Ya son 30 años desde que empezó la imparable búsqueda de Miguel Bru, el primer desaparecido en democracia a manos del personal policial de la Comisaría 9° de La Plata. Este martes se realizó un nuevo operativo en busca de los restos del platense de 23 años en una casa que había pertenecido al expolicía Walter Abrigo, condenado a cadena perpetua en 1993 por la desaparición del joven, y fallecido en prisión.
El último rastrillaje había sido realizado en abril de 2021 en dos terrenos linderos de Berisso, sin ningún resultado positivo se descartó volver a buscar en aquel lugar. Dos años después, a partir de datos brindados por un testigo de identidad reservada, se realizó un operativo en una casa de Los Hornos, ubicada en la calle 149 número 1418, en la ciudad de La Plata. El mismo fue encabezado por el fiscal de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) 3 de La Plata a cargo de la causa de la búsqueda, Gonzalo Petit, y lo realizó Gendarmería.
En el rastrillaje número 40, la mamá de Miguel, Rosa Bru, expresó: “¿Dónde está Miguel preguntamos desde hace 30 años? Espero que esta sea la última búsqueda y por fin poder encontrar a mi hijo”.
A espera de los resultados del nuevo operativo, Rosa junto a amigues y compañeres de Miguel, acompañades por movimientos sociales y estudiantiles platenses, continúan gritando: “¿Dónde está Miguel?”.
Desde la Asociación Miguel Bru informaron que “hay una recompensa de 5 millones de pesos que dispuso el gobierno de la provincia de Buenos Aires a quien aporte información fehaciente y con reserva de identidad que permita encontrar a Miguel Bru”.
Quién era Miguel
Miguel Bru desapareció el 17 de agosto de 1993, bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem y del por entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde, lo que marcó un antes y un después en la historia del gatillo fácil en la Argentina. Era un estudiante de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social – en ese momento Escuela Superior de Periodismo – de la Universidad Nacional de La Plata, que vivía en una casa tomada ubicada en 69, entre 1 y 11, junto a sus compañeres de banda.
Aquella casa, donde hacían reuniones y ensayaban con su banda punk Chempes 69, fue allanada violenta e ilegalmente por la policía bonaerense en dos oportunidades con la excusa de que les vecines denunciaban ruidos molestos. Si bien nunca se supo quiénes fueron les denunciantes, el personal de la Comisaría 9° de La Plata entró a la casa, rompieron los instrumentos y se llevaron algunes detenides.
Tras los allanamientos, Miguel decidió denunciar al personal de la policía. A partir de allí comenzó a ser víctima de hostigamientos constantes, amenazas de muerte, insultos y persecuciones. Hasta que un 17 de agosto, mientras cuidaba la casa de sus amigues que vivían a 50 kilómetros de la ciudad, cerca del Río de La Plata, desapareció. Si bien encontraron su ropa y su bicicleta junto a la orilla del río, sus amigues y familiares nunca más volvieron a verlo.
En un primer momento, las comisarías que visitaba Rosa rechazaban tomar la denuncia de la desaparición. Pero rápidamente el caso se volvió muy popular, ya que Miguel era un estudiante de una facultad motorizada por la política. Se creó la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Miguel Bru que tenían como sede de trabajo a la casa de altos estudios. Su madre junto a sus amigues y compañeres comenzaron a movilizarse en las calles, además de recurrir a los medios de comunicación.
Los responsables
A partir de las declaraciones de seis detenides en la Comisaría 9° aquella noche, se pudo saber que Miguel Bru fue ingresado en la seccional el 17 de agosto de 1993, entre las 11 y las 12 de la noche, donde lo golpearon y torturaron hasta su muerte. Además, el libro de guardia de la seccional – donde se puede ver quién entró y salió de la comisaría – mostró a partir de una pericia caligráfica que el nombre de Miguel Bru había sido escrito y luego borrado.
Sin embargo, la investigación judicial estaba a cargo del juez Amílcar Vara, que rechazaba o excusaba cada declaración que vinculaba a los policías con la desaparición de Miguel. Les familiares, amigues y compañeres de Miguel lograron que el juez fuera sometido a un jury de enjuiciamiento, en el que se comprobaron irregularidades en 26 causas distintas en las cuales se veía involucrade el personal policial, por lo que Vara finalmente quedó destituido.
En 1996 se ordenó la detención del subcomisario Walter Abrigo, del comisario Juan Domingo Ojeda y de los efectivos Jorge Gorosito y Ramón Cerecetto. Finalmente, en mayo de 1999 comenzó el juicio oral y público que condenó a prisión perpetua a los ex policías Abrigo y Justo José López , acusados por tortura, privación ilegal de la libertad, desaparición y muerte. Cabe destacar que López es actualmente el único detenido por el caso.
Además, por encubrimiento fueron condenados el excomisario Ojeda y el exoficial Cerecetto. En 2003, la Suprema Corte bonaerense dejó firme la condena a ambos exfuncionarios. Ojeda fue condenado a dos años de cumplimiento efectivo de la pena, pero recuperó su libertad con ocho meses de prisión, al igual que Cerecetto, acusado de borrar el nombre de Miguel del libro de guardia de la comisaría.