El 17 de noviembre de 2021, Lucas González, jugador de las inferiores de Barracas Central, salió del club junto a sus amigos Joaquín Zúniga, Julián Salas, y Niven Huanca en el Volkswagen Surán de uno de ellos. Ese día, un auto de la policía sin identificación los persiguió al salir de un kiosco.
Pensando que querían robarles, Julian, el conductor del vehículo, trató de esquivar el auto sin saber que se trataba de la policía. Así fue que los efectivos dispararon y cuatro balas impactaron el auto. Lucas recibió dos tiros, uno de ellos en su cabeza, y falleció al día siguiente en el hospital. Tenía 17 años de edad.
Hoy, tras cuatro meses de juicio y luego de que les imputades hagan uso de su derecho a expresar sus últimas palabras, les jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 porteño, darán el fallo final.
¿Cómo se llegó al juicio?
El 27 de mayo del 2022, la jueza Paula González, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 7, elevó la causa a juicio oral a catorce de los policías de la Ciudad de Buenos Aires involucrados. Tres fueron acusados por la muerte de Lucas González y la tentativa de homicidio a sus amigos Zúniga, Salas y Huanca; y once por el encubrimiento del hecho y las torturas contra los sobrevivientes.
No obstante, recién en noviembre de 2022, un año después del asesinato, el Tribunal puso fecha para el comienzo del juicio. El 16 de marzo del corriente 2023, comenzó el proceso contra el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial Juan José Nieva, imputados por el homicidio agravado de Lucas.
Por otro lado, también fueron juzgados, por encubrimiento del hecho, la privación ilegal de la libertad de los adolescentes y el abuso de sus funciones como funcionarios públicos el comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4, Daniel Alberto Santana; el comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán; el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos; el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar; el comisario Juan Horacio Romero y el subcomisario Roberto Orlando Inca, ambos de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4.
El resto de los imputados por encubrimiento y torturas son el principal de la Comuna 4D, Héctor Claudio Cuevas; y los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D Sebastián Jorge Baidón, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa.
¿Qué pasó durante el juicio?
A mediados de marzo de este año se llevó a cabo la primera audiencia con la elevación a juicio y las acusaciones sobre los imputados. También tomaron los testimonios del padre de Lucas, Héctor González, y los amigos, Julián, Joaquín y Niven como víctimas.
Unos meses después, el juicio dio un giro. Héctor Cuevas, uno de los policías imputados por el encubrimiento del crimen, se quebró y develó quién plantó el arma y cómo llegó al lugar del hecho. Con miedo de lo que le pueda pasar a su familia, el inspector de la Policía de la Ciudad contó que él llegó por la alerta que había mandado la Brigada de la Comuna 4 donde pedía apoyo por “enfrentamiento armado”.
Cuevas admitió que cuando se acercó al Volkswagen Surán donde estaban las víctimas “no había armas, ningún tipo de armas, ni de fuego ni de juguete”. Luego, contó cómo vio llegar una moto con un civil manejada por el oficial Facundo Torres, que en ese momento no estaba detenido, pero que luego fue procesado por “encubrimiento agravado y privación ilegal de la libertad”. En su relato, Cuevas mencionó que el civil tiró el arma en la parte trasera del auto. Luego, confesó que quien había plantado el arma había sido Gabriel Isassi.
Durante el juicio no se pudo comprobar de qué arma provinieron los dos tiros que impactaron en el cuerpo de Lucas, pero sí descartaron que sea del arma de Isassi o de la de López. Ante estos hechos, el fiscal a cargo, Guillermo Pérez de la Fuente, sostuvo que, por descarte, debe haber salido del arma de Nieva. Pese a eso, consideran que los tres fueron coautores del homicidio.
Tanto el fiscal como el abogado de la querella, Gregorio Dalbón, solicitaron la prisión perpetua para los tres policías imputados bajo la carátula: “Homicidio agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, por odio racial y por placer, en concurso predeterminado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad, y falsedad ideológica”. Esto se debe a que actuaron bajo “prejuicios de clase, de edad y de vestimenta”.
En cuanto al resto de los policías involucrados, Pérez de la Fuente pidió once años de prisión y diez de inhabilitación para ejercer cargos públicos para los comisarios y subcomisarios. Por otro lado, la querella solicitó 20 años para todes los imputados por encubrimiento, menos para Héctor Cuevas, para quien requirió solo tres años y seis meses. Y para Sebastián Baidón, a quien Joaquín Zúniga acusó de gritarles insultos racistas mientras estaba detenido, reclamaron 30 años. Además pidieron que se investigue al jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, por tener conocimiento del operativo que terminó con el asesinato de Lucas González.