El pasado lunes, el Gobierno de la Nación envió a la Cámara de Diputados dos proyectos energéticos. Se trata de la Ley de Promoción del Hidrógeno de Bajas Emisiones de Carbono y otros Gases de Efecto Invernadero, y la Promoción del Gas Natural Licuado (GNL).
Ambos están firmados por el presidente Alberto Fernández; el ministro de Economía, Sergio Massa; y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi.
A modo de consideraciones iniciales respecto del proyecto de la denominada Ley de Promoción del Hidrógeno, plantearon su contexto.
“Los esfuerzos internacionales por mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados celsius (2°C) respecto de los niveles preindustriales (…) propician la oportunidad para que el hidrógeno se convierta en uno de los vectores energéticos centrales que permitirán transformar la matriz energética mundial”, iniciaron.
En este sentido, se remontaron a la 21° Conferencia de las Partes (COP21) celebrada en París en 2015. Allí, 193 países y la Unión Europea “suscribieron un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante, conocido como el Acuerdo de París, aprobado por la República Argentina mediante la Ley N° 27.270”.
A partir de este acuerdo, los países dirigieron sus compromisos a la reducción de gases de efecto invernadero por medio de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional. El objetivo es alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050, y para ello señalaron que se debe “transformar la matriz energética y la estructura productiva de forma radical”.
En esta línea, citan que el hidrógeno bajo en emisiones tiene un potencial como vector de energías limpias y como insumo para procesos industriales. A su vez, representa una oportunidad para que Argentina genere este tipo de energías con costos competitivos.
En definitiva, señalan que esperan nuevas oportunidades para el sector energético e industrial para desarrollar capacidades tecnológicas y productivas.
Ley de Promoción de Hidrógeno
Uno de los proyectos enviados es el de la Ley de Promoción del Hidrógeno de Bajas Emisiones de Carbono y otros Gases de Efecto Invernadero.
La propuesta plantea “la creación de instituciones para la certificación de origen de la producción, las cuales certificarán las características del proceso de producción del hidrógeno incluyendo la fuente de energía y nivel de emisiones asociados”.
En esa línea, aseguran que “las certificaciones locales estarán en línea con estándares reconocidos internacionalmente”.
En otro pasaje, contemplan que habrán “exigencias orientadas al desarrollo de proveedores locales en la cadena de producción de hidrógeno y la consolidación de una matriz productiva nacional que contribuya a la generación de empleos vinculados al sector”.
También se deslizó la propuesta de auditorías que sancionen a los proyectos de producción de hidrógeno que superen los niveles máximos de emisión de gases de efecto invernadero.
Por último, el proyecto contempla incentivos fiscales de promoción de la producción para atraer inversiones, la introducción de certificaciones de calidad, de seguridad y de origen, y el fomento al desarrollo de la cadena de valor local.
Gas Natural Licuado
El segundo proyecto, Ley de Promoción del Gas Natural Licuado (GNL), declara “de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina la licuefacción de gas natural con destino a la exportación de GNL y sus actividades asociadas y vinculadas con su almacenamiento, comercialización y transporte”.
Esta iniciativa, crea un nuevo “Régimen de Promoción para Grandes Proyectos de Inversión en GNL” que comprende la realización de inversiones en bienes y/u obras de infraestructura destinadas al transporte de gas natural para la producción, licuefacción, almacenaje y comercialización del GNL en el territorio nacional y en los mercados de exportación, según detalló la agencia de noticias Télam.
El año pasado, la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y la malaya Petronas firmaron un acuerdo para la construcción de la primera planta productora de GNL. La misma le permitirá al país convertirse en un exportador de gas. Además, ambas compañías esperan la sanción de la ley para avanzar con la iniciativa.
Este proyecto de GNL incluye la producción de gas en Vaca Muerta, su transporte, procesamiento e industrialización.
La primera etapa de la industrialización prevé la instalación de dos barcos licuefactores, mientras que la segunda contempla la construcción de una planta de licuefacción escalable con una capacidad de producción final de 25 millones de toneladas al año, lo que equivale a 465 barcos metaneros, consignó Télam.
El proyecto tiene una inversión estimada de 10 mil millones de dólares, lo que permitirá producir hasta 5 millones de toneladas al año de GNL. Y en su etapa finalizada, dentro de 10 años, se estima la producción y exportación de 25 millones de toneladas anuales de GNL.