El país trasandino se convirtió en líder mundial de conservación marina ya que tiene más de 4.000 km lineales de costa, cuyos ecosistemas marinos presentan una biodiversidad única y destacable.
Para su conservación, se implementó medidas que combaten a la sobrepesca, una de las amenazas y prácticas más destructivas para los océanos.
En este contexto, el investigador y Biólogo marino Alberto Fuentes Larenas en diálogo con Nota al Pie aseguró que Chile está entre los cinco países con mayor concentración de territorio protegido de su zona económica exclusiva en los ecosistemas oceánicos.
-Alberto Fuentes Larenas, ¿Cómo es el sistema de áreas marinas protegidas en Chile?
-Nosotros tenemos un sistema de áreas marinas protegidas oceánicas que son bastante grandes, son áreas protegidas marinas de gran escala. Tenemos nuestros cuatro sistemas de Islas oceánicas protegidas, es decir, Isla de Pascua o Rapa Nui, el archipiélago Juan Fernández, Islas Desventuradas y las Islas Sala y Gómez, que son nuestros cuatro sistemas de Islas oceánicas, las cuales tenemos protegidas con alguna figura de conservación, ya sea de “Parques marinos” que es la figura más estricta que da la ley chilena de conservación marina, ya que son áreas de “No take” pesquera, como el caso del Parque marino “Nazca-Desventuradas”.
-¿Considerás importante que Argentina y Chile se afiancen para proteger la conservación marina?
-Es una cosa importante con Argentina trabajar el tema de la Patagonia Chilena y Argentina, ahí se puede hacer mucho. Existe obviamente en el pasado una controversia, sin duda, y también con Perú ha existido, pero eso tiene que dejarse de lado con mirada de futuro en conservación marina creo yo. Todo lo que es el Paso de Drake, Tierra del Fuego, desde el lado del Atlántico argentino hacia el lado Pacífico chileno hay mucho que hacer ahí. Pero existe también mucha presión por la salmonicultura y también por el turismo no regulado ya que ahí existen poblaciones que se mueven desde, por ejemplo, el Estrecho de Magallanes de lado argentino a lado chileno, como grandes cetáceos, y cetáceos menores y aves marinas que son poblaciones compartidas entre ambos países.
–¿Cómo se relaciona la conservación marina y la pesca sustentable?
-Con respecto a la conservación marina, esta es una de las herramientas que existe también para apoyar lo que podría llamarse una “pesca sustentable”, es decir, una de las figuras que se ocupan son las áreas marinas protegidas que se han establecido con un enfoque de conservación de la biodiversidad. Por otro lado, también existen muchos países que han adoptado áreas marinas protegidas con un enfoque más pesquero, es decir, proteger ciertos ecosistemas de los cuales se generan procesos claves para las poblaciones pesqueras, como por ejemplo: áreas de alimentación o áreas de reproducción de algunas especies o un enfoque sobre todo pesquerías más costeras, como son las áreas “semilleros” donde puedan generarse procesos de reclutamiento por manejo y dado que se conservan estas áreas ya que pueden por procesos de “excedentes” de larvas y semillas repoblar otras áreas aledañas.
-¿Cuál es tu punto de vista hacia el futuro de la conservación marina?
-Soy optimista, creo que Chile avanzó en los últimos años mucho en conservación marina y creo que falta esfuerzo a nivel costero y a nivel internacional, y también a nivel de la región latinoamericana. Chile ahora está tratando de generar corredores biológicos con nuestros países vecinos, dado que existen especies migratorias que son muy importantes también en conservación.
-Además, cuentan con un enfoque importante…
-Esto también tiene un enfoque además de la parte pesquera, ya que estas áreas pueden servir para recuperar ciertos recursos pesqueros que se implementan también de punto de vista estratégico de fiscalización porque son herramientas muy eficaces para controlar lo que es la pesca ilegal, que yo creo que es uno de los problemas que tiene la sobrepesca en muchos países, incluido Chile. Por lo tanto, no tiene que ver tanto con los elementos regulatorios, que yo creo que sí los tenemos, sino con lo que se denomina “la pesca ilegal” que es un gran problema a nivel mundial.
-¿Cómo es la situación con la pesca ilegal?
-Existe mucha pesca ilegal en nuestra zona costera, y en nuestra zona económica exclusiva. Existe una gran controversia de barcos piratas sin bandera que pescan en aguas internacionales y en realidad no hay control sobre aquello. Existen algunas iniciativas internacionales, por ejemplo, las O.R.P (Organizaciones Regionales de Pesca). En el caso del Pacífico Sur hay una O.R.P que incluye a países como Chile, Perú, Australia, Nueva Zelanda y otros que pescan en aguas internacionales como China y España, que tienen grandes flotas pesqueras, factorías en aguas internacionales. Por lo tanto, las áreas marinas protegidas oceánicas sirven también para combatir la pesca ilegal, que yo creo que es uno de los grandes problemas que tenemos, dado que por más que hagamos cálculos de evaluación de stock de las pesquerías, y tratemos de ocupar los mayores estándares posibles. Entonces, si no combatimos la pesca ilegal no tenemos, por un lado, la estadística de cuánto se está capturando realmente. En consecuencia, eso es un gran problema, por lo tanto, estas áreas marinas protegidas y otras herramientas de conservación marina a nivel de especie o nivel de población, como las vedas o las tallas mínimas de captura, aportan a mitigar la sobrepesca definitivamente.
-En cuanto al cambio climático ¿Qué planes tiene Chile?
-Chile tiene un plan de acción nacional del cambio climático que es transversal a todos los sectores y después tiene varios planes nacionales de adaptación por sector productivo: uno para agricultura, otro para minería y otro para infraestructura. Además, hay uno para biodiversidad que lo lidera el Ministerio del Medio Ambiente y también otro de Pesca y Acuicultura, obviamente enfocado a los grupos más vulnerables al cambio climático, que en este caso es la pesca artesanal y la acuicultura de pequeña escala.
-¿Cómo se interpreta el cambio climático?
-La adaptación al cambio climático hay que entenderla como procesos socio-ecológicos, tiene que ver con cómo nosotros nos adaptamos a una realidad climática cambiante. Existen enfoques de investigación para conocer más las señales que no está dando el cambio climático a nivel de sequías o climas extremos. Por lo tanto, lo que sí puede adaptar es el comportamiento humano o las actividades productivas, y ahí claro, existe una serie de recetas ya que no hay receta única, pero en cada país tienen sus propios planes y sus propias medidas de adaptación.
-En el caso de Chile, ¿Qué otras medidas presentan?
-Nosotros implementamos en el caso de la pesca artesanal y acuicultura a pequeña escala algunas prácticas de adaptación que tienen que ver con incorporar valor agregado a la pesca, por ejemplo, el tema de la fauna acompañante que a veces se pierde, la acuicultura también como una forma de diversificación de pesca extractiva a los cultivos. Otro tema es el turismo por ejemplo como una forma de diversificación de las comunidades costeras, hacer turismo de observación de naturaleza por ejemplo o de fauna silvestre, todas esas prácticas son recomendadas por organismos como la FAO y otros organismos internacionales.