Este martes por la madrugada, el gobierno de Rusia aseguró haber sufrido una oleada de ataques a través de drones en varios edificios residenciales de su capital, Moscú. Si bien no hubo víctimas fatales ni daños materiales considerables, el ataque sobre la capital rusa casi no tiene precedentes e intensifica un conflicto que parece no tener fin.
Desde el Kremlin denunciaron que “estos ataques fueron planificados por el régimen kievita neonazi para el que los atentados terroristas desde hace tiempo se convirtieron en una práctica siniestra”.
Desde Kiev, a través de un asesor de Zelenski, afirmaron que “los ataques los observamos con mucho gusto (…) pero desde luego no tenemos relación directa con ellos”.
Un atentado terrorista, según Moscú
El Ministerio de Defensa de Rusia informó que en los ataques, realizados durante la madrugada, participaron ocho drones tipo avión. Cinco de ellos fueron derribados por los sistemas antiaéreos cañón-misil Pantsir-S.
Por otra parte, los tres restantes fueron neutralizados por los equipos de supresión radioelectrónica rusos. Gracias a ello, los drones no alcanzaron los objetivos asignados pero terminaron estrellándose sobre edificios residenciales en Moscú.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, además de asegurar que los ataques fueron planificados por Ucrania, afirmó en relación a Kiev que “sus representantes desde hace tiempo exhortan en público a asestar contra Moscú golpes de represalia”.
Del mismo modo, desde el gobierno ruso manifestaron que los ataques no tienen sentido desde el punto de vista militar por lo que “están apuntados exclusivamente contra los civiles con el objetivo de sembrar pánico entre ellos”.
La cancillería rusa, asimismo, remarcó que Occidente “empuja a los dirigentes ucranianos a cometer crímenes cada vez más absurdos”, entre los que se encuentran los atentados terroristas, la violación del derecho humanitario internacional e incluso los crímenes de guerra.
En el mismo sentido, la diplomacia rusa indicó que “las aseveraciones que hacen los cargos oficiales de los países de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en el sentido de que el régimen kievita no va a asestar golpes contra el interior de Rusia resultan absolutamente hipócritas”.
Las repercusiones tras el frustrado atentado
El presidente ruso, Vladimir Putin, señaló tras los ataques que el régimen de Kiev eligió “el camino de los intentos de intimidar a Rusia, intimidar a los ciudadanos rusos, atacar edificios residenciales. Esto, por supuesto, es una clara señal de actividad terrorista”.
El mandatario, asimismo, afirmó que el sistema de defensa aérea de Moscú, a pesar de que existe margen de mejora, respondió adecuadamente. Del mismo modo, Putin remarcó no estar tan preocupado por los ataques sino por los intentos de desencadenar una respuesta rusa.
El líder ruso, en este sentido, manifestó que “nos están provocando para que respondamos de la misma manera”. En tanto que, además, sostuvo que “los ciudadanos ucranianos no pueden hablar debido al terror total contra los civiles” pero que, sin embargo, “deberían saber hacia dónde están empujando al país los actuales líderes de Ucrania”.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Karine Jean-Pierre, afirmó que «no estamos a favor de los ataques dentro de Rusia» . En la misma línea, la funcionaria norteamericana indicó que “nos hemos centrado en proporcionar a Ucrania, como han oído decir al presidente o al asesor de Seguridad Nacional, el equipamiento necesario para recuperar su propio territorio soberano”.
Por otro lado, distinta fue la respuesta del Ministro de Relaciones Exteriores britanico, James Claverly, quien justificó el ataque en una rueda de prensa en Estonia. Según el canciller inglés, Kiev tiene el derecho legítimo de defenderse dentro de sus propias fronteras “pero también tiene el derecho de proyectar la fuerza más allá de sus fronteras para socavar la capacidad de Rusia de proyectar la fuerza en la propia Ucrania”.