El jueves 13 de abril, el Senado sancionó la Ley Federal de Lengua de Señas Argentina. La misma reconoce de forma oficial a la Lengua de Señas Argentina (LSA) como idioma natural de las personas sordas en todo el territorio argentino. Este proyecto fue impulsado por la Confederación Argentina de Sordos (CAS), a través de mesas de trabajo desarrolladas a lo largo del país. También contó con la asistencia técnica de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
De esta manera, la lengua de señas pasa a formar parte del patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad sorda en Argentina, destacándose la importancia de su preservación y difusión. Además, la normativa obliga al Estado a fomentar el uso de este tipo de comunicación.
Desde el 2007, las personas sordas tuvieron una activa participación para lograr que se sancione la ley recientemente aprobada por el Congreso Nacional. Tras años de lucha, se la LSA fue declarada como patrimonio cultural inmaterial y se implementarán políticas lingüísticas específicamente diseñadas por sus organizaciones representativas.
En los argumentos para su aprobación, se contempló que es una lengua natural que permite la comunicación. La misma posee una estructura gramatical distinta del inglés y español. Por ejemplo, tiende a ubicar el sujeto en primera posición, el objeto en segunda, y el verbo al final de la frase.
La ciencia al servicio de los derechos
El aporte de la ciencia fue importante para fortalecer la campaña por el reconocimiento legal de la Lengua de Señas Argentina. En septiembre de 2021 se firmó un convenio de asistencia técnica a la CAS, impulsado por la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET a través del área de Tecnologías para el Desarrollo Inclusivo Sustentable. Los acuerdos aportaron a los fundamentos del proyecto.
En este sentido, se destacan los argumentos científicos de la investigadora Rocío Martínez, del Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Desde lo disciplinar, este aporte contribuyó a sensibilizar tanto a legisladores, al personal que trabaja en el Congreso y a la población en general, sobre los problemas lingüísticos que enfrenta la comunidad sorda en el país.
Durante su exposición en el recinto, Martínez afirmó que “la LSA es fundamental para la identidad cultural de las personas sordas, es un gran elemento de cohesión”. En esta línea, sostuvo que “reconocerla como patrimonio cultural e inmaterial es reconocer una historia de lucha, su valor simbólico y su aporte a la diversidad lingüística cultural de nuestro país”.
Para la investigadora, esta Ley busca “romper con una historia que hizo foco en lo que les falta. Es romper con una historia de pensar a las personas sordas sin que ellas tengan un decir sobre sus propias vidas. Es romper con siglos de juzgarlos desde una mirada patologizante”.
Además, la normativa avala la importancia de un cambio de paradigma que abandone la mirada médica para generar políticas sociales que permitan el reconocimiento legítimo de sus ciudadanes.
Por su parte, el presidente de la Confederación Argentina de Sordos, Enzo Ricci, sostuvo que el pedido de Ley se fundamenta en una historia de resistencia de 140 años. Durante ese tiempo se transmitió la lengua de generación en generación. “Es nuestra lengua, identidad y cultura, conformada por más de 40 asociaciones afiliadas con el fin de promover los DDHH de les persones sordas”, indicó.