Las historias de vida interesantes abundan en cada rincón. Cuando se tiene suerte, uno puede encontrar a esas personas que parecen irradiar luz. Considero que son seres que vienen al mundo a enseñar que no importa qué, es importante levantarse e intentar salir adelante.
Diego Stanley es una de esas personas mágicas. Él es artista, vive en la localidad bonaerense de Lanús y su trabajo consiste en llevar música a les pasejeres que todos los días viajan en el subte que atraviesa la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Un compañero de Nota al Pie me dio la oportunidad de conocer a Diego y su historia. Además de ser artista en el subte, forma parte de una ONG llamada “Todos Hacemos Música”, un proyecto ofrece la posibilidad de que personas con algún tipo de discapacidad puedan crear y compartir su arte.
Durante la charla que tuvimos, Diego contó cómo surgió su primer contacto con la música. Al respecto, comentó que es un vínculo “de toda la vida” y detalló: “Los primos de mi papá eran músicos. Venían a tocar la guitarra y a mí me gustaba escucharlos. Mi tía canta también”.
La música ha sido una compañera fiel de Diego a lo largo de toda su vida. Algunas de sus primeras experiencias tuvieron lugar cuando empezó a cantar en los actos de la escuela y ese sería el punto de partida para todo lo que vino después.
Enfrentar la adversidad
Las circunstancias de la vida llevaron a Diego a una situación complicada en la que tuvo que armarse de valor para poder salir adelante. En este contexto, su camino musical se cruzó con el escenario que todos los días lo tiene como protagonista: el subte.
“Mí vínculo con el subte fue porque me quedé sin laburo en la Ciudad Cultural Konex donde trabajaba antes. Hablando con un amigo dijimos ‘vamos a hacer música en el subte’ y nos mandamos y así arrancó”, relató.
Además de cantar, Diego hace percusión y toca la armónica. Y una de las particularidades es que no tuvo formación musical; pareciera que su saber artístico fuese un don con el que nació.
A lo largo de la vida, hubo otras adversidades a las que Diego le ha hecho frente. Él es una persona con discapacidad visual, y a pesar de las dificultades su vínculo con la música siempre se mantuvo firme.
“A veces me dan ganas de dejar de ir al subte porque pienso si a alguien le gustará o es cansador. Pero siempre viene algo o un mensaje de alguien que cuando uno está por claudicar y te dice ‘esta es tu misión’”, reflexionó el músico.
Compartir el arte
En esta clave de “cumplir una misión” Diego se cruzó en la vida con “Todos Hacemos Música”, una ONG que promueve la inclusión de personas con algún tipo de discapacidad a través de la música y el arte.
Dentro de la fundación hay diferentes propuestas artísticas, entre ellas THM, la banda que Diego integra junto a otres compañeres. Con un repertorio poderoso, el grupo ha estado en escenarios como la Usina del Arte y en el Festival Rock en Baradero, entre otros.
“Yo llegué a la ONG en 2018 por intermedio de una amiga. Le escribí a Ralf (uno de los creadores de la fundación) y así fue. Y ahora estamos grabando discos de las diferentes agrupaciones de la ONG”, contó Stanley en cuanto a su llegada a “Todos Hacemos Música” y las actividades que llevan adelante.
A lo largo de los años, Diego y el resto del equipo de “Todos Hacemos Música” llevan adelante la bandera de la inclusión y el arte. Para tal fin, promueven el acercamiento de personas con y sin discapacidad a la creación artística. En este sentido, cabe mencionar que el proyecto es autogestivo y crece gracias al esfuerzo y compromiso de sus integrantes.
En el presente, mientras continúa con sus shows en los vagones del subte, Diego Stanley sigue junto a la ONG y su banda THM. Así, comparten un mensaje de perseverancia y de defender lo que a une le guste.
En este aspecto, el músico habló sobre un sueño que le gustaría poder cumplir. “Me imagino cantando en una fecha grande con alguna de las bandas que me gusta”, concluyó.