El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) desarrolló un índice inflacionario que expresa el aumento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en el último mes. Según el Índice Barrial de Precios (IBP) de la misma entidad, en el conurbano bonaerense la canasta cuesta hasta un 31% más que en diciembre pasado.
Nota al Pie realizó un repaso de las consecuencias de la política económica del Gobierno Nacional que incide en el escenario actual, sobre todo en los sectores de la economía popular.
Inflación de alimentos
El ISEPCi desarrolló el IBP de marzo en base al relevamiento de precios de 57 productos de la CBA realizado en negocios de cercanía de barrios populares de 20 distritos del conurbano bonaerense. En dicho mes, el valor de la Canasta para una familia de cuatro integrantes llegó a $84.478,10. Este ascenso expresa un 8,97% más que en febrero, cuando la misma canasta costaba $77.523,67 y un 31,72% más que en diciembre pasado, cuando valía $64.134,25.
El dato llamativo es el salto que dieron los precios de las carnes, rubro que durante 2022 se mantuvo por debajo del promedio inflacionario general de los alimentos. Solo en el primer trimestre de 2023 aumentaron un 40,71% y particularmente en marzo escalaron un 10,44%.
Por otro lado, las frutas y verduras registraron subas de 12,56% en marzo y 39,76% en los primeros tres meses. Asimismo, los productos de almacén sufrieron incrementos de 6,26% y de 22,66% respectivamente, marcando una clara diferencia con los otros dos rubros.
Se profundiza el deterioro salarial
El índice que desarrolló el ISEPCi sugiere que la suba de los alimentos en comercios de barrios populares del conurbano bonaerense se constituye en el principal motor de aumentos en los gastos de los hogares. A esto se suman los gastos esenciales en salud, educación, transporte, vestimenta, tarifas y otros, lo que constituye la Canasta Básica Total (CBT). De esta forma, sostener una vivienda se hace aún más cuesta arriba.
Concretamente, en marzo la CBT para una familia de cuatro integrantes fue de $190.920,50. En febrero había trepado a $175.978,73, mientras que en diciembre pasado con $146.226,09 se solventaban estos gastos esenciales.
La relación entre el valor de la CBT y los ingresos mensuales de los hogares permite calcular el índice de pobreza, ya que quienes no tienen dinero suficiente para cubrirla son considerados por debajo de esa línea. En este sentido, el incremento del 95,54% en la CBT durante 2022 arrastró a muchas familias a la pobreza.
En este sentido, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó la semana pasada algunos informes que indican que, mientras a escala nacional la pobreza llega al 39,2% de la población, en el conurbano bonaerense trepa al 45%.
Este aumento representa una escalada cercana al 3% interanual entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022. Es decir, 400 mil personas más sufren condiciones de pobreza.
Sin embargo, los mismos informes registran un descenso de la desocupación del 8,2% en el conurbano al 7,8%. Esto evidencia que la creación de trabajo no expresó un descenso de la pobreza, sino que acompañó un proceso de aumento de las condiciones de precariedad.
La responsabilidad del Gobierno nacional
El deterioro del poder adquisitivo de los salarios del conjunto de la masa trabajadora explica por qué aún en un ciclo de expansión del Producto Bruto Interno (PBI), de la actividad industrial y del empleo, la pobreza y la indigencia aumentan. Sobre todo si se considera a los sectores laborales no registrados, que representan al 35% total de la Población Económicamente Activa (PEA).
Según el propio INDEC, les trabajadores registrades tuvieron un aumento promedio del 95,8% de sus salarios. En paralelo, les no registrades alcanzaron incrementos notoriamente menores, tan solo del 65,4% contra un inflación de la CBA del 101,3%. Es decir, 35 puntos por debajo.
El discurso del Ministerio de Economía del Gobierno nacional plantea que sin el crecimiento económico del que somos testigo no se revertirá la desfavorable situación económica de las familias argentinas. Sin embargo, a la par de la expansión económica nacional, la distribución del ingreso registró una concentración regresiva en favor del gran empresariado argentino y los sectores financieros y no de les trabajadores.
A tan solo ocho meses de la finalización del gobierno del Frente de Todos, su promesa de “arrancar por los últimos” fracasó y no se avizora una tendencia que pueda cambiar el panorama en el mediano plazo con las mismas políticas económicas.