El presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió esta semana con su par del gigante asiático, Xi Jinping. Acompañado por la funcionaria de la Unión Europea (UE), Ursula Von Der Leyen, le solicitó que construya una mesa de negociación para alcanzar una solución pacífica por la situación en Ucrania.
Nota al Pie realiza un análisis geopolítico de las conversaciones entre ambas potencias nucleares en un escenario internacional de crisis.
Reunión ¿bilateral?
Si bien abordaron diferentes temas, el objetivo de la visita diplomática de Macron fue disuadir a China de apoyar a Rusia por la situación en Ucrania iniciada en febrero de 2022. El mandatario francés le planteó a Xi que “cuenta” con él para “hacer entrar a Rusia en razón” respecto al conflicto. En primer lugar, coincidieron en rechazar el uso de armamento atómico y biológico. En segundo lugar, estuvieron de acuerdo en la resolución pacífica del conflicto.
Sin embargo, en paralelo al encuentro sino-francés, por intermedio del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, Moscú descartó la posibilidad de que Beijing medie por una salida pacífica ya que considera que la “complejidad” del escenario lo impide.
Macron le abrió a Xi Jinping la posibilidad de conversar con Volodímir Zelensky, presidente ucraniano, con quien China definió no dialogar hasta hoy. En la conferencia de prensa conjunta, el mandatario chino instó a abordar “las legítimas preocupaciones de todas las partes”, aunque sin referirse explícitamente a las exigencias ni de Rusia ni de Ucrania.
Además de las reuniones bilaterales, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, participó de una reunión trilateral junto a los presidentes. Evidenciando las rispideces dentro del frente europeo, la funcionaria de la Unión Europea instó a Xi a trabajar por la paz en Ucrania, ya que de ello dependería la relación estratégica con Europa.
Por otro lado, reforzó la necesidad de fortalecer la cooperación económica entre ambos espacios en un mundo que atraviesa una profunda transformación histórica.
China: ¿el artífice de la paz en Ucrania?
La reunión puso de relieve un reconocimiento: el de China como un actor fundamental en la organización del nuevo orden mundial. Un “rol mayor”, le señaló Macron a Xi Jinping. El evento diplomático puso en alerta a los principales actores de los esquemas en disputa: el unipolarismo financiero y el multipolarismo pluriversal.
Por un lado, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), brazo armado del unipolarismo, le preocupan los acercamientos de la principal potencia nuclear europea con el motor económico mundial. Por otro, Moscú y sus aliados euroasiáticos rechazan una resolución pacífica sin antes revertir la tendencia expansionista y guerrerista de la OTAN y “sus ladridos”.
La estrategia multipolar de China se encuadra en el mismo vector que orienta el sendero de Rusia: el acoplamiento económico-estratégico de la Europa Industrial con Asia hasta la región del Indo-Pacífico. En este sentido, Beijing trabaja para reforzar los diálogos con Francia con el objetivo de contrarrestar el poder del Unipolarismo Financiero, dispuesto a quebrar los vínculos europeos con Asia. En efecto, la propuesta de Xi Jinping fue el trabajo conjunto entre ambos, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como “firmes defensores de un mundo multipolar”.
Asimismo, Francia recurre a China para abrir una mesa de diálogo en la que se pueda profundizar en los acuerdos políticos necesarios para detener la escalada bélica en el este europeo. Pivotando entre las exigencias de la OTAN y los planteos de Xi Jinping, París tampoco quiere bajarse del tren del desarrollo económico que la Iniciativa de la Ruta y la Franja le extiende a las principales potencias europeas.
Francia, el interlocutor europeo
El encuentro entre ambas potencias también expone la correlación de fuerzas en el frente europeo. Si el objetivo era disuadir el respaldo chino a Rusia en Ucrania, bien Alemania o incluso Italia podrían haber encarado la misma conversación expresando al Viejo Continente. Sin embargo, desde una perspectiva histórica la visita de Macron puede alinearse a la misma que tuvo con Vladimir Putin en febrero del año pasado, antes de que estalle el conflicto.
Si bien Francia e Italia nunca perdieron la iniciativa geopolítica en Europa, durante la era de Angela Merkel Alemania había recuperado la delantera. No solo coordinaba y definía los planes económicos de la Unión Europea sino que se sentaba con los principales actores de ambos esquemas internacionales de poder durante más de una década. Desde la asunción como Primer Ministro de Olaf Scholz, Berlín comenzó a distender su vínculo estratégico con el Multipolarismo y el atlantismo supo trabar su despliegue.
En consecuencia, Francia se reposicionó como interlocutor europeo no solo con el Unipolarismo Financiero sino con su reverso, el Multipolarismo Pluriversal. Las planificaciones bélicas que se definen en Washington son coordinados con Macron por medio de su titular, Jens Stoltenberg, y los planteos del gigante asiático también.
De todos modos, la falta de conducción estratégica de Europa como un polo de poder mundial sigue sin resolverse. La ausencia de un proyecto común no solo prolonga su subordinación al Unipolarismo Financiero, sino que también debilita su autonomía estratégica frente al Multipolarismo en franco ascenso.