En las calles convergen muchas cosas: historias, luchas y cientos de personas que caminan hacia un destino que les pertenece. Algunas van desprevenidas, sumergidas en su propio mundo y otras tienen la habilidad de convertir las calles en el escenario de sus vidas. Este es el caso de les artistas callejeros, quienes llevan en la sangre el don de compartir su arte y de generar sensaciones en cada función.
En la provincia de Corrientes es muy habitual encontrarse con ellos en algunos semáforos o en la Peatonal Junín. Allí, interpretan canciones, tocan instrumentos, hacen malabares y hasta venden artesanías. Es por esto que un grupo de artistas organizó la segunda edición del Festival “Wenas Wenas”. Éste tuvo lugar en el Espacio de Memoria del Ex regimiento de Infantería N° 9, de la capital correntina.
Nota al Pie dialogó con María Paz Urquidiz, parte del comité organizador, quien aseguró que la intención “es visibilizar nuestro trabajo y darle el reconocimiento y el valor cultural que merece nuestro arte”.
El evento se organiza una vez al año y, según comentó, demanda mucho trabajo. Urquidiz explicó que con el se busca que “cuando nos encuentren en la calle nos apoyen, aporten y disfruten de nuestro arte, de lo que queremos ofrecer”.
La organización
El evento demanda una organización que requiere de mucha coordinación entre les artistas. Sin embargo, el hecho de pensarlo como un encuentro artístico, gratuito y del que puedan participar todes hace que, en la economía actual, se dificulte realizar más de una edición por año.
En este sentido, la entrevistada explicó que desde la organización se planifica la venta de comidas y bebidas con la intención de solventar los gastos. No obstante, también reivindicó el hecho de contar con un espacio que les permita tener otro tipo de llegada con el público.
Al respecto, María Paz expresó: “Nos da muchas ganas de hacerlo porque sabemos que es necesario, nosotros apostamos a que, con el tiempo, vaya cambiando y que se valorice el trabajo al artista callejero”.
Además, aseguró que el espacio se nutre con les artistas y que “de la edición anterior a ésta vemos que la convocatoria mejoró un montón. Esta vez nos organizamos más mediante las redes sociales y también en los medios de comunicación, así que la participación y la respuesta de la gente mejoró”.
El arte, la expresión más pura
Este segundo festival se desarrolló en las instalaciones del Ex Regimiento de Infantería N° 9, lugar que funcionó como Centro Clandestino de Detención durante la última dictadura militar. En este sentido, Urquidiz también revaloró la presencia de las expresiones artísticas en “un lugar tan significativo”.
“Es un honor estar haciendo este festival gratuito, desde este espacio que tiene tanta importancia en la cultura, desde lo social, en la historia de argentina, y por lo que sucedió en este lugar”, señaló.
Asimismo, comentó que algunos referentes del espacio de memoria asistieron para brindar información y relatar los hechos que allí acontecieron durante las décadas del 70 y 80.
El evento contó con shows y números artísticos en vivo, talleres de cerámica, de dibujo, de pintura y de música. Por otra parte, Urquidiz afirmó que eventos como estos “ayudan a deconstruir un poco el prejuicio que a veces se tiene sobre lo que hacemos”.
En esa línea, dijo que “si bien hay muchas cosas que aprendemos en la calle, también nos especializamos, asistimos a talleres y aprendemos la autogestión, que es algo muy importante en la economía de hoy”.
Luego, agregó: “Nuestra propuesta como artistas callejeros es proponer un ratito de alegría, poder sacar a la gente de la rutina, sacarles una sonrisa; y a cambio les pedimos un pequeño aporte porque tenemos que vivir y comer, y lo que hacemos lo hacemos con mucho entusiasmo”.
La calle como escenario
María Paz Urquidiz es artista callejera hace diez años, en todo este tiempo su arte le enseñó muchas cosas y, a través de él, pudo viajar y conocer otros países.
“Me di cuenta que podía y lo hice, después empecé a hacer talleres, nos organizábamos en dónde estábamos. Aprendí y después nosotros dábamos los talleres, y así, con el correr de los días, fue gestándose entre nosotros la formación. Ahora que podemos hacer un festival, y estamos súper felices”, relató.
Ella le tiene mucho respeto a la calle, la ve y entiende como un escenario más del que se aprende todo el tiempo. “El arte callejero es la escuela de la calle. En la calle hay muchas cosas que no podés manejar y eso hace que en cada oportunidad te encuentres con cosas distintas”, manifestó.
“A mí me gusta esto. Me gusta aprender, presentarme en las calles, en los semáforos y encontrar, cada cinco minutos, diferentes personas y tener que entretenerlos o sacarles una sonrisa o tirarle la mejor para que siga su vida”, expresó emocionada y agregó: “Siento que estoy haciendo algo bueno por el otro, por la gente”.
Para finalizar, María Paz remarcó que encuentra la felicidad en su profesión. “Me llena como persona y como artista. Me genera mucha emoción porque el público se renueva y, al mismo tiempo, también te prepara para lo inesperado, lo cual creo que es muy bueno para el artista”, concluyó.