El tenis argentino se encuentra nuevamente en franco crecimiento. Enfocándonos en la rama masculina, son varias las revelaciones surgidas en los últimos tiempos. En la actualidad, se destacan Francisco Cerúndolo y Sebastián Báez.
Además, en las últimas semanas, empezó a resaltarse la presencia de Tomás Etcheverry, quien se ubica en el puesto 32 en el ranking mundial y es, en la actualidad, el segundo mejor argentino posicionado.
El joven de 23 años nacido el 18 de julio de 1999 en La Plata, venía de atravesar dos años tiempos oscuros, los cuales mencionar con el correr de la nota. Hoy en día, atraviesa su mejor momento deportivo, tras lograr un buen desempeño en Roland Garros y a continuación, Nota Al Pie repasa su historia.
Los inicios de Etcheverry en el tenis
Su relación con la raqueta comenzó cuando tenía cinco años. Un día fue con su familia de vacaciones a Cariló, localidad ubicada en el partido bonaerense de Pinamar. Allí recibió de regalo un palo con una pelota.
Ese juguete definió el futuro de la joven promesa, ya que jugaba con el los todos los días golpeando la pelota sin parar. A partir de ese momento le encantó el tenis, deporte al que asoció con dicho divertimento.
Cuando regresaron a la casa, Etcheverry le pidió su padre y su madre, quienes tenían oficio de abogacía, que lo llevara a clases de tenis. Y allí comenzó su carrera tenística.
A los siete años disputó su primer torneo en la Asociación Platense de Tenis. Su primer entrenador fue Gustavo Merbilhaa, quien lo formó técnicamente. Además de jugar al tenis, Etcheverry, reconocido hincha de Gimnasia y Esgrima La Plata, también jugó al fútbol.
Finalmente, se dedicó al deporte de la raqueta. En 2017, Etcheverry tuvo su debut como profesional, teniendo una difícil adaptación. Cuatro años después, comenzó a escalar en el ranking en donde logró conquistar sus primeros títulos Challenger.
Sus logros en el circuito y un destacado presente
En 2021, Tomás Etcheverry vivió un gran año deportivo en donde logró sus primeros tres títulos en Italia. Primero, obtuvo en dobles, junto a su compatriota Renzo Olivo, el Challenger de Biella, tras derrotar al venezolano Luis David Martínez y al español David Vega Hernández.
Después, conquistó dos Challenger individuales. En Perugia venció al ucraniano Vitaliy Sachko y en Trieste se impuso en una final argentina frente a Thiago Tirante.
Por último, en 2022, obtuvo su tercer Challenger, pero esta vez fue en Sudamérica. Se consagró campeón en la región de Biobío, Chile, tras derrotar en sets corridos al boliviano Hugo Dellien.
Ya dentro de este año, y formando parte del circuito ATP, Etcheverry fue finalista en los torneos ATP 250 de Santiago y ATP 250 de Houston. En ambos cayó frente a Nicolás Jarry y Francis Tiafoe, respectivamente.
Además, en Roland Garros tuvo su mejor actuación al llegar hasta los cuartos de final, en donde en sus cuatro triunfos no cedió sets. Antes de disputar el Abierto de Francia, el platense se ubicaba en el puesto 49. Tras su desempeño, se metió por primera vez dentro del top 30.
Su camino en el Roland Garros comenzó cuando enfrentó al británico Jack Draper, quien abandonó el juego en el segundo set. Luego eliminó a tres tenistas del top 20. Primero, al australiano Alex de Miñaur por 6-3, 7-6 y 6-3, y luego al croata Borna Coric por 6-3, 7-6 y 6-2.
Por los cuartos de final, superó al japonés Yoshihito Nishioka por 7-6, 6-0 y 6-1. Finalmente, quedó eliminado frente al alemán Alexander Zverev por 4-6, 6-3, 3-6 y 4-6.
Los golpes en la vida
Pese a todos los logros alcanzados, no fue todo color de rosa, ya que Etcheverry tuvo que atravesar por malos momentos. En 2021, fue deportado en Europa, tras haber superado los 90 días de estadía en países que pertenecen a la Comunidad Económica Europea (CEE).
El platense después de disputar el US Open, viajó a Madrid para continuar con su entrenamiento. Pero el argentino no se percató de que al haber participado anteriormente otros torneos en Europa, por lo que los días de estadía siguieron contándose y superó el límite legal.
Fue arrestado en el Aeropuerto de Colonia, Alemania, cuando se dirigía a Polonia para disputar un torneo. Allí estuvo en un calabozo durante más de 24 horas. Al recuperar la libertad, Etcheverry siguió con las malas noticias, ya que dio positivo de Covid-19 y continuó alejado del circuito.
Su golpe más duro fue el fallecimiento de su hermana Magali, a sus 32 años, tras luchar contra el cáncer de mama. Con el crecimiento de su tenis, Etcheverry ha sacado provecho de las victorias para recordarla al dedicar sus triunfos siempre en su memoria.