Este sábado es el Día Internacional de la Madre Tierra, una jornada para reflexionar sobre la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Como dato alentador, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Secretaría de Agricultura, Aapresid y CREA realizaron un informe en el cual explicaron que los suelos argentinos almacenan 2% de la reserva mundial de carbono y poseen un gran potencial para modificar el balance de dióxido de carbono del país y contribuir a la mitigación del cambio climático a escala global.
Según la agencia de noticias Télam, el equipo de investigadores recopiló información de alrededor de 5.400 muestras de suelo de todo el territorio nacional, procesada por diferentes proyectos de investigación entre 2015 y 2022. Cabe destacar que para la elaboración del mapa utilizaron técnicas de cartografía digital de suelos para estudiar la relación entre los datos medidos y 40 variables climáticas, topográficas, edáficas y de la vegetación.
El objetivo fue generar un modelo de predicción que permite estimar la reserva de carbono orgánico del suelo (COS) en los lugares no medidos y obtener un mapa de escala nacional.
De las 16 ecorregiones de Argentina, la Estepa Patagónica, la Pampa y el Chaco Seco son las que contienen la mayor reserva del COS y, en total, estas tres ecorregiones representan aproximadamente 55% de la reserva del país. Mientras que los campos y malezales, Esteros del Iberá e Islas del Atlántico Sur son las ecorregiones con menor reserva de COS, con 1,1% del total, influenciado por la superficie que ocupan estas ecorregiones.
Por unidad de superficie, la ecorregión Bosque Patagónicos es la de mayor contenido con 130 toneladas por hectárea; mientras que el monte de Llanuras y mesetas es la de menor contenido con 32,5 toneladas por hectárea.
La importancia de los suelos
El COS es el principal indicador de la calidad del suelo y su potencial productivo. En relación a ello, la coordinadora del Programa Nacional de Recursos Naturales del INTA, Carolina Sasal, en diálogo con Télam, aseguró que “Argentina tiene el 2% de la reserva de carbono a nivel mundial”.
Además, la experta remarcó que “el carbono es un pilar fundamental para la producción sustentable” ya que, al hablarse de indicadores de calidad de suelo, “el carbono es el principal”.
Las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo son modificadas por la actividad agrícola. Debido a ello, conocer y comprender la distribución espacial del carbono es indispensable para el diseño de estrategias de conservación, en línea con la necesidad de continuar con la producción de alimentos.
Sasal explicó que “un aumento en la reserva de carbono del suelo impacta sobre las propiedades físicas, químicas, biológicas, no solamente del suelo, sino de todo el ecosistema”.
En relación al informe, sostuvo: “Disponer hoy de un mapa actualizado con los datos de los últimos cinco o seis años de carbono en los primeros 30 centímetros en diferentes eco regiones y diferentes órdenes de suelo permite tener una línea de base”.
Los aportes del informe
Para Sasal, la información aportada por el informe “permitirá trabajar esquemas de bonos de carbono, evaluar en distintas regiones cuáles son las prácticas y las estrategias que debemos implementar para aumentar el almacenamiento y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Por su parte, el coordinador del Programa Nacional Forestales del INTA, Pablo Peri, explicó que, debido a la gran importancia que posee el carbono orgánico del suelo a escala mundial, “existe un interés creciente por estimar y mapear las reservas que quedan y su potencial de cambio para secuestrar carbono con mayor precisión y en resoluciones espaciales más finas y extensiones geográficas más grandes”.
En la misma línea, coordinador del proyecto Monitoreo de degradación de paisajes y sistemas productivos con metas en la neutralidad de la degradación de tierras, Juan Gaitán, sostuvo que “este estudio indica que, con pequeños incrementos en el secuestro de carbono, los suelos tendrían un gran potencial para modificar el balance de dióxido de carbono del país y contribuir a la mitigación del cambio climático global”.
En esta línea, la investigadora de INTA Paraná, provincia de Entre Ríos, Ana Wingeyer, señaló que “el trabajo presentado proporciona una línea de base para desarrollar los esquemas de comercio de bonos de carbono, y puede ayudar a identificar y priorizar ubicaciones potenciales para proyectos de secuestro de carbono basados en el suelo”.
“El concepto de que los suelos y la agricultura puedan representar al mismo tiempo soluciones para problemas globales, como el cambio climático y la falta de seguridad alimentaria, dio lugar a varias iniciativas internacionales que buscan conservar e incrementar la reserva de carbono orgánico”, explicó Wingeyer.
“El mapa y sus futuras actualizaciones contribuirán a reportar el avance en las metas comprometidas, ante estas iniciativas internacionales, de realizar acciones locales para limitar las emisiones y para conservar y aumentar los sumideros y reservorios de los gases de efecto invernadero”, concluyó el investigador Peri.