El viernes, en el marco de la visita de Estado a China, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con su par chino Xi Jinping. La visita, que tenía el objetivo de relanzar el vínculo entre ambos países e incluso recuperar el protagonismo internacional del gigante sudamericano, fue un paso significativo para volver a insertar a Brasil en el esquema multipolar.
Más allá de los acuerdos comerciales firmados que alcanzaron áreas como comercio, telecomunicaciones, medio ambiente e infraestructura, la visita profundizó una relación estratégica clave entre ambos países. La declaración conjunta, emitida por ambas naciones tras el encuentro, evidenció que el vínculo Brasil-China trasciende lo meramente comercial e impacta de lleno en la disputa por la redistribución del poder en el sistema internacional.
Un balance positivo
En la despedida de la potencia asiática, en una conversación con periodistas, Lula realizó un balance de la visita de Estado a China. “Creo que nuestra relación estratégica está mejorando cada vez más. Y no necesitamos separarnos o pelearnos con nadie para mejorarla”, sostuvo el mandatario.
En ese sentido, en una clara referencia a los condicionamientos que pone Estados Unidos a los países que quieren profundizar su relación con China, Lula destacó que en plano internacional “no tenemos opciones políticas, opciones ideológicas, tenemos una opción que es la del interés nacional”.
En la misma línea, además de remarcar que cada país negocia en defensa de su soberanía, el Jefe de Estado precisó estar seguro de que “nuestra relación con China no es necesariamente capaz de crear ningún rasguño con EEUU”.
Del mismo modo, Lula se refirió al conflicto en Ucrania, uno de los temas de la agenda de la reunión con Xi Jinping e indicó la necesidad de formar “un grupo de países dispuestos a encontrar la manera de hacer la paz”. El presidente brasileño afirmó que “sólo aquellos que no están defendiendo la guerra pueden crear una comisión de países para discutir el fin de ella”.
En relación a la resolución del conflicto, asimismo, Lula sostuvo que, además de tener paciencia a la hora de hablar con Putin o con Zelenski, es necesario “convencer a los países que están suministrando armas, fomentando la guerra, para que se detengan”. Según la mirada del mandatario, al igual que la Unión Europea, “EEUU debe dejar de fomentar la guerra para empezar a hablar de paz”.
Intereses comunes
La reunión entre ambos presidentes ocurrió en el Gran Palacio del Pueblo, ubicado en Beijing, durante la tarde del viernes. En el encuentro, Xi Jinping afirmó que, como socios estratégicos e integrales, ambos países “comparten amplios intereses comunes”. Según indicó el Jefe de Estado de la potencia asiática, la relación con Brasil es una “alta prioridad en la agenda diplomática” de China.
En esa misma línea, Xi Jinping precisó que su país trabajará con Brasil para que sus relaciones brinden mejores oportunidades para sus pueblos e impacten de manera positiva en la estabilidad mundial.
De esta manera, además de instar a profundizar su cooperación estratégica en diversas áreas, el mandatario adelantó que su país estudiará activamente cómo vincular la Iniciativa de la Franja y la Ruta con la estrategia de reindustrialización de Brasil.
Del mismo modo, el líder del Partido Comunista de China prometió que el firme sostén de su nación a los países de Latinoamérica “para cimentar el sólido impulso de la paz, la estabilidad, la independencia, la solidaridad, el desarrollo, promover la integración regional y desempeñar un papel más importante en los asuntos internacionales”.
Lula, por su parte, destacó que Brasil está comprometido a construir relaciones más estrechas con China desde la perspectiva estratégica de dar forma a un orden internacional justo y equitativo.
En consecuencia, el mandatario brasileño remarcó que su país está listo para trabajar con China en pos de fortalecer la coordinación estratégica en el G20, los BRICS e instituciones multilaterales donde comparten membresía.