Este domingo se celebraron los comicios en Salta, La Pampa y Tierra del Fuego, y los gobernadores de los tres territorios fueron reelectos. En su afán de acumular poder político de cara a las elecciones nacionales, el gobierno de Alberto Fernández busca capitalizarlos. A su vez, los resultados implican tendencias para les candidates que aspiran imponerse en sus propias internas para representar a sus espacios en octubre.
Triunfó el oficialismo en Salta, La Pampa y Tierra del Fuego
En la provincia del Norte Grande, Gustavo Sáenz consiguió la reelección con el 47% de los votos, obteniendo un margen de casi 30 puntos en relación a Miguel Nanni, de Juntos por el Cambio, quien cosechó el 17,5% de las voluntades. En la oposición responsabilizaron a Patricia Bullrich por haber fragmentado a su fuerza.
A su vez, en una suerte de interna oficialista, el bendecido por Sáenz, Emilio Durand, le arrebató la intendencia de Salta Capital a Bettina Romero, por 37 puntos a 20.
Por su parte, Sergio Ziliotto también fue reelecto en La Pampa y extendió la hegemonía peronista desde el restablecimiento de la democracia en 1983. En una disputa más ajustada que la de 2019, el actual gobernador se impuso con el 47% de los votos por sobre el candidato de Juntos por el Cambio, el radical Martín Berhongaray, quien reunió el 40% del total. En Santa Rosa, capital de la provincia, ganó y tendrá un nuevo período el referente de La Cámpora, Luciano Di Nápoli.
En el extremo austral del país, Gustavo Melella triunfó en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Con el 52% de los votos triunfó ante el candidato a gobernador del PRO, Héctor Stefani, quien alcanzó apenas el 10%. En tanto, el voto en blanco ocupó el segundo lugar, al superar el 20%.
El peronismo se envalentona a costas de las provincias
En líneas generales, las elecciones provinciales ponen de relieve una participación más baja que la de 2019. Sin embargo, no dejan de ser una referencia para las fuerzas políticas de escala nacional que proyectan sus disputas para las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en agosto y las Elecciones Generales en octubre.
Si bien el grueso de la población se concentra en provincias que aún no definieron su representación, como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza o la propia Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las regiones que ya votaron marcan una tendencia.
Si se suma el porcentaje poblacional de las provincias que ya han definido, un 12,78% del país eligió a sus propios gobernadores. Y, si no se hubiesen suspendido las elecciones en Tucumán y San Juan luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), el subtotal sería del 18,16%, escenario que favorecía al gobierno nacional ante un eventual triunfo del Frente de Todos en ambas provincias.
Por este motivo, al igual que en la jornada electoral del pasado domingo, diversos funcionaries de la gestión de Fernández han felicitado a los gobernadores. De hecho, el propio Presidente viajó a Santa Rosa para inaugurar junto a Ziliotto el primer Centro Territorial Integral de Políticas de Género y Diversidad.
Sin embargo, los mismos gobernadores también juegan en la disputa nacional. Sáenz, compañero de fórmula de Sergio Massa en las elecciones presidenciales de 2015, le agradeció al ministro de Economía y convocó a la unidad del frente: “Hagan algo por la patria”, sentenció.
En sintonía, Ziliotto, fiel socio de Casa Rosada, también llamó a la reflexión al peronismo. “Tenemos que dejarnos de jorobar, buscar la unidad y bajar la inflación”, planteó el dirigente. Melella, a su vez, fue uno de los primeros gobernadores en pedir en 2022 la reelección de Alberto Fernández.
El juego de los actores nacionales se despliega en las provincias
Si bien los oficialismos provinciales se presentan a elecciones con armados políticos autónomos de Casa Rosada, les actores que los componen expresan a las fuerzas de escala nacional. En este sentido, uno de los perdedores en derredor de las ocho elecciones provinciales que ya se celebraron es Juntos por el Cambio.
A excepción de Jujuy, la coalición integrada por el PRO, la Unión Cívica Radical y la CC no fue lo suficientemente competitiva. Aún así, Horacio Rodríguez Larreta sí se ha mostrado junto a Gerardo Morales e incluso el salteño Sáenz, mientras que Patricia Bullrich ha sido el blanco de las críticas en las mesas de JxC en las que han cosechado derrotas.
Por otro lado, el libertario Javier Milei ha tenido flojos desempeños en los tres domingos electorales. En La Rioja cosechó el 15,5%; en Río Negro el 9,1%; en Neuquén el 8,2%; en Tierra del Fuego el 7,4%; en Jujuy el 3,2%; en Salta el 2,3%, en Misiones el 0,4%; y en La Pampa ni siquiera hubo lista de La Libertad Avanza.
De la situación se pueden deducir tres escenarios: el libertario no tiene dispositivos políticos en el interior; sus bases sociales han optado por Juntos por el Cambio ante la polarización; o su popularidad es profundamente menor fuera del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Por último, la interna del Frente de Todos también se despliega en los comicios provinciales. En Salta, por ejemplo, el kirchnerista Emilio Estrada quedó en tercer lugar a la sombra del armado de Sáenz y no celebró la victoria del gobernador. Asimismo, funcionarios de primera línea del gobierno nacional se apuntaron en los triunfos oficialistas. El ministro de Obras Pública de la Nación, Gabriel Katopodis, fortaleció su posición en cada una de las jornadas electorales, capitalizando su discurso de “trabajo y producción” que tracciona desde su gestión federal.
En la misma línea, el propio ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, saludó a los gobernadores. Destacado es el rol de Daniel Scioli, embajador argentino en Brasil, de fuerte diálogo con los mandatarios provinciales, a quienes eventualmente consideraría para candidatearse en las próximas elecciones presidenciales.