Luego de la Cumbre del Grupo de los 20 países (G20), realizada en Indonesia, y de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) N°27, que tuvo lugar en Egipto, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, llevó adelante una nueva conferencia internacional.
En ese sentido, el Nuevo Pacto Financiero Global tuvo lugar en París, con el objeto de analizar y adoptar medidas para “aumentar la solidaridad financiera en el sur global”.
Es preciso señalar que dicha conferencia se da en medio de la crisis climática que varios países atraviesan. Tal es así, que Macron expresó: “En la COP27, Francia y Europa han reafirmado su compromiso con el clima. Necesitamos un nuevo pacto financiero con los países más vulnerables”.
Uno de los puntos importantes es que en las conferencias que se han realizado este último tiempo, siempre se ha hablado de acciones contra el cambio climático. Una de ellas es la Iniciativa Bridgetown.
“Así es como debemos actuar para reducir todas nuestras emisiones de CO2 (dióxido de carbono). Todos los países deben comprometerse claramente con la eliminación gradual del carbón. Estamos apoyando a los países emergentes que lideran el camino, como Sudáfrica e Indonesia”, sostuvo el presidente de Francia.
Acciones contra el cambio climático
Durante la conferencia por el nuevo Pacto Financiero Global, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, manifestó su descontento y apuntó que “la arquitectura financiera mundial es anticuada, disfuncional e injusta”.
“He manifestado que ha llegado el momento de que surja un nuevo Bretton Woods, que los Gobiernos se reúnan, re examinen y reconfiguren la arquitectura financiera mundial para el siglo XXI”, concluyó.
Pese a las iniciativas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos para 2030, de los cuales el N°13 lleva la “acción por el clima”, los países miembros de las diversas conferencias y organizaciones han comenzado a trabajar. Pero, ¿con qué retos se van a encontrar?
Si bien son varios los desafíos a afrontar, el primero de ellos tiene que ver con que quedan seis años y medio para accionar los ODS 2030. De esta forma, la Iniciativa Bridgetown es uno de los retos que el nuevo pacto financiero deberá adoptar.
Cabe mencionar que lo que propone es reformular el mundo de las finanzas para propiciar el desarrollo, y que los Estados ricos ayuden a los países pobres a enfrentar y adaptarse al cambio climático. En ese sentido, la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, apuesta a la iniciativa ya que “se podría transformar la forma en que se otorgan préstamos a las naciones en desarrollo en una crisis climática”.
Otros de los retos a enfrentar se relacionan con la pandemia de Covid 19, la guerra Rusia – Ucrania, y las consecuencias que han producido. Al respecto, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su informe de 2022, indicó que “9 de cada 10 países del mundo han hecho un retroceso del desarrollo humano en materia de esperanza de vida y pobreza”.
El nuevo paradigma mundial
En el marco de la perspectiva global para combatir y financiar la crisis climática, los países que se comprometan con esta acción deberán trabajar en cuatro ejes fundamentales.
El primero de ellos tiene que ver con proveer financiación y espacio fiscal a los países con más dificultades, así como a los endeudados. En tanto, el segundo se trata de fomentar el desarrollo del sector privado en países de baja renta.
Por su parte, el tercer eje promueve la inversión en infraestructuras verdes para la transición energética; mientras que el cuarto propone diseñar soluciones financieras innovadoras para los países más vulnerables en materia climática.
Cabe mencionar que los países desarrollados lograron cumplir con el objetivo que establecieron en 2021: transferir USD 100.000 millones de sus derechos especiales de giro (DEG) a las naciones en desarrollo.
Habrá que esperar para ver cómo continúa la hoja de ruta de la Agenda 2030 y cómo los países interceden en materia financiera. Si bien la conclusión más significativa de la cumbre en París fue la necesidad de adoptar medidas para los países más vulnerables, aún no se dieron a conocer las iniciativas de cada país para poner en práctica dicho objetivo.