Los estudios de cine y televisión se encuentran en una situación de tensión debido a la huelga de guionistas del Sindicato de Escritores de América (WGA). Aunque la crisis todavía no fue resuelta, se iniciaron las negociaciones de contrato con el Sindicato de Directores de Estados Unidos (DGA) con el fin de llegar a un acuerdo. Sin embargo, en caso de no lograr una resolución satisfactoria con los cineastas, esto podría desencadenar en paros laborales aún más extensos en todos los sets cinematográficos estadounidenses.
Mientras que el DGA representa a más de 19.000 directores y miembros del equipo de dirección en Hollywood, el Sindicato de Actores de Cine (SAG), que representa a 160.000 actores, locutores de radio, artistas de grabación, cantantes y otres, comenzará sus propias negociaciones el 7 de junio.
La industria del entretenimiento está experimentando cambios significativos debido al auge de las plataformas de transmisión, lo que hace que las tres rondas de negociaciones sean difíciles. De no alcanzar una resolución rápida, es posible que el público se quede sin mucho contenido nuevo en lo que resta del año.
Todd Holland, miembro del comité de negociación de les directores, manifestó que esperan un conflicto y que no descansará hasta obtener un contrato sólido que asegure la prosperidad futura del gremio.
Los cambios de la industria del entretenimiento
El cambio provocado por el surgimiento de los servicios de streaming afectó la economía de la industria, ya que la mayoría de los servicios de transmisión, excepto Netflix, registraron pérdidas. No obstante, Warner Bros. Discovery informó recientemente de sus primeras ganancias por su servicio de transmisión MAX, después de recurrir a despidos y cancelaciones masivas.
En este sentido, Karen Gaviola, otra integrante del equipo de negociación de les directores, mencionó que la creciente popularidad de la transmisión transformó la forma en que se produce y distribuye el trabajo, por lo que los contratos deben adaptarse a estos cambios.
Sin embargo, la economía de los medios de comunicación tradicionales también se vuelve más difícil, debido a una caída en los ingresos publicitarios y la taquilla de películas que aún se encuentra por debajo de los niveles previos a la pandemia por Coronavirus. Los estudios son representados en las negociaciones por la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que incluye a importantes empresas como Amazon, Apple, CBS, Disney, NBC Universal, Netflix, Paramount Global, Sony y Warner Bros. Discovery.
Muchas de estas compañías anunciaron despidos como parte de los esfuerzos para reducir costos en los últimos meses. El sindicato busca fortalecer los derechos económicos y creativos de sus miembros, mejorar los beneficios de atención médica y los planes de pensiones, así como abordar las largas jornadas laborales que representan un riesgo para les trabajadores.
Cabe mencionar que los contratos actuales entre la AMPTP, DGA y SAG vencen el 30 de junio, y es muy probable que la WGA siga en huelga para ese momento. Esto se debe a que desde el 1 de mayo, fecha en la que inició la medida, no se celebraron conversaciones. Tanto el DGA como el SAG expresaron su apoyo a les guionistas y sus demandas de negociación.
La regulación de la IA en Hollywood
En los últimos diez años, los cambios estructurales en las industrias del cine y la televisión alteraron de manera fundamental la forma en que les guionistas de Hollywood se ganan la vida. El auge de la transmisión cambió la forma en que se transmiten las temporadas de televisión, cómo se pagan los residuales (una compensación económica que se remunera cada vez que se retransmite una producción) y los tipos de riesgos que las cadenas están dispuestas a asumir con nuevas ideas.
Los programas contratan a un menor número de guionistas de planta permanente y los emplean por menos tiempo y dinero. Además, la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) provocó que esta tenue situación sea aún más precaria.
Por esta razón, la negociación sobre el uso de la IA en la escritura de guiones para televisión y cine es un tema crucial en la huelga de escritores. El conflicto se centra en herramientas de software generadoras de texto respaldadas por grandes modelos de lenguaje (LLMs), como el ChatGPT de OpenAI.
La adopción de herramientas generativas de IA trajo preocupaciones sobre la posibilidad de desplazar a trabajadores, incluyendo aquellos en roles creativos. Sin embargo, muchas empresas de medios y entretenimiento tienen planes de implementar esta tecnología y herramientas de procesamiento de texto, imagen y voz en el futuro cercano.
En las negociaciones, la WGA propuso demandas importantes en relación al uso de la IA por parte de los estudios:
- No utilizarla para escribir o reescribir material literario: la WGA demanda que los escritores sean personas reales y se requiere una definición más clara de quién o qué puede considerarse como guionista.
- No utilizar el texto generado por la IA como material fuente: los guionistas no quieren ser responsables de adaptar o reescribir la salida de texto generada por un sistema de IA, como la adaptación de una novela en un guión.
- No utilizar material cubierto por el acuerdo de la WGA para entrenar a la IA: la propuesta plantea que los guiones escritos para las producciones no sean utilizados como datos de entrenamiento para los sistemas de IA, evitando que la misma produzca una nueva salida que replique ese trabajo.
La resolución de estos puntos clave en la negociación determinará cómo se usará esta tecnología en la escritura de guiones y cómo se protegerán los intereses de les guionistas.
El SAG preocupado por los derechos sobre la voz de les actores
El SAG lleva a cabo una lucha por los derechos de les actores de doblaje de voz, asegurándose de que los estudios no utilicen chatbots para generar material de origen que luego sea adaptado por humanos en la pantalla.
En esta línea, el sindicato afirma que algunos contratos otorgan a los estudios el derecho de utilizar las voces de les actores para generar nuevas actuaciones.
En el último tiempo, un contrato propuesto por Netflix buscaba otorgar a la compañía el uso gratuito de una simulación de la voz de un actor “mediante todas las tecnologías y procesos ahora conocidos o desarrollados en el futuro, en todo el universo y a perpetuidad”. Según la empresa, este lenguaje contractual estuvo vigente durante varios años y permite que la voz de une artista suene similar a la de otre, en caso de un cambio de reparto en temporadas de una producción animada.
No obstante, el SAG afirmó que sus miembros no están sujetos a disposiciones contractuales que permitan a les productores simular nuevas representaciones sin compensar a les actores. Además, en otras ocasiones intervino para eliminar tales cláusulas de los contratos.
Respecto a ello, Duncan Crabtree-Ireland, director ejecutivo de SAG, advierte que estos contratos representan un riesgo mayor para les actores no sindicalizados, quienes podrían convertirse en cómplices involuntarios de su propia obsolescencia. “Solo se necesita una o unas pocas instancias de ceder sus derechos de por vida para tener un impacto realmente negativo en sus perspectivas de carrera”, sostiene.
Mientras que el SAG prometió unirse a la lucha en las protestas, lo cierto es que todavía no se abrieron las negociaciones.
A medida que la IA avanza, es esencial que los sindicatos y les trabajadores de la industria del cine se unan para proteger sus empleos y garantizar que esta herramienta se utilice de manera responsable. Aunque puede ser útil, su adopción descontrolada podría ocasionar la obsolescencia de les creatives y la pérdida de numerosos puestos de trabajo en la industria. Por ello, es crucial encontrar un equilibrio entre la tecnología y la preservación de la creatividad y el talento humano en la narración de historias.