El pasado jueves, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto multitudinario al cumplirse 20 años de la asunción de Néstor Kirchner. Acompañada por familiares, funcionaries “fundantes” del kirchnerismo, intendentes, ministres, legisladores, sindicalistas y Abuelas de Plaza de Mayo, entre otres, la exmandataria fue la única oradora. El escenario donde se paró estuvo por delante de la Casa Rosada, quizás como un gesto hacia su compañero de fórmula, el presidente Alberto Fernández, el gran ausente de la jornada.
Durante el acto, los focos estaban puestos en tres funcionarios del Frente de Todos ubicados detrás de la vicepresidenta: el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; el ministro del Interior de la Nación, Eduardo “Wado” de Pedro y su par de Economía, Sergio Massa. Sobre ellos se esperaba que Cristina anuncie la definición respecto a quién encabezará la fórmula del oficialismo. Sin embargo, no hubo nombres propios ni guiños directos, aunque continúa latente la idea de “los hijos de la generación diezmada”. Sobre todo, tras el video que “Wado” de Pedro publicó luego del acto en sus redes.
Ante una plaza colmada de militantes que la escuchaban bajo la lluvia, la dirigenta brindó un discurso en el que reivindicó el rol del Estado y los desafíos del próximo gobierno. La deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) fue el tema central del acto. También habló de apostar por un programa de crecimiento con eje en la industrialización y la innovación tecnológica. Además, resaltó la necesidad de un pacto democrático y hasta definió como “mamarracho” a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Cristina Kirchner pidió “no discutir boludeces”
La vicepresidenta comenzó con un recorrido por las medidas económicas dispuestas en el gobierno de Néstor Kirchner. “Cuando él llegó después de la crisis del 2001, el Estado era así de chiquitito”, expresó mientras hacía un gesto con sus dedos.
Asimismo, se refirió a las empresas privatizadas y el proceso de estatización de algunas de ellas. Con críticas al pasado, pero retomando debates del presente, Cristina apuntó contra les defensores de las privatizaciones al rememorar: “Si todo estaba en manos de los privados y si todo estaba en manos de los ‘buenos administradores’, ¿por qué la Argentina debía tanta plata?”. “Por una razón muy sencilla: porque habían contraído deuda externa”, agregó.
La titular del Senado también mencionó los efectos de la dolarización en ese entonces, una de las banderas que hoy defiende el dirigente libertario Javier Milei. En tanto, recordó la medida impulsada en los 90 por el exministro de Economía, Domingo Cavallo, y acusó al menemismo de “sostener la falsa dolarización para seguir endeudando el país”. Además, aseguró que cuando esa medida cayó, fue cuando “estalló el país” y se produjo “el famoso ‘Corralito’”. “Esos dólares y esos pesos que se quedaron los genios de las finanzas los pagaron los ‘kukas’, Néstor y Cristina”, sentenció.
No obstante, el discurso no fue puramente contra el sector privado. Más bien, consideró que es necesario que la Argentina pueda dar “un salto cualitativo” en el que haya articulación entre ambos sectores: público y privado. “Para agregar valor e incorporar tecnología”, dijo al mismo tiempo en que resaltó algunos de los modelos económicos que surgieron en Asia y que responden a esta dinámica. “Esta es la discusión que están esperando millones de argentinos y no las boludeces que se dicen todos los días en los medios de comunicación”, expresó la exmandataria.
La deuda y un único nombre: Mauricio Macri
Párrafo aparte le dedicó al líder de una de las fuerzas opositoras al kirchnerismo. A mitad de su discurso, Cristina Fernández habló acerca de la deuda que el gobierno de Cambiemos tomó en los primeros años de mandato. Al contrario de otras figuras a las que se niega a nombrar en público, en esta oportunidad, la expresidenta dio nombre y apellido.
En esa línea, afirmó que Argentina fue el país en el mundo que más deuda tomó en dólares durante la presidencia de Macri. “Y cuando no se pudo pagar, pasó lo que pasó: otra vez el Fondo Monetario”, expresó.
No obstante, remarcó que dicho préstamo no fue similar a los “más o menos normales” que se daban a todas las economías de la región o de otras partes del mundo. “Le dieron para que pudiera ganar las elecciones”, denunció ante el abucheo de la militancia y respondió: “No tiene la culpa el chancho, sino el que le da de comer”.
Seguidamente, la dirigenta sostuvo que de los 657.000 millones de dólares de Producto Bruto Interno (PBI) que dejó al terminar su mandato en 2015, para 2019 se había reducido a 457.000 millones de dólares. “200.000 millones de dólares menos de PBI y 120.000 millones de dólares más de deuda. Eso es lo que hicieron en cuatro años los que hoy nos dicen que quieren volver a conducir el país”, señaló Cristina.
Por último, certificó no tener dudas de que este gobierno “es infinitamente mejor de lo que hubiera sido otro de Mauricio Macri”.
Llamado a la organización
Otro tema que abordó Cristina Fernández durante su intervención en Plaza de Mayo fue la de “construir una organización con profundidad territorial”. Con la intención que arrastra hace tiempo por desinflar el “operativo clamor”, convocó a dirigentes y militantes a “tomar la posta” y llevar adelante “el programa de gobierno que necesita la Argentina”.
“Una sola persona no puede, tiene que haber una organización”, expresó la vicepresidenta. Además, en otro tramo del discurso, pidió terminar con reclamar que otro haga cosas “que nosotros no estamos dispuestos a hacer”. “Hay que romperse lo que hay que romperse y lo tienen que hacer todos y todas”, aclaró.
Por otra parte, la titular del Senado dijo que hay “tres o cuatro ejes” sobre los que desarrollar el programa que Argentina necesita. En primer lugar, se dirigió a “los propios y ajenos” y llamó a rediscutir el acuerdo con el FMI. Ante el pedido de “unidad nacional”, sostuvo que el objetivo común tiene que ser “elaborar un programa propio” en el que primen el crecimiento, la industrialización y la innovación tecnológica”. “Fue un préstamo político, y política también tiene que ser la solución”, expresó.
Asimismo, la dirigente peronista retomó el debate por la articulación entre el sector público y privado. En tanto, se refirió a los recursos estratégicos que hay en el país como, por ejemplo, el Litio, por el que pidió tener una “mirada estratégica”.
No obstante, insinuó: “Que vengan a explotarlo. Y no digo que los autos eléctricos los hagan acá, pero por lo menos una parte de la batería o la batería entera hacela acá, si te la estás llevando toda”.
El pacto democrático y el “mamarracho” judicial
En tercer lugar, Cristina Fernández de Kirchner se refirió a la necesidad de “renovar el pacto democrático”. Este pedido es el que menciona en cada una de sus presentaciones luego del intento de magnicidio que sufrió el 1ero de septiembre de 2022.
A pesar de no haber profundizado en el hecho como veces anteriores, sí habló más de una cuestión colectiva. En ese sentido, se mostró en contra de las ideas de “exterminio” que proponen “acabar con el peronismo y kirchnerismo” y pidió una postura más política. “Si con ganarle alcanza, ¿por qué tenemos que llegar al exterminio del otro?”, remarcó.
Por último, Cristina apuntó duramente contra los integrantes de la Corte Suprema a los que definió como “un verdadero mamarracho indigno”. Además, opinó que es necesario “volver a darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia de la Argentina”.
“Es hora de que las instituciones de la República Argentina no estén para cuidar los intereses de las corporaciones y los poderosos, sino la de todos los argentinos y las argentinas”, concluyó la exmandataria.