El 9 de mayo de 2012 se aprobó la Ley N° 26.743 de Identidad de Género en la Argentina. La medida, pionera en el mundo, reconoce el derecho de las personas a ser inscriptas en su Documento Nacional de Identidad (DNI) acorde con su identidad de género autopercibida. Sin embargo, aún hoy les trans y travestis enfrentan la discriminacion y la falta de oportunidades.
La conmemoración por el aniversario de la norma tuvo dos miradas. Por un lado, celebrar los logros adquiridos a través de la lucha y homenajear a las militantes que ya no están. Por el otro, reclamar leyes reparatorias e integrales y convocar a una marcha para el 24 de este mes.
En diálogo con Nota al Pie, Alejandra Mansilla, referente de Libres y Diverses, sostuvo que la ley significó “un gran avance”, pero “todavía no hay acceso concreto”. En este sentido, expresó que “la sociedad e incluso los Estados creyeron que con esta ley alcanzaba, pero no es así”.
La militante aseguró que la ley “es un avance hacia el acceso de derechos”, y manifestó que muestra “un país que tiene la decisión de seguir avanzando”.
Sobre la Ley de Identidad de Género
La Ley 26.743 entiende la identidad de género autopercibida como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento”. Además, es la primera norma del mundo que no requiere diagnósticos médicos o psiquiátricos, ni operaciones de cambio de sexo para acreditar la identidad.
En sus artículos establece que, cuando el sexo y el nombre que figuran en el DNI no coincidan con la identidad de género de la persona, se puede solicitar una rectificación registral. Esto también abarca a niñes o adolescentes, quienes lo podrán solicitar a través de un representante legal.
Además, la ley regula el acceso a la atención sanitaria integral de las personas, al indicar que podrán acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y a tratamientos hormonales sin necesidad de requerir autorización judicial. En esa línea, menciona que los tratamientos médicos deben ser incluidos en el Programa Médico Obligatorio (PMO).
Sobre el respeto al marco legal, Mansilla indicó que “las dependencias privadas todavía no conocen la Ley de Identidad de Género”; y aseveró: “El sistema de salud no sabe cómo atendernos”.
Otro reclamo persistente es el cumplimiento de la ley de cupo laboral travesti trans. “Es muy difícil acceder, muchas veces quienes pueden acceder es porque militan en alguna organización o porque alguna organización lo gestiona”, expresó Mansilla.
La lucha continúa
Para la referente de Libres y Diverses, a pesar de los derechos adquiridos “falta un montón”. Entre sus principales reclamos se encuentran una ley integral trans y la ley de reparación histórica. Del mismo modo, pidió por el cumplimiento del cupo laboral travesti-trans y el acceso real a la salud, a la educación, al trabajo y a la vivienda.
En la misma línea, entre las falencias mencionó “la falta de voluntad de la sociedad” y la deficiente calidad de vida. Sobre este último eje, Mansilla sostuvo que “es fundamental que el Estado garantice estas oportunidades”. En cuanto al contexto actual, la referente expresó: “Dejamos de tener esos proyectos de vida, no podemos proyectar”.
Respecto a la vivienda, Alejandra mencionó que la pandemia “dio visibilidad a la sobrevivencia trans”. Con este concepto se refiere a la realidad de las personas trans, cuya “su vida se trata de sobrevivir”.
En relación a ello, se refirió a las personas travestis y trans en situación carcelaria durante la pandemia. Allí recordó el caso de les preses que podían gozar de prisión domiciliaria, pero no podían acceder a ese beneficio porque no tenían vivienda, por lo tanto tampoco dirección.
En este marco, distintas organizaciones convocaron a realizar el próximo 24 de mayo la Primera Marcha Plurinacional por la Ley de Reparación Histórica. La movilización será a las 15 y partirá de Plaza de Mayo con destino al Congreso de la Nación.
La normativa que se reclamará en la marcha permite la entrega de una pensión mensual a las personas trans mayores de 40 años que hayan sido víctimas de violencia institucional en base a su identidad de género.
Travesticidios y la violencia de siempre
Según el observatorio de la Federación Argentina LGBT, durante 2022 se cometieron 129 crimenes de odio. Del total de las personas de la comunidad LGBTIQ+ víctimas de asesinatos, el 84% de los casos, es decir 108, corresponden a mujeres trans (travestis, transexuales y transgéneros).
Mansilla se refirió al tema y a los registros de su observatorio. Al respecto, expresó que “el 65% de los hechos de violencia son hacia mujeres trans”. También destacó algunas diferencias: “En los femicidios, el femicida siempre es un conocido de la víctima mientras que a las trans las mata un desconocido”.
Del mismo modo, agregó que “otra diferencia es que a las mujeres las matan en sus hogares o en las viviendas compartidas, mientras que la mayoría de los travesticidios se cometen en la calle”. En este sentido, denunció: “Los lugares públicos no son seguros para nosotres, las disidencias”.
En cuanto a la violencia contra las personas de la comunidad LGBTIQ+, Mansilla expresó que “se registran muy pocos hechos”. Para la referente, esto se relaciona “no porque no sucedan, sino porque las comisarías y la justicia no son lugares accesibles para nosotras”.
La referente de Libres y Diverses, además, sostuvo el concepto de “travesticidio social”. “Me refiero de este modo porque el Estado es culpable de que las personas trans se queden por fuera de la sociedad”, concluyó.