación. Hace 15 años vivo en una isla del Delta, pero por este motivo tuve que permanecer en la ciudad.
En ese ínterin, estuve viviendo en el barrio de Once y todos los días veía a las chicas con frío, semidesnudas, vendiendo sus cuerpos. Al comenzar la investigación descubrí el libro de Sonia, Ninguna mujer nace para puta. La lucidez en denunciar la prostitución como violencia, recalcando que el mayor responsable y proxeneta es el Estado, me pareció muy atinado.
Además, como mujer me sentí reflejada en muchas de las violencias cotidianas que describe en su libro y pude entender que el sometimiento y la explotación nos atraviesan a todas las mujeres. Solo que en algunas, sobre todo las más empobrecidas, ese sometimiento muchas veces deriva en explotar sus propios cuerpos para comer o darle de comer a sus hijos.
Pero que eso exista no lo convierte en un trabajo digno: entender que en un sistema neoliberal, siempre estamos explotadas y que esa no elección es denunciada por Sonia me hizo elegirla como protagonista.
¿Cómo fue la elaboración del paso a paso de este film?
El film tardó 7 años entre investigación, rodaje y postproducción. Originalmente iba a ser un recorrido por la historia Argentina y la historia de la explotación sexual en nuestro país. Después iba a ser una biopic sobre Sonia, y finalmente decidimos hacer un ensayo documental donde lo que se denuncia es al Estado proxeneta y al sistema neoliberal como mayores responsables.
En el medio tuvimos la pandemia, la cual nos demoró casi 2 años el rodaje y devaluó nuestro presupuesto. Por eso después decidimos hacer algo más pequeño, íntimo y artístico, pero no por eso menos contundente.
Al momento de comentarle sobre esta película a Sonia, ¿cuál fue su opinión?
Al principio no fue fácil porque Sonia es una persona muy requerida y solicitada. Pero bueno, a medida que el proyecto avanzaba le dije que yo quería contar su historia como nadie la había contado antes. No solo desde el lado militante, sino desde una mirada artística, cinematográfica, e incluso hasta poética, pero por sobre todo desobediente.
Le dije que iba a ser un film que se iba a meter con todo, con la Iglesia, con el Estado, con la cultura televisiva y con los secretos familiares. Que íbamos a patear todos los tableros, que no le tenía miedo a incomodar y que la admiraba.
Cuando me vio tan convencida y segura de que íbamos a ir hasta el fondo, aceptó el proyecto, pero ese proceso duró unos 2 años aproximadamente.
¿Qué puede usted destacar sobre “Nuestra venganza es ser felices”? ¿Y por qué ese nombre?
Lo que más rescato, y lo digo en todos los ámbitos a donde damos las charlas, es que aún así, siendo violada miles de veces, raptada y torturada, Sonia nunca perdió su capacidad de amar y, no obstante, en la actualidad lucha por todas nosotras. Porque no solo no haya más pibas desaparecidas en democracia y chupadas a redes de trata, sino para que podamos empoderarnos realmente como mujeres, y decidir libremente.
Esa es nuestra venganza, ser felices siendo libres todas nosotras, todas las mujeres.