El objetivo de conmemorar el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico es reducir las bolsas que se usan una sola vez y fomentar el consumo responsable, ya que es uno de los objetos cotidianos que resultan más perjudiciales para el medio ambiente y los seres vivos.
La mayor parte de este producto no se reutiliza ni se recicla, se desechan en los basureros terminando, en muchos casos, yendo a parar al mar, donde las especies marinas se ven afectadas y miles de animales terminan convirtiéndose en víctimas fatales de la presencia de plástico en su hábitat natural.
En países como Italia y Francia, la producción de bolsas de plástico está prohibida y quedó demostrado que las personas han reducido notablemente su consumo.
¿Cuánto daño hacen las bolsas?
Las bolsas plásticas son en extremo dañinas para el medio ambiente. Cada bolsa, elaborada con materiales poliméricos derivados del petróleo, se produce en segundos pero tarda más de 500 años en descomponerse y se estima que, en promedio, cada persona gasta, aproximadamente, 230 bolsas al año, representando así más de 500 billones de bolsas de plástico al año en el mundo.
Como si fuera poco, las bolsas no son reciclables, por lo que —al ser descartadas— terminan dando vueltas y contaminando todo a su paso.
Según datos estimativos aportados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y se utilizan 500.000 millones de bolsas. Una tercera parte de todos los envases plásticos acaban en los sistemas de alcantarillado, y ocho millones de toneladas van a parar a los océanos.
Al desecharse, las bolsas obstruyen las aguas residuales y desagües. Como resultado, uno de cada seis peces que se venden en las pescaderías contiene microplásticos en sus estómagos, incorporado a través de los alimentos que los peces consuman, es decir que el plástico ya se ha introducido en la cadena trófica.
¿Qué se puede hacer para generar un cambio?
El foco principal de la conmemoración de este día está puesto en generar consciencia acerca de esta situación. Dejar el planeta libre de residuos plásticos provenientes de las bolsas requiere que se involucren todos los sectores de la sociedad, empezando por el compromiso de los gobiernos para tomar cartas en el asunto y establecer políticas que colaboren con la causa, llegando al consumidor final.
La implicancia y el compromiso personal de cada individuo es fundamental para evitar la pérdida de recursos naturales y la desaparición de ecosistemas junto a sus especies valiosas.
Reutilizar las bolsas que tenemos en casa, así como retornar a las antiguas bolsas de las compras, hechas con tela, puede ser una alternativa más limpia y respetuosa para con el planeta. Si bien nuestras acciones son diminutas en comparación con lo que hacen las grandes corporaciones, si dejamos de comprar plástico, las empresas no tendrán a quien vendérselo.