Bookcassette es el nombre del emprendimiento que permite leer cuentos en cassettes reciclados. También, es mucho más que eso. Para Diego Paladino, uno de sus creadores, el producto tiene “un lado nostálgico, otro de reutilizar, y es un diálogo entre generaciones”.
Paladino junto a María Agustina Martino crearon el proyecto y son quienes lo trabajan a diario: lo fabrican, se encarga de la difusión a través de las redes sociales y realizan las ventas. “Más que un emprendimiento y un producto, es un proyecto cultural”, expresó Martino.
Los inicios de Bookcassette
“Primero surgió el invento, el Bookcassette, y después surgió la idea de que sea un emprendimiento”, contó María Agustina. “Nos encantó a los dos el resultado, entonces ahí le dije, tiene que ser un emprendimiento”, agregó.
Al respecto, Diego manifestó que “se convirtió en emprendimiento también por la misma demanda de la gente”. Él tiene una cuenta de instagram, llamada “El lector del tren”, que publica información relacionada a la literatura. Allí compartió el bookcassette en un reels y muchos usuaries comenzaron a preguntarle si se encontraba a la venta.
El producto, al hacer correr la cinta del cassette, permite avanzar en la lectura de las obras literarias. “Nos dimos cuenta de que estamos muy entrenados para leer scroleando”, dijo Paladino y agregó: “A leer en oraciones cortas, que pasen rápido y en cambio con un libro tradicional capaz el tener que leer una oración larga, tener que ir pasando páginas genera otra fatiga que el scrollear no”.
A su vez, Diego contó: “La idea era hacer algo que se lea scroleando y me di cuenta que el ideal era un cassette porque tiene el componente nostálgico que también es un gancho importante”. Para María Agustina, esto permite “llevar la manera de leer de los millennials a algún dispositivo que los haga leer literatura que capaz por otros medios no la leerían”.
En este sentido, Paladino enumeró que una de las primeras tareas para el emprendimiento es conseguir cassettes, los cuales en su mayoría son donados. “El primero lo hice con unos casetes que le robé a mi suegra”, contó entre risas, y agregó que “la mayoría de los cassettes a los 20 años dejan de funcionar, o les salen hongos en la cinta, o ya no hay reproductores, entonces la gente antes que tirarlos nos escribe y lo regalan”.
La lectura en la era de la tecnología
Si bien existe cierto prejuicio sobre la lectura en tiempos de redes sociales, algunos datos demuestran lo contrario. Según la Cámara Argentina del Libro (CAL), hubo un crecimiento de un 24% en lo que a títulos publicados se refiere en el último año. Un total de 23.149 libros físicos y 11.107 en formato digital.
“Yo no estoy de acuerdo con que los jóvenes no lean”, expresó Diego. “Si bien (les jóvenes) no leen tanta literatura, leen muchísimo más que nunca porque se la pasan leyendo en el celular contenidos de todo tipo, noticias, los mismos reels ya vienen con subtítulos, ya ni siquiera los escuchan sino que los leen”, añadió.
“Yo lo que veo es que los jóvenes, capaz, no leen clásicos de que tienen 100 años, que está bueno leerlo, pero tampoco esta idea de ser culto por leer a Edgar Allan Poe, no estoy de acuerdo”, manifestó. En ese sentido, agregó: “Siento que se lee más que nunca en el sentido estricto de la palabra y no sólo se lee sino que se produce contenido literario, los pibes ahora escriben en plataformas como Wattpad o producen historias en YouTube”.
En relación al avance de la tecnología, les entrevistades explicaron que les niñes de hoy muchas veces no saben lo que es un cassette y ven a bookcassette como “el diálogo entre generaciones”. Respecto a los textos, en primer lugar, utilizan cuentos de dominio público. Por otro lado, si bien trabajan con autores como Kafka o Poe, no eligen los textos más conocidos sino que prefieren difundir otros.
Otro punto es el límite de la longitud del rollo. “Nos piden El Principito, que sería hermoso, pero no entra”, sostuvo y detalló que la longitud es de “unas 15 páginas de un libro tradicional”. “Es difícil porque a veces él hace toda la investigación y se le ocurre un autor que sería interesante y no encuentra por ejemplo un cuento que entre”, explicó María Agustina.
La tarea de emprender
El informe “Entrepreneurship 2021: Argentina” indica que 1 de cada 4 argentines tiene negocio propio, es decir, son emprendedores. En Bookcassette, a pesar de que la gente les escribe como si fueran muchas personas, elles dos son les úniques detrás del proyecto y quienes se encargan de todas las áreas. Una vez por semana suben el stock, máximo de 20 productos, que son comprados en menos de media hora.
María Agustina contó que Diego “hace toda la parte de diseño de columnas y del exterior, que son los stickers y la elección de colores particular para cada autor”. Ella se encarga de las ventas, el diálogo con proveedores y clientes, lo económico y las redes sociales.
Respecto a la demanda del público, Martino expresó que “es una felicidad impresionante pero también es una demanda para nosotros porque el producto es artesanal y no damos abasto”. “Por más que en este momento estamos produciendo el doble de lo que producíamos hace unos meses, así y todo no llegamos a responder los pedidos”, contó.
En cuanto a las expectativas a futuro, Martino explicó que lo principal es acomodarse y disfrutar del presente. Paladino, por su parte, dijo: “Estamos pensando estrategias a futuro para poder hacerlo más accesible”, también fantaseó con la idea de “armar un pack con todos los autores y que se venda el pack entero”.
Dentro de los planes próximos, los primeros días de septiembre se presentarán en la Feria Puro Diseño que se llevará a cabo en la Rural. “Es un poco una retribución al diseño del producto”, sostuvo ella quien también contó que bookcassette se encuentra en proceso de patentación.