Batman es, sin lugar a dudas, el personaje que más vende en DC Comics. A finales de los años 80’s comenzó a publicarse un nuevo título llamado “Leyendas del Caballero Oscuro”, donde se publicarían historias diversas. En 1991, entre los números 16 y 20, en esta serie se presentó el arco “Veneno”. Aquí, Dennis O’Neil introduce la problemática de las drogas con el Encapotado como víctima.
El arco Batman: Veneno fue parte de un conjunto de series que funcionaron como prólogo para uno de los arcos más emblemáticos (y oscuros): Knightfall. Aquí se introducen locaciones y elementos de gran importancia a futuro, pero también se ha buscado concientizar sobre el flagelo de las drogas. La etapa más oscura de Batman comienza aquí.
Los ganadores no usan…
Todo comienza con un secuestro, una pequeña, Sissy Porter abandonada y maniatada en un túnel de alcantarilla durante una tormenta. Batman promete rescatarla, pero llega para encontrar el cuerpo ahogado de la menor. Esto rompe a Bruce Wayne, quien se flagela a sí mismo con la culpa: “Si fuera mejor detective, si fuera más fuerte, hubiera salvado a la niña”.
El padre de Sissy no parece conmovido por la muerte de su hija, esto debido a unas drogas de diseño propio que consume. El Dr. Porter tienta al encapotado con unas pastillas que prometen hacerlo más fuerte, aunque es rechazado. Batman comienza una búsqueda desenfrenada para encontrar a los secuestradores, pero al llegar a sus límites, cede a la tentación ofrecida.
Aquí comienza un período frenético que llevará al cruzado de la capa a un estado donde ni él mismo se reconocerá. Al tiempo, se descubrirá que Porter trabaja junto a un militar deshonrado que busca crear un ejército de supersoldados mejorados con drogas de diseño. Batman deberá luchar, primero contra su adicción, luego con una élite creada para dominar Gotham y Estados Unidos.
Luces y sombras
El legendario Dennis O’Neal es uno de los guionistas que más conocen a Batman. Su carácter obsesivo compulsivo con la idea de justicia enriquece cualquier trama que pueda contarse. A principios de los años 90’s aún no se había instaurado este concepto de que el Encapotado siempre tuviera una respuesta a todo (pese a su aparición en Man of Steel).
O’Neal se aprovecha de la obsesión y la culpa de Batman para hacerle caer en la tentación de consumir la droga de diseño para mejorar su físico. Cuando el Encapotado alcanza un nivel de desgaste físico y mental extremo, es entonces cuando es atrapado por las pastillas. No es algo típico del personaje, pero refleja la forma en que muchas personas entran en este consumo adictivo.
La entrada en este mundo no ha envejecido bien. Cualquier persona que lea esta historia notará algo raro en que Porter no se tome a mal la muerte reciente de su hija. Sin embargo, Batman deja pasar este comportamiento, como si fuera algo solo peculiar. Un movimiento algo torpe y forzado, pero que da el pie para todo lo que sobrevendrá.
Reflejando la realidad
Lo que O’Neal, Trevor Vom Eeden y Russel Braun hacen en este libro es mostrar cómo hasta “el mejor” puede caer en las drogas. La forma en que Porter seduce a Batman y va racionando las pastillas es una de las formas más básicas pero efectivas de enganchar a cualquier persona. El modus operandi de ofrecer “muestras gratis”, para luego comenzar a cobrar, es algo que siempre se ve.
Sin embargo, ver a Batman caer como víctima de esto puede resonar mucho con la juventud que lee estas historias. Y en ese aspecto, esta trama, si bien de forma argumental se siente forzosa con la entrada, puede funcionar a posteriori. La forma en la que Bruce debe sobreponerse y luchar solo (porque hasta Alfred renuncia) contra la adicción, habla de la fortaleza del encapotado.
Las portadas de José Luis García-López retratan de forma impresionante los puntos más importantes de cada uno de los cinco números. La portada del número 17 (segundo número del arco) es una de las ilustraciones más tétricas de Batman. Allí lo podemos ver al Encapotado sumido en las drogas por completo con una sonrisa que pondría los pelos de punta del mismísimo Joker.
Semillas que crecerán
Como se menciona al principio de esta nota, la historia funciona a modo de prólogo para lo que sería Knightfall, que llegó en 1993. El “Veneno”, es la droga que luego daría el máximo poder a Bane. Porter y el general huyen a Santa Prisca, que se presenta aquí para poder completar sus experimentos. Este lugar es el que ve nacer a quien romperá de forma mental y física a Batman.
De forma reciente, la editorial Ovni Press editó esta historia como parte de un conjunto de títulos como prólogo a Knightfall, la cual cumple 30 años este 2023. En la edición se suma también el número La Venganza de Bane #1, para que las y los lectores puedan hacer el nexo con todo lo que se presenta en “Veneno”.