El canciller de China, Wang Wenbin, criticó las declaraciones de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien planteó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) refleja “los valores estadounidenses” y sirve como contrapeso a lógicas como las de la potencia asiática.
Nota al Pie dialogó con Sebastián Schulz, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y especialista en China, sobre la puja de intereses entre las principales economías del mundo. Así como también cómo la disputa geopolítica a escala internacional repercute en la dinámica del organismo y genera oportunidades para países deudores como Argentina.
¿Por qué se da este intercambio entre dos representantes de peso al interior del FMI?
Tiene que ver con que estamos en las vísperas de la Cumbre del BRICS, en donde se va a discutir no sólo la ampliación del bloque, sino también del Banco de Desarrollo del espacio, que en relación a los préstamos que ha otorgado en su corto tiempo de funcionamiento ha demostrado mucha mayor eficacia. Y que es un banco pensado para las necesidades de los países en desarrollo.
La propuesta de adhesión de diversos países al bloque y al banco representa un golpe para el FMI y para el dólar, como moneda de referencia global. Porque, en el marco del BRICS, se está debatiendo el comercio en monedas nacionales o ir hacia una moneda común que permita el intercambio comercial y las inversiones por fuera del sistema dólar. Este es uno de los principales sostenes de la hegemonía norteamericana y por eso Estados Unidos hoy tiene poder de veto en el FMI, pudiendo controlar las directrices del banco: acciones y presiones.
Pero estamos ante un cambio del centro de gravedad del dinamismo económico global, es decir, Estados Unidos ya no expresa el Producto Interno Bruto (PIB) global, sino que eso se ha desplazado hacia los países emergentes y China en particular. Por eso vemos tantas reacciones desde Estados Unidos de intentar imponer el sistema dólar y su entrada en el FMI en una disputa contra China y los que buscan una nueva arquitectura monetaria y financiera.
El canciller chino le reprochó a Yellen la suba de la tasa de interés. ¿Qué está sucediendo en Estados Unidos y qué impacto tiene puertas adentro del FMI?
Al tener Estados Unidos el monopolio de la moneda de reserva global permite hacer política nacional con su moneda y tomar decisiones discrecionales que afectan no sólo a los Estados Unidos, sino al resto del mundo en general, que está obligado a usar el sistema dólar.
En ese marco, su política unilateral de subir y bajar tasas de interés afecta al resto porque hace que sea más difícil acceder a préstamos y créditos. Por otro lado, Estados Unidos paga más interés por la utilización del dólar y eso repercute en países emergentes y en desarrollo que estén pensando en salirse del dólar y buscar alternativas en monedas emergentes. Buscan resguardo en el dólar, al igual que las grandes transnacionales.
Cuando hay subas abruptas de las tasas de interés hay crisis en las economías emergentes porque los capitales se van y vuelven a resguardarse en Estados Unidos. Pero, a largo plazo, estas políticas contribuyen a implosionar aún más el sistema dólar porque queda cada vez más claro cómo lo utiliza políticamente. Es decir, produce crisis coyunturales, pero a largo plazo es igual de perjudicial para ellos.
Estados Unidos paga más interés por la utilización del dólar y eso repercute en países emergentes y en desarrollo que estén pensando en salirse del dólar y buscar alternativas en monedas emergentes.
¿Cuál es la disputa entre Yellen y la directora del FMI, Kristalina Georgieva?
En general, en los últimos años, se observa que el Fondo ha tendido a tener algunas concesiones con los países emergentes y en desarrollo. Quizás en un diálogo más fuerte con los sectores, pero muy contrario a los intereses continentalistas que dominan el Partido Republicano.
Estos últimos son quienes manejan gran parte de la economía norteamericana. Por ende, los sectores continentalistas continuamente intentan hacerse con el control del FMI porque es el banco mediante el cual ejercen un poder de policía económico a nivel global.
Por eso están continuamente criticando las acciones de Kristalina Georgieva en relación a los países emergentes y en desarrollo. Esto expresa la crisis interna que existe en los Estados Unidos como parte de una fractura en el establishment sobre dos miradas distintas del rol del país en esta coyuntura. Una crisis que contribuye a profundizar la parálisis de la economía norteamericana.
¿Cómo maneja China su lugar en el FMI pero también en el Banco de Desarrollo del BRICS?
China tiene, desde su emergencia como economía global, una importante incidencia en los asuntos internacionales. En conjunto con los BRICS ha tenido una política dual a nivel global. Por un lado, reivindica el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el conjunto de instituciones que ya han sido creadas en una estrategia de no implosionar directamente la arquitectura monetaria, financiera y económica actual.
Por eso también es uno de los principales tenedores de bonos de deuda estadounidense. ¿Por qué no hace uso de lo que se llama la opción nuclear? Que se basa en vender rápidamente todos esos bonos generando un colapso del dólar. Básicamente porque a China no le interesa implosionar el sistema, sino modificarlo paulatinamente.
Por eso los BRICS han venido pidiendo desde sus inicios una reforma estructural del FMI que exprese la nueva realidad. Es decir, este Fondo, así como está constituido en la actualidad, expresa la realidad de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, ese mundo ya no es el mismo de hoy y, en ese sentido, los BRICS vienen reclamando la reforma del sistema de votación del Fondo y la incorporación de la cesta de divisas. En 2016 se realizó esa reforma del sistema de votación, pero no fue suficiente porque fue prácticamente testimonial, ya que Estados Unidos continuó conservando el poder de veto.
Al ver que es muy difícil hacer reformas estructurales por la oposición de los Estados Unidos, China ha intentado construir junto a los BRICS herramientas alternativas, como por ejemplo el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura. Es decir, China no tiene una política para dinamitar la arquitectura financiera, sino de participar, intentar modificarla y, paulatinamente, crear una nueva.
China no tiene una política para dinamitar la arquitectura financiera, sino de participar, intentar modificarla y, paulatinamente, crear una nueva.
¿Qué otros actores tienen capacidad de traccionar junto a China una reforma del FMI?
En términos de votación, prácticamente ninguno. La única forma de modificar el FMI sería una alianza entre los BRICS, los emergentes en general y la Unión Europea (UE) que le dé la mayoría en el directorio para poder impulsar un cambio directo.
Eso se estaba construyendo a partir de 2014, pero con la crisis en Ucrania se ha vuelto muy difícil. Y esa es una de las razones por las que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) empuja tanto esta guerra. Sin esa alianza entre China, Rusia, la India y Europa, lo que le queda a China es ir fortaleciendo el bloque BRICS, una mesa de diálogo de los países emergentes y en desarrollo para que, en la medida que no se pueda avanzar en otra reforma del FMI, se siga fortaleciendo una arquitectura financiera alternativa.
¿Qué perspectivas tiene China sobre Argentina en el escenario internacional considerando su situación financiera y el debate al interior del gobierno nacional sobre la deuda con el FMI?
Argentina es una potencia media en el orden internacional. Un actor de peso en Sudamérica y América Latina en general. Y por eso China ve con mucho interés su incorporación al esquema del BRICS junto con otros países como Arabia Saudita, Egipto, Turquía e Irán. Actores con protagonismo que permitirán robustecer el sistema BRICS con una economía fuerte que pueda comerciar en monedas nacionales escapando al dólar.
Por otro lado, China en general tiene una estrategia de no entrometerse en asuntos internos de los Estados. Es decir, no le interesa tanto las discusiones que existan al interior de una alianza de gobierno o entre un gobierno y la oposición. Lo que sí le interesa es que Argentina no quede fuera del orden económico internacional, que es lo que se daría si entra en default por cesación de pagos.
Esto último le representaría a China un problema para llevar adelante determinadas inversiones en el país por la inestabilidad que eso podría generar en términos macroeconómicos y microeconómicos.