Días atrás se conocieron las listas de candidates a nivel nacional, donde la mayoría está encabezada por varones y en sus propuestas la perspectiva de género no es un tema central. Ante este panorama, surge la pregunta por el rol de los feminismos en este año electoral.
Gabriela Sosa es referente de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) y precandidata a diputada nacional por Libres del Sur. Para ella no solo se trata de sumar candidatas mujeres sino de incluir la perspectiva de género en las fórmulas.
Por su parte, Luci Cavallero, socióloga y referente de Ni Una Menos, expresó que “los feminismos no están por fuera de un contexto más general de corrimiento a la derecha”. Para ella, además, “el pago de la deuda antagoniza muy directamente con la posibilidad de avanzar en una agenda feminista”.
Nota al Pie dialogó con ellas para conocer más sobre el rol de los feminismos en el año electoral, y el valor que las distintas propuestas presidenciales les otorgan a las políticas con perspectiva de género en Argentina.
Referentes en las listas
Gaby Sosa destacó que en casi todo el país hay legislaciones que obligan a las provincias a la paridad de género. Sin embargo, denunció que “a la hora del acceso nos hemos encontrado con distintos vericuetos donde se busca obstaculizar la presencia femenina”.
También detalló que, si bien en lo legislativo la paridad se rige por ley, no sucede lo mismo con los equipos del Poder Ejecutivo. “Más allá de que hayamos avanzado en el debate público, a la hora de la conformación de gabinetes la presencia femenina no solo cuesta, sino que por ejemplo en el caso del gobierno de Alberto Fernández hubo un retroceso”. Allí mencionó la salida de ministras mujeres y la reincorporación de Juan Manzur como Jefe de Gabinete.
Por su parte, Luci expresó: “La primera lectura general después del cierre de listas es que hay un escenario corrido a la derecha, eso me parece que es un triunfo de candidatos de ultraderecha como (Javier) Milei”. En relación a ello mencionó que hoy “hay muy pocos candidates que tienen agendas transformadoras, que expresan la voz de los movimientos feministas y de la economía popular”.
En relación a ello, marcó una diferencia con 2019: el ataque a los feminismos. “No solo hay menos representación feminista, sino que también hay candidatos que atacan directamente la agenda feminista. Tenemos el caso de Milei, (Patricia) Bullrich y (Horacio Rodríguez) Larreta, que están construyendo parte de su programa en relación a prometer dar de baja a los Ministerios de Género”, señaló.
Sosa sostuvo, además, que la paridad no garantiza la inclusión de los feminismos y remarcó: “Necesitamos avanzar a que esa participación de las mujeres sea una participación en clave feminista”. Allí mencionó el ejemplo de Amalia Granata en Santa Fe, que “claramente no representa un avance en términos de igualdad y en términos de no discriminación, sino todo lo contrario”.
El problema de la deuda
“Nosotras tanto desde Libres del Sur, como de las MuMaLá, nos opusimos a la firma del acuerdo y a la definición de responder a los intereses del FMI (Fondo Monetario Internacional)”, anunció Sosa. Para ella, el no pago de la deuda es parte de la agenda feminista, dado que el endeudamiento afecta a las mujeres al no permitirles independizarse de sus agresores, ni salir de la pobreza.
“Las consecuencias concretas del pago al FMI redunda en un recorte de políticas sociales, pero también impide el acceso al trabajo de manera digna, el salir de la política de asistencia social a otro tipo de trabajos”, sostuvo Gabriela, a lo que agregó: “Debilita nuestra autonomía”.
Luci, por su parte, recordó cómo la consigna “desendeudades nos queremos” fue impulsada desde el Colectivo Ni Una Menos en 2018. “En ese momento ya advertimos que todas esas demandas que estábamos construyendo en la calle, estaban absolutamente condicionadas por el endeudamiento externo”, manifestó.
Para la referente de Ni Una Menos, el pago de la deuda “es el principal impedimento para avanzar en la agenda que nosotras venimos planteando”. En este sentido, explicó que hace “que se destinen recursos muy valiosos que se podrían destinar en invertir en servicios de cuidado, en mejores salarios, en mejores subsidios”. E, incluso, en remunerar a las promotoras de género que asisten a las mujeres en situación de violencia de género.
Los nuevos desafíos
En los ultimos años, los feminismos se unieron para luchar contra la violencia de género o por el aborto legal, pero en la actualidad esa unión no es tan visible. En ese sentido, Cavallero sostuvo: “Hoy pienso que esa unidad tan masiva no la hemos podido conseguir para otras demandas”, y adjudicó esta falencia a muchos factores, entre ellos a que “la unidad en la lucha exige muchísimo trabajo político”.
“Creo que estos años se nos ha complicado mucho conseguir una demanda que unifique, por más que tenemos muy claro que tiene que ver con un eje económico”, sostuvo Cavallero, y planteó que para ella eso no es un problema. “Hay un trabajo político por hacer para encontrar esa unidad, y me parece que en los últimos años por ahí estuvimos más complicadas por la crisis económica y la pandemia que interrumpió muchos de los procesos organizativos”, agregó.
Para Sosa, “los feminismos están muy vinculados a las tensiones políticas partidarias que suceden en tiempos electorales”, y eso “muchas veces impide el poder avanzar en algunos reclamos”.
Como ejemplo, mencionó la condición de las víctimas vinculadas al narcotráfico en Santa Fe, donde muy pocos feminismos “salieron a reclamar esa situación, y tiene que ver estrictamente con la adhesión partidaria de algunos sectores al gobierno provincial”.
Hacia una reforma judicial con perspectiva de género
Dentro de los futuros debates, el pasado 29 de junio, organizaciones feministas, sindicales, y sociales, lanzaron la Campaña Nacional por la Reforma Judicial Feminista. Al respecto, Luci manifestó que esta discusión “ha atravesado todo el movimiento y ha de alguna manera condensado una serie de reclamos muy importantes hacia el accionar del sistema judicial”.
Para ella el debate tiene que ver tanto con los casos de violencia de género, como con las demoras y la efectividad en los tiempos de la Justicia. “Es un poder judicial que está articulado con los poderes fácticos, articulado con los poderes económicos, no da respuesta, es totalmente antidemocrático y es el poder que menos ha sido permeable a los cambios que ha propuesto el movimiento feminista”, sostuvo.
En la misma línea, para la referente de MuMaLá “es necesario una reforma judicial en clave feminista, pero también es necesario poner una lente mucho más amplia”. Para Sosa, acceder a la justicia implica “tener cerca de nuestro territorio los dispositivos adecuados para las situaciones de desventaja en la que estamos de manera cotidiana”.