España entró en la recta final de la campaña para las elecciones generales que se llevarán a cabo el próximo 23 de julio, día en que se elegirá a quienes representarán al pueblo español en el Parlamento y que definirán al próximo presidente de gobierno por los cuatro años venideros.
Giro a la derecha o continuidad del progresismo
En la jornada electoral del próximo domingo el pueblo español tendrá la posibilidad de elegir la continuidad de un gobierno socialdemócrata o de dar un giro hacia la derecha. Fiel a su histórica tendencia bipartidista, en la previa, los principales candidatos a presidir el gobierno son el actual presidente Pedro Sánchez por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Alberto Núñez Feijóo por el Partido Popular (PP).
En ese sentido, casi la totalidad de las encuestas marcan que, impulsado por la victoria electoral en las elecciones autonómicas, el PP sería la fuerza política más votada, seguida por el PSOE. No obstante, ninguno de los dos partidos alcanzaría a conseguir los 176 escaños en el Congreso que le permitirían formar gobierno por sí solos.
En ese marco, al igual que cuando el PSOE acordó con Unidas Podemos (UP) en 2021, lo más probable es que los resultados de estas elecciones sean la formación de un nuevo gobierno de coalición. De esta manera, la tercera fuerza política más votada será determinante para imprimir el color político del nuevo gobierno.
Y ese tercer lugar se encuentra en una disputa que, en la previa, aparece como ostensiblemente pareja. De un lado, el partido de extrema derecha Vox, liderado por Santiago Abascal; del otro, Sumar, una alianza entre formaciones de izquierda expresada en la candidatura de Yolanda Díaz.
El sistema electoral en España
Las elecciones generales en España se encuentran reguladas por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), aprobada en 1985 y modificada por última vez en el 2018. La LOREG establece que, en la jornada democrática, se elegirán los representantes a las Cortes Generales, integradas por el Congreso de los Diputados y el Senado, en 52 circunscripciones electorales.
El Congreso está formado por 350 diputades, donde a cada provincia le corresponde un mínimo inicial de dos, salvo Ceuta y Melilla que eligen une diputade cada una. Los 248 asientos restantes se reparten entre las provincias en proporción a su población.
Su importancia, además de su función de legislar, reside en que la institución es la encargada de elegir al Presidente de Gobierno, máxima autoridad del Poder Ejecutivo español, otorgándole su “confianza” luego de la propuesta hecha por el Rey tras la ronda de consultas con los partidos con representación parlamentaria.
Si una fuerza política o una alianza producto de las negociaciones consigue la mitad más uno de los escaños (176) obtendrá la tan deseada mayoría absoluta y culminará con el proceso de investidura. En caso de no lograr ese número, el Rey puede proponer un candidato, que se corresponde con la figura principal del partido más votado o habrá un segundo llamado a elecciones.