Cuando ya no esté es un film que trae a la consciencia humana la rotunda duda de qué pasará cuando ya no se esté presente en este mundo y si une será recordade. La película, que se estrenó el 23 de marzo en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA), estará disponible hasta el próximo miércoles 5 de abril, a excepción del lunes 3. Cada día hay dos funciones en la sala Leonardo Favio del complejo: a las 15:45 y las 22:30.
La película es dirigida por el director y guionista Martin Viaggio y protagonizada por Gustavo Garzón y Noemí Frenkel. Además, cuenta con las actuaciones de Marcos Woinsky, Paco Vecchio, María Schnell y Sofía Silva, entre otres. El argumento del film se centra en un padre de familia ajeno a fortalecer sus vínculos familiares, pero que, tras el diagnóstico de una enfermedad sin cura, se replantea la vida por completo.
Para conocer más detalles de esta película emotiva, Nota al Pie dialogó con Martín Viaggio. El director mencionó qué lo motivó a crear este film, cómo fue el proceso de convocar a les actores y qué cree sobre la frase “Cuando ya no esté ¿cómo van a recordarme?”
Primero, quisiera resaltar que la trama es realmente emotiva y muy realista. Segundo, preguntarle: ¿Tuvo alguna experiencia real que lo llevó a querer hablar sobre este tema?
No tuve ninguna experiencia personal de una enfermedad grave, como en el caso del actor Garzón, que tuvo cáncer y pudo curarse. Pero el tema de los vínculos, en especial los amorosos y familiares, son lo primero que aparecen cuando me siento a escribir.
Nuestra película se centra en ellos y de cómo los descuidamos o nos metemos tan para adentro que nos volvemos difíciles de acceder emocionalmente. También de cómo los años nos embrutecen y los prejuicios nos impiden ver la riqueza de los otros, y el tiempo pasa y no somos tan felices como podríamos serlo.
La buena noticia es que de buscarla y ponerle mucho esfuerzo, podemos probar suerte con la parte luminosa de la vida. Es una oportunidad que es casi obligatoria de intentar; y si lo logramos, seremos recordados como alguien de hermosa sonrisa.
¿Cómo fue el proceso de convocar a les actores y proponerles sus personajes?
La propuesta del guión a los actores es un momento estresante. La historia puede no interesarles o no cerrar la cuestión económica. La nuestra es una película independiente de recursos muy austeros, así que uno nunca sabe lo que puede pasar.
En el caso de Garzón y Frenkel, coincidimos los tres en que teníamos una historia muy sencilla, pero emotiva y humana, y que era un desafío artístico transitar esa sencillez y lograr contar una historia profunda y reflexiva.
Ambos aportaron enormemente a que la historia en el papel se plasmara en lo real. Le pusieron su impronta, el cuerpo, la voz, y lograron que personajes de ficción resulten tan reales y queribles.
¿Cómo fue el recibimiento de la gente al terminar la película?
El recibimiento del público fue excelente, el espectador logra relacionarse con la historia de esta familia de manera sensorial, desde lo emotivo, sin grandes racionalizaciones ni discursos intelectuales. Lo que importa es seguir la vida de estos personajes y ver cómo lograr recomponer sus vidas, mejorarla y aprovecharla al máximo.
¿Qué pensamiento tiene usted acerca de esta frase “Cuando ya no esté ¿cómo van a recordarme?”?
La película tenía un título diferente, pero durante el rodaje la historia fue tomando su verdadero tono y expresando lo que queríamos contar. Al filmar las tomas con el personaje “compañero de oficina”, que es amargo y denso, garabateé el texto que dice a cámara en la secuencia de títulos, y lo improvisé en ese mismo momento.
Es lo único de la película que tiene una referencia personal, porque le temo a esa parte densa y oscura de mí mismo; y no quiero ser así recordado. La sonrisa del padre del personaje es la sonrisa de mi padre; porque cuando lo invocamos en familia, es el recuerdo de su sonrisa lo primero que aparece.