Cada cierta cantidad de tiempo, las noticias sobre personas que consumen diversas sustancias en una fiesta y luego mueren, surgen en los medios de comunicación. El último y lamentable fallecimiento de este estilo fue el de Leandro Darío Nespral, quien perdió su vida luego de asistir el pasado 30 de abril a Mandarine Park, donde habría ingerido algunas pastillas.
Pero, ¿qué contienen estas sustancias? ¿Alguien regula lo que consumen les jóvenes? En dichas fiestas, ¿se les brinda ayuda médica o se les abandona a su suerte? Esas preguntas se realizó María Inés González Castro, la creadora de Chill & Safe.
Se trata de un dispositivo marplatense, cuya tarea es la reducción de daños. De esta forma, asisten a distintos eventos donde brindan acompañamiento y ayuda a las personas que lo necesiten. También realizan testeos de estas sustancias, para prevenir intoxicaciones.
Pero sobre todo, el objetivo es concientizar sobre la necesidad de regulación de las drogas sintéticas que están prohibidas. Así, poder evitar tragedias como la de Leandro Nespral, o las muertes que sucedieron en la recordada Time Warp.
Nota al Pie dialogó con María Inés González Castro. La trabajadora social marplatense, acompañante terapéutica, estudiante de psicología y operadora en adicciones contó cómo surgió Chill & Safe y cuáles son sus fines.
Reducción de daños
«La idea fue mía, surgió hace casi cuatro años, a partir de Time Warp», recordó González Castro. Ella se capacitaba al respecto hacía tiempo. «La salud mental y las adicciones siempre fueron un tema que me convocó», confesó.
«Luego de Time Warp, y también siendo yo usuaria de fiestas electrónicas, decidí que quería hacer algo respecto en mi ciudad, y arranqué», relató sobre los inicios de Chill & Safe.
No solo intervienen en eventos como dispositivo de salud, sino que realizan testeos de las distintas drogas sintéticas. «Es importante generar todo tipo de reportes en cuanto a las sustancias que dan una alerta», explicó Gonzalez Castro.
«Lo llevamos a cabo a través de los testeos que hago y de los reportes de las personas que consumen ciertas sustancias, y reportan alertas», afirmó.
Además, la fundadora de Chill & Safe puntualizó en lo necesario de crear conciencia sobre la reducción de daños y la prevención. A través de las redes sociales del dispositivo, brindan información pertinente a les consumidores basada en evidencia.
«Se trata de aprender ciertas estrategias por cuestiones que generan riesgos y daños y que no se saben», analizó. «El prohibicionismo causa que no se hable y no se difunda esa información».
La lucha por la regulación
«A medida que me fui desenvolviendo, noté que la tarea también era militar la regulación», relató González Castro. «El único avance que vi es en con respecto al Cannabis, pero también se ven situaciones relacionadas al prohibicionismo y la tolerancia social al punitivismo».
«Por ejemplo, cuando por una tuca o medio porro, les hacen un acta, los llevan detenidos, etcétera», se lamentó. «Todavía se ve una resistencia por parte del conservadurismo. Pero sí, a nivel legal, hubo cambios importantes con respecto al Cannabis».
Pero no sucede lo mismo con el resto de las sustancias. La creadora de Chill & Safe se refirió a la ley que, en la provincia de Buenos Aires, obliga a los boliches a brindar agua de forma gratuita.
«No se cumple en la mayoría de los eventos», denunció María Inés. «Es una ley integral que no habla solo de que haya bidones de agua, sino de que exista reducción de daños. Eso no está sucediendo».
Lo que sí observó es un cambio de mentalidad en la gente. «Se están cuidando más a sí mismos y a otras personas. Tratan de investigar lo que van a consumir y se quejan, aunque sea a través de mi página», relató.
Allí, María Inés González Castro comparte denuncias de las personas que comparten situaciones de sustancias adulteradas, mala atención al momento de necesitar ayuda en un evento, etcs.
«Lo que más cuesta es salir del clóset psicoactivo», reflexionó la trabajadora social. «Lo hacen a través de mi página y no en las suyas porque continúa la estigmatización. Si alguien habla de que consume lo pueden echar del trabajo, lo pueden discriminar».
La tarea de María Inés es ardua pero necesaria. Echar luz a una situación que aunque esté prohibida, sigue sucediendo. Por eso, la regulación por la que lucha desde Chill & Safe implicaría evitar más daños, y en el peor de los casos, nuevas muertes.