Un equipo de investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) lograron un avance trascendental en la reducción del Cadmio, un metal altamente perjudicial presente en las almendras de cacao. En colaboración con colegas de Ecuador y España, desarrollaron una tecnología innovadora que evita que el mismo ingrese a los tejidos de las plantas.
Este metal tóxico se encuentra en suelos volcánicos debido a su acidez y también puede ser absorbido por el cultivo a través de fertilizantes químicos y otras actividades humanas.
El proceso se basa en el diseño de un inoculante formado por un consorcio de dos tipos de hongos: saprobios y simbióticos (micorrícicos arbusculares), los cuales se aíslan de suelos cacaoteros. Estos hongos demuestran la capacidad de resistir altas concentraciones de cadmio (Cd) y reducir su solubilidad, disminuyendo así la disponibilidad del metal en el suelo y en las plantas de cacao.
Desde 2019, la Unión Europea (UE) estableció un límite estricto de 0,8 miligramos por kilogramo de cadmio en las almendras de cacao, lo que hace que esta solución sea esencial para cumplir con los estándares requeridos.
Una solución sostenible para el mercado latinoamericano
El proyecto, conocido como “Bioproceso reductor de la solubilidad del cadmio rizosférico”, cuenta con financiamiento del Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO). A su vez, participaron miembros del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas en Caracas, así como de fincas cacaoteras artesanales del mismo país.
La solución propuesta es un bioproceso climáticamente inteligente que busca reducir la bioacumulación de cadmio en las plantas de cacao. Para ello, se aprovecha la asociación natural de un Consorcio Microbiano, que consiste en la combinación de diferentes especies de hongos presentes en el suelo de las plantaciones.
A nivel de laboratorio, las investigadoras comprobaron que esos hongos resisten altas concentraciones de Cd y tienen la capacidad de reducir la solubilidad del mismo y, por lo tanto, la disponibilidad en el suelo y en las plantas de cacao. Esto demuestra que el bioproceso no solo es una solución eficaz, sino también sostenible y adaptable al cambio climático.
Roxana Colombo, integrante del equipo e investigadora del CONICET en el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental Aplicada (IBBEA), indicó que no solo reducen el ingreso de Cadmio en las raíces, sino que “también tendrían la capacidad de limitar su translocación a las partes aéreas de las plantas”.
Después de obtener resultados positivos en el laboratorio, los biorreactores y el módulo depurador, el estudio avanza hacia la etapa de prueba de eficacia en invernaderos. El siguiente paso será aplicar este protocolo en cultivos de plantas de cacao expuestos a altos niveles de cadmio en Ecuador y Venezuela.
El desafío del cadmio en el cacao: un enfoque sanitario y económico
Además de tener un enfoque sanitario, el desarrollo de esta tecnología tiene como objetivo proteger una actividad económica vital que genera numerosos empleos en la región. La importancia de respetar el límite, establecido por la UE y otros mercados, radica en el reconocimiento del cadmio y sus compuestos como carcinogénicos para los seres humanos expuestos de manera crónica a este metal.
En diálogo con el CONICET, Alicia Godeas, una de las líderes del proyecto y doctora en Biología e investigadora ad-honorem en el IBBEA, explicó la importancia de estos límites y destacó la necesidad de desarrollar tecnologías que salvaguarden la salud.
En este sentido, Godeas enfatizó: “Además de un fin sanitario, nuestra tecnología en desarrollo apunta a proteger una actividad económica que genera muchos puestos de trabajo en nuestra región”.
La solución tecnológica para reducir el cadmio en plantas de cacao se sustenta en una patente, quince trabajos publicados en revistas científicas internacionales y generará, al final del proyecto, cinco tesis de grado y posgrado.
Godeas, quien también es miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL), resaltó que en el IBBEA se investigan hongos aislados en Argentina a través de los mismos principios. El objetivo es desarrollar procesos biotecnológicos que puedan remediar suelos contaminados o fortificar cultivos de interés agrícola.