Desde el 23 de marzo y hasta el 16 de abril, la Sala Pettoruti Baja del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino volvió atrás en el tiempo. Allí, el Archivo Histórico “Ricardo Levene” de la provincia de Buenos Aires desplegó su muestra sobre la colección personal de Adelina Dematti de Alaye, Madre de Plaza de Mayo.
La exposición “Un archivo, todas las luchas” contiene una parte del amplio archivo personal de Adelina Dematti de Alaye. Allí se pueden observar documentos, escritos de la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, revistas, publicaciones, parte de su biblioteca personal e imágenes que ella misma tomaba.
Conocer el archivo de Adelina es adentrarse en una de las épocas más oscuras del país: la última dictadura cívico militar. Ella documentó cada paso de la búsqueda por su hijo, Carlos Esteban Alaye, secuestrado el 5 de mayo de 1977 en la localidad de Ensenada. No solo relata el trabajo de las Madres de Plaza de Mayo, sino la conformación de otras organizaciones de derechos humanos.
La muestra se puede visitar esta semana de martes a domingo, entre las 16 y 19 horas, en el Teatro Argentino de La Plata. La entrada es libre y gratuita, y permanecerá hasta el domingo 16 de abril. Luego volverá a su lugar de origen, el Archivo Histórico bonaerense.
Adelina Dematti de Alaye: una archivista nata
“La exposición es lo que quería Adelina de su archivo”, explicó Alicia Sarno, directora del Archivo Histórico “Ricardo Levene”, ante Nota al Pie. Ella quería “que se difundiera y se supiera qué sucedió en uno de los períodos más terribles y oscuros de nuestra historia: la última dictadura cívico eclesiástica militar”, sostuvo.
Antes de volcar su vida a la militancia por la memoria y justicia, Adelina ya registraba su vida. En la muestra se pueden observar los cuadernos y materiales que conservó de su trabajo como maestra de jardín de infantes. Ya en ese entonces denostaba su carácter de luchadora, al desempeñarse como educadora en los primeros jardines de la época.
De su Chivilcoy natal pasó al Jardín N°1 de Carhué, luego al N°1 de Azul y después a la dirección del N°1 de Brandsen. Más tarde fue inspectora, y cuando su hijo Carlos desapareció era preceptora en un colegio platense.
Otra particularidad de Adelina era su pasión por la fotografía, en una época donde no era tan común como ahora. La muestra “Un archivo, todas las luchas” contiene algunas fotos de su autoría. Una de ellas es histórica, ya que muestra cómo quedó la casa de su hijo al ser allanada, un día después de su desaparición.
Con su cámara, ella registró momentos únicos. El interior de las rondas de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo, o las marchas y ayunos que llevaban a cabo en la búsqueda desesperada por sus familias, son algunas de esas actividades inmortalizadas a través de su lente.
Si bien desde siempre su instinto la llevaba a guardar los documentos importantes, el archivo propiamente dicho lo empieza a conformar cuando secuestraron a Carlos. Uno de los elementos que más conmueven son las cartas que le escribía a su hijo, de manera diaria.
En ellas relataba todo lo que hacía para encontrarlo: sus estados de ánimo, las puertas que golpeaba, los habeas corpus que presentaba y las compañeras que encontró en el camino.
El archivo de Adelina como “Memoria del Mundo”
“La conocimos cuando le solicitamos material para otra exposición”, recordó con cariño Alicia Sarno. “Desde allí generamos un vínculo muy fuerte”.
En 2008, Adelina decidió donar su colección personal al Archivo Histórico de la provincia de Buenos Aires. “Durante casi dos años iba todos los martes”, rememoró la directora de la institución. “Le hacíamos entrevistas de historia oral, registramos nuestras consultas fundamentalmente sobre la documentación fotográfica”. Sarno reveló que el archivo de Adelina cuenta con más de 4.000 fotografías, la mayoría sacadas por ella.
“El documento adquiere otra dimensión cuando es narrado por su productora, el vínculo que tenía con su archivo personal era muy fuerte”, explicó la directora. Tan importante fue para recrear la historia argentina reciente, que en 2007 la colección de Adelina fue declarada “Memoria del Mundo” por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
La lucha por les desaparecides
Alicia Sarno describió a Adelina como una “incansable luchadora”. “La búsqueda no fue solo por su hijo, sino por los 30.000. Nunca individual, siempre colectiva”, afirmó.
Carlos Esteban Alaye desapareció el 5 de mayo de 1977. “Iba a encontrarse con una compañera de militancia”, relató Sarno. “Le tiraron un tiro por la espalda y lo subieron a una camioneta”, continuó. Eso se supo después, gracias a que un vecino de la zona vio todo por una ventana en el baño de su casa.
A Carlos lo llevaron al centro clandestino “La Cacha”, dónde se cree que vivió poco tiempo. Adelina nunca recuperó el cuerpo de su hijo, quien en ese entonces tenía 21 años. Su esposa Inés estaba embarazada, y más tarde tendría a su hija Florencia.
“A partir de la desaparición de Carlos alguien le dijo a Adelina: tenés que juntarte con las otras madres”, explicó la directora del Archivo Histórico. Así comenzó a asistir a la Capital Federal para la ronda de los jueves. “También lo hicieron aquí, en La Plata. Ella fue una de las referentes más fuertes de la ciudad”.
El archivo no solo muestra lo que vivían las Madres de Plaza de Mayo en esa época. También relata cómo se conformaron distintas agrupaciones sociales en la zona. “Adelina fue parte de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y la Comisión Provincial por la Memoria”, puntualizó Sarno.
Más tarde, en la década del 2000, sería Secretaria de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata, un puesto que desempeñó de forma ad honorem.“Ella pensaba que este archivo tenía que estar en un espacio público”, concluyó Sarno. “Ser usado y consultado por quien quiera saber qué pasó”. Al finalizar la entrevista con Nota al Pie, la directora acompañó a una visita guiada en la muestra de una escuela de Salliqueló. Porque hoy más que nunca, a más de cuarenta años de la desaparición de Carlos, es importante continuar haciendo memoria.