Este martes se cumplieron 41 años del hundimiento del crucero General Belgrano, atacado el 2 de mayo de 1982, en el marco de la Guerra de Malvinas, por el submarino nuclear británico HMS Conqueror. Aquella noche, en la que murieron 323 marinos argentinos, se recuerda como la mayor tragedia naval en la historia de la Armada Argentina.
De los 1093 tripulantes del Belgrano, 770 lograron sobrevivir tanto al ataque de los torpedos como a la tormenta y las bajas temperaturas en ultramar. Nota al Pie dialogó con Alejandro Belikow, uno de los sobrevivientes del hundimiento del crucero, sobre cómo vivió aquella tragedia, y qué recuerdos aún lleva presentes en el día a día, tantos años después.
¿Cómo llegó a ser tripulante del crucero General Belgrano?
En 1982 era guardiamarina. Había terminado la escuela naval en 1981 y el crucero General Belgrano era mi primer destino, mi primer trabajo, mi primer buque. Guardiamarina es el primer grado de oficial, es como un médico residente, recién recibido. Hacía tres meses que estaba recién llegado al Crucero General Belgrano.
¿Cuál era la misión del crucero?
Tenía por misión patrullar la zona sur de las Islas Malvinas en prevención de algún ataque o de que avanzaran los ingleses provenientes del Pacífico; era una posibilidad. Para eso nos habían ordenado, junto a los destructores Bouchard y Piedrabuena, el patrullado de la zona sur.
¿Qué recordás de aquella tarde?
En la noche, entre el 1 y el 2 de mayo, nos habíamos aprestado a cumplir con esa misión. Para ellos, bordeamos la zona de exclusión inglesa, impuesta por los ingleses, y pasamos toda la noche en vela. El 2 de mayo se suponía que iba a ser un día relativamente tranquilo. A pesar de estar cansados, seguíamos en combate, pero ya no con las prevenciones totales, como había sido anteriormente.
Por la tarde, había parte de la tripulación descansando y otros cambiándose de guardias. A bordo las guardias tenían una cantidad de gente ya prestada a ser frente a cualquier posible ataque de los ingleses.
Los horarios en todos los buques del mundo son bastante similares, son 4 horas de guardia, 4 horas de trabajo, 4 horas de descanso, y así es la rutina diaria. Por eso a las 4 de la tarde, que fue la hora en que el submarino Conqueror hizo el lanzamiento, sorprende a un tercio de la tripulación entregando la guardia, otro tercio de la tripulación tomando la guardia y un tercio descansando.
¿Cuál era su tarea cuando el crucero recibió el impacto?
En el momento del impacto yo acababa de tomar la guardia detrás del puente de navegación, que es una de las partes más superiores del barco, y estaba a cargo de manejar y de controlar los cañones de 6 pulgadas.
Los cañones de 6 pulgadas eran los cañones más grandes que tenía el crucero. Tenía en total 15 cañones de este tipo con capacidad de batir blancos, o sea, de un alcance efectivo de más o menos 18 kilómetros de distancia; eran bastante poderosos esos candidatos.
¿Qué pasó después de las explosiones?
La primera explosión fue como una piña bien dada, esas que te dejan sentado. Me tumbó en el piso, me dejó medio atontado y a los pocos segundos recibimos otra explosión más, que también me tiró de nuevo al piso. Fue algo absolutamente sorpresivo. Después de estas dos explosiones, colaboramos con la gente del puente de navegación, intentando comunicarnos con los dos destructores que nos acompañaban. Pero el crucero estaba absolutamente sin alimentación eléctrica, no había forma de comunicarnos.
A los 20 minutos después del primer torpedo, el comandante toma conciencia de que el buque no estaba en condiciones de ser reparado ni de proseguir su navegación, debido a la cantidad de daños que había sufrido. A los gritos y disciplinadamente, el comandante da la orden de “sálvese quien pueda, abandonen el buque”, porque el buque ya, irremediablemente, se estaba hundiendo.
¿Cuáles fueron las maniobras de abandono?
Contrariamente a lo que aparece en las películas de Hollywood, que andan todos medio desesperados y corriendo de un lado para el otro, fue bastante ordenada. Durante todas las navegaciones los días anteriores al hundimiento, como una rutina en los buques de guerra, se practica todos los días un zafarranchos -es decir, prácticas-. Prácticas de cubrir puestos de combate, de abandonar el buque, de controlar incendios o inundaciones.
¿Qué significó el hundimiento del Belgrano en la guerra por Malvinas?
Por un lado, prácticamente la mitad de los muertos en Malvinas se produjeron con el ataque al Belgrano: 323 muertos. Los muertos en Malvinas en total fueron 664.
En cuanto al hecho político, según varios autores, algunos días previos al hundimiento había un plan y un ofrecimiento del presidente peruano de entablar un acuerdo, una mesa de negociaciones entre Inglaterra y nuestro país, pero fue abortado por la decisión de Margaret Thatcher de hundir al Belgrano.
Los ingleses son maestros en inducir acciones en sus oponentes. Por lo que dicen los libros, Thatcher no quería aceptar este acuerdo bajo ningún punto de vista, pero necesitaba inducirnos a que Argentina se negara a aceptar el acuerdo.
¿Y en lo militar?
Se puso en evidencia la imposibilidad de nuestro país de luchar contra submarinos nucleares. Los ingleses tenían desplegados en nuestras costas 4 submarinos nucleares, que no teníamos ni capacidad de detectarlos ni de atacarlos. Había una proporción absolutamente desigual en cuanto a las capacidades militares y navales.
La presencia de los submarinos nucleares motivó a que en cierta medida se replieguen los medios navales y actuaran solamente en aguas donde los submarinos no podían actuar.
¿Considera que el hundimiento del ARA General Belgrano es un crimen de guerra?
Yo no lo considero un crimen de guerra, sino un acto de guerra absolutamente lícito por parte de los ingleses. El crucero estaba en una operación de guerra, de combate y era una amenaza para la flota inglesa.
Si bien no entró en la zona de exclusión, que fue delimitada por los propios ingleses, cumplíamos funciones de combate, estábamos haciendo una patrulla de combate y si detectábamos algún inglés, íbamos a entrar en combate con ellos. Si el crucero hubiese tenido la capacidad de detectar al submarino y la capacidad de tirarle con algo, lo hubiéramos hecho sin lugar a ninguna duda.
¿Por qué es importante seguir contando lo que pasó?
En primer lugar, tenemos que recordar a todos los que han quedado tanto en el fondo del mar como en las islas, y han sacrificado su vida por nosotros. En segundo lugar, cuando estudiamos Historia lo hacemos para no repetir errores y mejorar nuestro futuro. Entonces, no deberíamos repetir errores que se han cometido durante la Guerra de Malvinas.