Una embarcación que trasladaba a 46 migrantes desde Túnez naufragó en las aguas del Mediterráneo el pasado jueves. Como resultado del accidente, que se produjo en las costas de la isla italiana de Lampedusa, aproximadamente 40 personas continúan desaparecidas.
Según declaró Chiara Cardoletti, portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados de la Organización de las Naciones Unidas (ACNUR) en Italia, entre las personas buscadas en el mar se encuentra al menos un recién nacido.
La tragedia se da días después de la ocurrida en Grecia el último miércoles 14 de junio, la cual terminó con un saldo de 82 fallecides y más de 100 personas rescatadas. La desgracia tomó tal magnitud, que el propio Papa Francisco se pronunció al respecto y expresó su pesar por el acontecimiento.
Horas críticas para encontrar sobrevivientes
Según informó la agencia de noticias Télam, el barco partió de Sfax, Túnez, con 46 personas a bordo. Les migrantes son de origen del África subsahariana, principalmente de Costa de Marfil, Burkina Faso y Camerún.
Las investigaciones apuntan a que las condiciones meteorológicas adversas, con fuertes vientos y oleajes, habría provocado que la embarcación de hierro volcara. “Los sobrevivientes son todos hombres adultos”, detalló Flavio Di Giacomo, vocero de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). “Algunos sobrevivientes fueron transportados a Lampedusa y otros, a Túnez”, precisó. Por su parte, entre les desaparecides se encuentran siete mujeres y un menor.
Di Giacomo sostuvo que “hay ciertos naufragios de los que no nos enteramos” y reclamó que se ponga en marcha un sistema de “patrullas de barcos europeos para monitorear la ruta tunecina así como la ruta libia”, y así evitar nuevos naufragios.
Cardoletti secundó la idea y declaró que es necesario contar con “un mecanismo de rescate en el mar coordinado y compartido entre los Estados”. La integrante de la ONU cree que es “una cuestión de conciencia”, según afirmó a la agencia AFP, y fue tajante al decir que “es inaceptable seguir contando muertos a las puertas de Europa”.
El Mediterráneo, en el ojo de la tormenta
La isla de Italia es uno de los principales destinos migratorios del Mar Mediterráneo. Ubicado a 145 kilómetros de las costas de Túnez, Lampedusa es una popular parada en estos peligrosos viajes. Según un informe de ACNUR, durante 2022 más de 46.000 personas desembarcaron en la isla.
El gran volumen de embarcaciones precarias y con exceso de pasaje que se lanza a recorrer el peligroso Mar Mediterráneo propicia un alto número de naufragios por año. Hasta que se adopten medidas para favorecer la migración legal y se tomen precauciones navales, es probable que continúen ocurriendo accidentes evitables.
El pasado 14 de junio, un carguero con cientos de personas procedente de Libia naufragó en las costas de la península del Peloponeso, Grecia. Hasta el momento se recuperaron 82 cadáveres, pero según testigos a bordo serían muchos más les fallecides.
Por su parte, el último miércoles fallecieron otros 2 migrantes cuando se hundió una embarcación a 160 kilómetros de las Islas Canarias, en España. Aún así, una ONG local sostiene que el número real de muertos sería de varias decenas más.
Por su parte, la ONG Alarm Phone reveló ayer que otro navío proveniente de Libia se encuentra a la deriva en aguas mediterráneas, con aproximadamente 50 personas a bordo. “La situación es crítica”, sostienen desde la organización.
“Nos acaban de llamar. Están desesperados y esperan ayuda. Entra agua en la embarcación. La situación es crítica. Instamos a todas las autoridades competentes: no dejen que se ahoguen!”, publicaron en su cuenta de Twitter.