El dolor nociplástico se caracteriza por la presencia de malestar crónico en diversas partes del cuerpo. Muchas veces está asociado a fatiga, cansancio e incluso cuadros de ansiedad y depresión.
A pesar de los variados síntomas, los estudios diagnósticos tradicionales no reflejan lesiones ni ninguna enfermedad orgánica definida. Es por esto que el diagnóstico suele ser un verdadero desafío para la ciencia.
En su desarrollo están implicados factores orgánicos junto a un componente psicológico significativo. Muchas veces se relaciona con historias personales o con antecedentes de relaciones violentas o de abusos.
Entre sus síntomas se pueden encontrar cefalea, rigidez, colon irritable y contracturas musculares. También se destacan otros malestares como bruxismo, cistitis intersticial, dolor crónico general, fatiga, cansancio e insomnio.
Además, puede devenir en un cuadro de depresión o ansiedad. Por eso, las personas llegan a la consulta médica con una calidad de vida muy afectada.
¿Cuáles son los dolores preexistentes para la ciencia?
Hasta hace algunos años existían dos tipos de dolores. “El dolor nociceptivo es el dolor protector. Ocurre cuando se tiene una herida, una lastimadura o una fractura. Nos avisa que no accionemos sobre esa parte del cuerpo que está lesionada porque puede empeorar”, explicó el Dr. Roberto Rey en un comunicado de divulgación.
A su vez, el jefe de neurología en el Sanatorio Finochietto de Buenos Aires y director de la diplomatura en electromiografía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) añadió que también existe el dolor neuropático.
“Este se genera cuando las conexiones del sistema nervioso están dañadas, y para el que existen criterios diagnósticos neurológicos que lo acredita”, precisó en el mismo comunicado.
Asimismo, sobre el dolor nociplástico, el Dr Rey precisó que ante el mismo “lo que ocurre es la persistencia de un dolor crónico e incapacitante en el tiempo sin que haya ningún daño identificable. Es como que la alarma de una casa estuviera mal calibrada y se activara equivocadamente por nada”.
¿Qué es el dolor nociplástico?
Este reciente concepto fue creado en 2017 por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP). La misma lo define como “aquel que surge de un procesamiento incorrecto y de sensación de dolor frente a estímulos que normalmente no lo producirían ante la ausencia de una infección o injuria”.
Es uno de los temas abordados en el marco de la Semana del Dolor, que se conmemora del 5 al 12 de mayo. Según las evidencias científicas, la perpetuación del dolor nociplástico se relaciona con factores psicosociales que contribuyen a que se produzcan cambios plásticos en las neuronas.
“Estudios anteriores han relacionado las emociones negativas, como la depresión, la ansiedad y la ira, con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Debido a que estas emociones tienden a superponerse y coexistir, ha sido difícil asignar una importancia relativa a cualquiera de ellas”, indicó el Dr. Nicolás Renna.
Renna es médico especializado en cardiología y es presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA). El mismo añadió que los dolores crónicos vinculados al estrés, las frustraciones y las emociones pueden provocar dolor de pecho, sin que haya una dolencia cardíaca.
Hay pacientes con dolor nociplástico que experimentan, además, temor frente a la posibilidad de una enfermedad grave como un tumor. Al llevar años con dolor e ideación de que tienen una enfermedad terminal. Aunque no cuenten con ninguna evidencia de eso, se produce un pensamiento desadaptativo, que causa mucho sufrimiento.
“Se da una suerte de círculo vicioso, porque los pacientes con este dolor piensan o manifiestan cierta sintomatología que afecta su vida cotidiana. Abandonan muchos hábitos saludables como salir a caminar, hacer ejercicio, comer sano o integrarse socialmente”, amplió el Dr. Renna.
Además, el también presidente de la SAHA manifestó que, en el peor de los casos, “abandonan hasta la medicación o se sobre medican irresponsablemente dando lugar al desarrollo de una patología cardiovascular convencional, ahí sí con posibilidad real de un infarto”, aseguró.
En busca de un diagnóstico que explique el dolor
En el mismo comunicado, el Dr. Santiago Guaycochea, especialista en dolor, explicó que “generalmente el dolor nociplástico se diagnostica en pacientes cuyos estudios dan bien, pero siguen sintiendo dolor. A algunos médicos les cuesta reconocerlo porque es una entidad médica muy nueva, por lo que todavía existe un nivel elevado de subregistro. Se diagnostica con la clínica, más que con estudios”.
“Como banderas rojas de alerta que permitirían sospechar la presencia de dolor nociplástico se pueden identificar: situaciones en las que el dolor no es siempre en el mismo lugar. También la ausencia de fiebre y exacerbación del mismo ante situaciones emocionales conflictivas» se explayó el especialista
Además, Guaycochea advirtió que «hoy sabemos que es difícil de diagnosticar porque no existe un ‘dolorímetro’, porque el dolor es muy individual y subjetivo». Dentro del abordaje terapéutico para este tipo de dolor, se incluye la terapia física, la psicoterapia y también el tratamiento farmacológico.
“El tratamiento debe ser interdisciplinario para lograr mejores resultados. Deben prevenirse las consecuencias a largo plazo de este dolor crónico, como las neblinas mentales, trastornos mentales o las fallas en el trabajo”, agregó el médico.
Por su parte, el Dr. Rey aclaró que “es importante explicarles a los pacientes de qué se trata, para que tengan paciencia con sus síntomas y con su tratamiento. Generalmente, los tranquiliza escuchar que lo que les ocurre es que tienen una percepción errónea de los estímulos. Antes se decía, de forma casi peyorativa, que eso que sentían era psiquiátrico. Ahora sabemos que es dolor nociplástico”, concluyó.