En los últimos días el debate por dolarizar la economía tomó relevancia en la sociedad y en les actores polítiques. Si bien hay voces que están en contra y otras a favor, desde Nota al Pie analizaremos lo que implicaría el cambio de moneda en la Argentina en un contexto de inflación y con pocas reservas en el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
¿Qué significa dolarizar la economía?
Encarar este camino implica adoptar la divisa estadounidense como moneda oficial en el país. En ese sentido, realizar este tipo de cambio significa que todas las transacciones comerciales como el pago de salarios, de impuestos y otros negocios se efectúen con la nueva moneda, es decir, el dólar.
Algunos de los beneficios que plantean los defensores de dolarizar son: la estabilidad monetaria, que traducen en tener una moneda estable, la confianza de los inversionistas extranjeros, ya que no hay riesgo de devaluación y, sobre todo, la reducción de la inflación, debido a que la dolarización limita la capacidad de emitir dinero.
No obstante, también es cierto que existen riesgos negativos en una economía como la de Argentina. Entre ellos se encuentra la pérdida del control monetario, es decir, el país perdería capacidad de su política monetaria y, en efecto, se encontraría limitado a manejar a su propia economía.
A su vez, dolarizar haría que el país quede atado al tipo de cambio estadounidense, por lo que limitaría la competitividad de los productos locales en los mercados internacionales.
De la misma manera, uno de los impactos más fuertes sería para los sectores más vulnerables, ya que, al tener ingresos menores y no tener ahorros, esto impactaría en la economía familiar.
Algunos países latinoamericanos que han dolarizado sus economías son Ecuador y El Salvador. En el caso de Ecuador, la dolarización se implementó en el año 2000, después de una grave crisis económica y devaluación de la moneda local. Por su parte, El Salvador dolarizó su economía en el año 2001.
Asimismo, algunos de los países que utilizan el dólar como moneda oficial son: Panamá, El Salvador, Ecuador, Montenegro, Palaus, Kosovo, Islas Marshall, Estados Federados de Micronesia y Timor Oriental.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Para dolarizar una economía el país deberá, además, sustituir todos los pesos por dólares y alinear los flujos de ingresos y egresos del sector público.
¿Qué pasa si Argentina dolariza su economía?
Esta semana, en medio de una corrida cambiaria, la Argentina tuvo un pico máximo con la cotización del dólar ilegal, presentado como blue. Sin embargo, algunos actores políticos creen que dolarizar la economía es la solución al problema inflacionario y económico.
Según el informe del centro de investigación Fund.ar, para que nuestro país dolarice tendrá que “dividir la cantidad de pesos en la economía por las reservas internacionales en el Banco Central”.
Es por ello que, para dolarizar, se debería reemplazar el peso argentino en circulación y en depósitos. También deberán cambiarse los pasivos del BCRA, es decir, los Leliqs (bono o préstamo que toma el BCRA con los bancos por una semana) y los pases.
“Para una dolarización exitosa son necesarias algunas condiciones adicionales”, indicaron desde Fund.ar. En ese sentido, explican que para una dolarización exitosa debería haber condiciones como, por ejemplo, reducir el déficit fiscal y comercial, acumular reservas internacionales, alinear precios en el tipo de cambio y tarifas, entre otras.
Sin embargo, con una elevada tasa inflacionaria y sin reservas en el BCRA, dolarizar la economía en estos momentos sería un gran problema. Es por ello que, al tener pocas reservas, el Estado debería tomar un préstamo para realizar dicha transacción.
Pero no hay que olvidarse que, si de préstamos hablamos, aún continuamos con el pago del crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual produjo grandes ajustes económicos a los sectores más vulnerables. Entonces, tomar otro préstamo para dolarizar sólo contraería más desigualdad, ajuste y la pérdida total de la soberanía monetaria.
La soberanía, el poder de cualquier Estado
Como bien mencionamos anteriormente, para las elecciones presidenciales 2023, han aparecido algunos actores políticos que se encuentran a favor de la dolarización de la economía argentina.
Es necesario comprender que Argentina tiene una economía bimonetaria, ya que la moneda en circulación principal es el peso, pero las transacciones que realiza el Estado se realizan en dólares. También muchos ahorran en dólares debido a que el peso se devalúa constantemente producto de la inflación.
Sin embargo, para dolarizar hay que tener en cuenta algunos aspectos económicos. Primero, hay que adoptar el dólar estadounidense y abandonar la moneda de curso actual. Posteriormente, habría que planificar estrategias para que este cambio no produzca un desastre en la economía.
La Argentina sufrió 17 crisis económicas y en los últimos 20 años la economía entró en default por no poder pagar deudas, además, en lo macroeconómico, también presenta una gran inestabilidad. De manera que, si debemos analizar los números entre 1918 y 2018 la tasa de inflación promedio fue del 105% anual.
Otro dato interesante es que a lo largo de la historia, en la Argentina el peso cambió cinco veces (Peso Moneda Nacional; Peso Ley; Peso Argentino; Austral; Peso). En tanto, el papel moneda sufrió un total de 29 cambios.
Lo cierto es que adoptar una nueva moneda es ni más ni menos que perder soberanía nacional. Pero para ello también sería preciso que Argentina se estabilizara macroeconómicamente, es decir, controlar la inflación, que la tasa de cambio se encuentre estable y, fundamentalmente, tener reservas internacionales para respaldar la dolarización.
Para el centro de investigación Fund.ar, “la alternativa a dolarizar es implementar una agenda de políticas públicas que permita fortalecer la moneda nacional en todas sus funciones”.
“Prácticamente todos los países de nuestra región, incluyendo casos muy diversos como los de Brasil, Bolivia, Chile, México, Colombia, Perú y Uruguay han logrado frenar la inflación sin sacrificar la moneda nacional ni perder innecesariamente grados de libertad”, explicaron en su documento.
No todo es color de rosa
Para dolarizar, el Estado argentino deberá contraer relaciones con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y con la Reserva Federal. Esto se debe a que ellos se encargarían de proporcionar la cantidad de dólares necesarios.
Por otra parte, uno de los procesos fundamentales para dolarizar una economía es el tema de legislación. De este modo, se vuelve necesario cambiar la legislación vigente y adoptar nuevas regulaciones que vayan de la mano de la nueva moneda.
Asimismo, una vez implementado, habrá que controlar y monitorear la nueva moneda para evitar cualquier dificultad. En caso de tenerla, el Estado deberá tener un plan de contingencia (Plan B) para contener cualquier situación.
“Estabilizar y fortalecer la moneda propia lleva tiempo: requiere que el arco político encuentre mínimos denominadores comunes para poder sostener las políticas”, indicaron desde Fund.ar.
Es por ello que, desde el centro de investigación citaron algunas alternativas para no dolarizar, entre ellas se encuentra: estabilizar la economía, incentivar los depósitos en pesos, fortalecer la reserva de valor de la moneda local y la recomendación de políticas estrictas de supervisión para evitar el ahorro fuera del sistema.
Para concluir, es necesario entender que el Estado debería controlar de manera eficiente la inflación y fortalecer la moneda local. De aplicar políticas que ayuden al bolsillo de la sociedad, Argentina no debería pensar en una dolarización que, en otras palabras, llevaría a la destrucción de la soberanía.