El sistema internacional atraviesa un proceso de crisis que implica una redistribución del poder global. El Unipolarismo Financiero, hegemónico tras la caída del Muro de Berlín, resiste en su retroceso frente al paciente pero firme ascenso del Multipolarismo Pluriversal. Nota al Pie conversó con Gabriel Fernández, periodista especializado en política internacional, quien caracterizó al esquema multipolar en comparación con la experiencia del Movimiento de Países No Alineados con origen en la década del 50.
¿Qué puntos en común y sobre todo diferencias aprecias entre el esquema multipolar y la experiencia de los No Alineados?
-Lo importante en principio sería comprender que la consideración de una superación de un proceso sobre el otro no implica la descalificación del predio, sino su contención al interior del nuevo. Lo que señalo es que ha habido procesos de crecimiento y de maduración tanto en las grandes potencias, hoy multipolares, como en muchas otras naciones que van emergiendo en lo que sería su estilo de asociación.
En Rusia y China hubo un aprendizaje en base a derrotas, dificultades y cercos para que los niveles de exigencia para con los aliados potenciales y los asociados en desarrollo resulten dirigidos específicamente al punto en los cuales se pueda hallar un contacto. En detrimento de las exigencias conceptuales demasiado intensas, como las que tuvieron entre los años cincuenta y los años sesenta.
Uno de los elementos es la consideración de que sólo el marxismo podía llegar a dar luz a los pueblos para entender el proceso que vivían y organizarse de modo adecuado. El otro punto es dejar de lado la idea que las religiones perjudicaban las batallas sociales, populares en las distintas instancias. Es visible que tanto a Rusia como a China, esto en aquellas instancias les generó distancia; se le generó un hiato con los pueblos musulmanes y los pueblos cristianos; con los pueblos árabes y con los latinoamericanos.
Todo ese aprendizaje, que incluye muchos factores más, les permitió hoy, después de la barrida del Consenso de Washington de los años noventa, situarse como potencias que buscan la coincidencia en base al interés. Rusia habla de intereses y China de objetividad; es decir, que cada uno ocupe el lugar que le corresponde dada situación estructural. Lo cierto es que van confluyendo en base a acuerdos que se observan muy claramente en la Organización de Cooperación de Shangai en su punto inicial. Y en los acuerdos más recientes, por ejemplo en Asia Central donde la seguridad, una preocupación de los pueblos emergentes, empieza a ser garantizada. Y al proponer desde China la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el comercio no aparece ligado a determinadas condiciones conceptuales sino a los intereses como productores como comerciantes, como consumidores de cada uno de los protagonistas.
Entonces, a diferencia del Movimiento de los Países No Alineados, donde la concepción y el discurso antiimperialista era vital, en este caso el antiimperialismo se suscita a través de los elementos prácticos y concretos que definen el andar de cada nación según sus necesidades y sus intereses profundos.
¿Cuál es para mí el elemento central del éxito de una nación? Creo que para aproximarse al desarrollo de una nación, y sobre todo de una agrupación de naciones, es necesario que la conducción política de ese Estado esté relacionado con los intereses profundos de ese pueblo. Esto no tiene un vínculo tan directo con lo declamativo, sino con lo activo. Ahí hay una diferencia que habla de una maduración de la humanidad en su conjunto y una maduración de los principales protagonistas.
Entre el aprendizaje que se dio tras el deterioro de los No Alineados, y después del desarrollo del Consenso de Washington en las potencias con más PBI en desarrollo con más volumen de población para poder activar mercados internos, entre esa experiencia particular que fue muy bien leída por los distintos liderazgos combinados -porque no es lo mismo China que Rusia- también influyó sobre la elaboración de las asociaciones.
Y en el caso de una de las cosas que publiqué en Fuentes Seguras, hay una nota sobre el primer tramo de la Organización de Cooperación de Shangai y cómo en China influyó el estudio específico, académico, práctico, sobre su realización. Una de las sugerencias que explica el titular de la academia mencionada era la sugerencia del Estado chino de no conformar la OCS en un espacio político-ideológico, sino en un espacio práctico donde se conozcan claramente la dificultad de la necesidad de las aspiraciones de cada uno de los participantes y resolverlas de común acuerdo sin necesidad de exigirle adscripción a un ideario determinado.
El BRICS planea la incorporación de naciones que fueron miembros de los No Alineados. ¿El Multipolarismo en expansión tiene la intención de integrar a estos países?
-Sí, claramente. El caso India es interesante porque podríamos decir así. Eh si Jawaharlal Nehru era un ejemplo de la construcción No Alineada, Narendra Modi no sería un ejemplo de ese tipo de mirada. Hipotéticamente, yo podría pensar que hoy ambos se presentarían en listas diferencias en las elecciones internas de India con criterios distintos sobre el tratamiento de las etnias y el modo organizativo de cada uno, sobre el vínculo de los múltiples lenguajes que se desarrollan en el país. Y es probable que algunos de los referentes históricos de los No Alineados en India cuestionaran aspectos que lleva adelante Modi en este momento con el objetivo de centralizar el poder del Estado y poder homogeneizar el proceder social, lo cual es muy complejo debido al volumen poblacional que tiene India. Sin embargo China no se mete en ese tipo de detalles internos. En otro momento hubiera insertado algún tipo de tensión sobre el modelo organizativo local. Creo que India es un buen ejemplo para entender las diferencias entre un proceso y otro.
La Multipolaridad lo que está realizando es un mayor equilibrio de fuerzas internacionales pero que no soluciona las injusticias parciales. Los pueblos van a tener que seguir luchando por sus reivindicaciones para lograr un equilibrio interno muy superior al que tenemos ahora, aún en pleno desarrollo multipolar. Porque los avances de la humanidad nunca son completos. Ahí es donde también despojarse del ideologismo es muy importante porque se le empiezan a reclamar a los protagonistas que resuelvan la totalidad de los asuntos que tenemos pendientes dentro del planeta. Y eso no sucede en ningún paso estructural hacia otro. Lo que sí sucede es que se aproximan las perspectivas de igualdad a través de equilibrio de fuerzas donde actores que en otro momento no tenían lugar para expresarse hoy lo tienen.
-El filósofo ruso Alexandr Dugin plantea que incluso en el auge del momento Unipolar se conservaba una inercia Bipolar, como en el Consejo de Seguridad de la ONU. Y que los efectos de la globalización contribuyeron a la consolidación de las economías emergentes que luego construyeron el BRICS. ¿Qué análisis merece esta situación?
-La economía internacional estuvo y está entrelazada. A esos ejemplos que señalas le agregaría el del Mercosur, que nace en los noventa como una oportunidad de negocio para el Norte dentro de América Latina, y que sin embargo, con la lucidez que lo caracterizaba, fue aplaudido por Alberto Methol Ferré. A pesar de la hegemonía liberal era necesario respaldar esa iniciativa porque todo nivel de asociación empieza a traccionar los intereses más profundos.
En segundo lugar es preciso decir que se observa todavía hoy que el objetivo de China es convertir a la Unión Europea y a los Estados Unidos en potencias multipolares, no hacerlas desaparecer en tanto sea posible dentro de la filosofía de contención que tiene China. Por eso no es una nación imperialista ya que no necesita extraer capitales de otros territorios sino que genera los propios. Lo que sucede es que hay un entrelazamiento entre el esquema de poder anglosajón y el multipolar, donde el Multipolarismo necesita extraer lo positivo, lo productivo y lo democrático con el bloque anglosajón.
Hay oportunidades para Estados Unidos y por eso China no se retira como tenedor de bonos absoluto de Estados Unidos. Bajó su cantidad y participación en la tenencia de deuda en los últimos dos años, lo cual genera buen desequilibrio interno, y va a seguir perjudicando a Estados Unidos todo lo que sea necesario para hacerlo entender que tiene que avenirse a la admisión del orden multipolar. Pero no lo va a desestructurar en tanto le resulte posible no salir de la contención económica que implica la presencia de China en el interior de los tenedores de deuda de los Estados Unidos. Junto con Japón y otras naciones va a intentar hacer las cosas de una manera paulatina no forzada y sin generar catástrofes a menos que el poder globalista más radicalizado ensaye alguna maniobra desesperada.