Especialistas en seguridad informática alertaron sobre la vulnerabilidad de la Boleta Única Electrónica (BUE) ya que es considerada un “blanco fácil para ataques cibernéticos”. También fue calificada como un mecanismo permeable a manipulaciones que es “imposible de auditar”, por lo que constituye un riesgo para el voto de la ciudadanía.
Tras el anuncio del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de que se harán elecciones concurrentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a través de la BUE, el debate en torno a la credibilidad del método regresó.
En el mundo, tan sólo nueve países implementaron este tipo de tecnología en los últimos 40 años. Cabe destacar que los casos de Alemania, Reino Unido y Países Bajos, que incursionaron en la forma electrónica, sin embargo, regresaron a la fórmula de boleta impresa. Por otro lado están Brasil, Venezuela e India que lo utilizan a escala nacional.
Las voces de les especialistas
La especialista Beatriz Busaniche, en diálogo con Télam, sostuvo que “no hay manera de elaborar en meses un mecanismo de control riguroso y diversificado para auditar la boleta electrónica”. La académica, que también es referenta de la Fundación Vía Libre, dedicada a la defensa de los derechos civiles y políticos en ámbitos mediados por tecnologías digitales, categorizó como “mentira descarada” decir que las máquinas utilizadas en los comicios son “impresoras y no verdaderas computadoras”.
Por su parte, el doctor en informática y especialista en seguridad de software y hardware, Alfredo Ortega, planteó que “se necesitan años de desarrollo y testeo” para la implementación de un sistema “del tamaño y la complejidad que tiene un voto electrónico”. En esa línea, consideró que “con todos los estándares de seguridad existentes, tampoco podría ser auditado o siquiera comprendido por la población”.
El especialista había advertido en el 2016 ante un plenario de comisiones de Diputades, que el voto electrónico “es imposible de auditar” y que no se puede garantizar que su uso esté “libre de vulnerabilidades”.
En ese año, el Gobierno de Mauricio Macri impulsó en el Congreso Nacional una reforma política para avanzar hacia la boleta única electrónica. Desde ese entonces, hasta la actualidad no hubo avances en materia de ciberseguridad que garanticen al cien por ciento la erradicación de los riesgos en el uso de este tipo de sistemas.
El voto con la Boleta Única Electrónica, ¿secreto, auditable e íntegro?
En un informe sobre el voto electrónico elaborado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en 2017, les investigadores afirmaron que el sistema electoral electrónico “debe ser abordado con metodologías y técnicas específicas diferentes de las utilizadas tradicionalmente por la industria” de manera interdisciplinaria. Además, les especialistas destacaron la “imposibilidad” de que la BUE cumpla en forma simultánea con los atributos clave del voto: “el secreto, la auditabilidad y la integridad”.
En relación a ello, el investigador Iván Arce, quien fue parte del equipo que elaboró el informe mencionado, sostuvo que “desde entonces nadie hizo ningún esfuerzo por mejorar las capacidades necesarias para encarar seriamente ese sistema en el largo plazo, muchísimo menos para minimizar el riesgo en 50 días”.
Al respecto, según el Código Electoral porteño, las tecnologías a utilizarse en la ciudad deben estar aprobadas 50 días antes de la elección.
Pero el desorden no termina allí. Tal como explicó Busaniche, la organización de los dispositivos electrónicos y los software necesarios estará en manos del debutante Instituto de Gestión Electoral (IGE), cuyas autoridades aún no fueron confirmadas.
En relación a ello, el Gobierno porteño presentó el pasado viernes en la Legislatura los pliegos para la designación del abogado Ezio Emiliozzi y el politólogo Tomás Aguerre como director titular y director adjunto del IGE.
Un método poco seguro
Además, todes les especialistas coincidieron en que existe el riesgo de que los comicios estén expuestos a ataques cibernéticos. De hecho, esto ocurrió en las elecciones porteñas del 2015, en las que Rodríguez Larreta se impuso por pocos votos a su entonces adversario Martín Lousteau.
El sistema utilizado en 2015 sufrió cuatro ataques informáticos que derivaron en denuncias judiciales. Les expertes en ciberseguridad de la Policía Federal descubrieron que dos de ellos provenían de Texas y de Nueva Jersey, Estados Unidos. Si bien se trató del primer accionar internacional comprobado contra la BUE, la investigación no pudo avanzar por tratarse de jurisdicción estadounidense.
En ese sentido, Arce advirtió que “no hay forma de responder a tiempo a eventuales ataques al sistema”. En esa línea, enfatizó: “Todavía no sabemos cuál es el sistema que se utilizará en las votaciones porteñas, cuáles son los componentes de software y hardware, quién los desarrolló, si hay estudios hechos sobre posibles ataques, si hay procedimientos de contingencia antes, durante y después de la elección… Se supone que todo eso debemos saberlo en los próximos 70 días, pero no sólo saberlo, sino además estar de acuerdo con que son las prácticas adecuadas y validarlas”.
“Si una elección sale mal no hay vuelta atrás”, puntualizó el experto. “Sería muy difícil declararla nula y hacerla de nuevo”, además de “una situación muy desestabilizadora y escandalosa”, afirmó.