El 21 de marzo fue instaurado por Naciones Unidas como el Día Mundial del Síndrome de Down, en busca de promover la inclusión social y laboral de las personas con este síndrome. Todavía existe la creencia de que es una enfermedad, cuando en realidad es una condición que se caracteriza por la presencia de un cromosoma extra, el llamado Trisomía 21, que provoca una discapacidad intelectual y del desarrollo.
En el marco de esta fecha, la Asociación Civil Loros Parlantes invita a participar de la obra de teatro Es solo un cromosoma más. La función es este sábado 25 de marzo a las 15 en la Usina del Arte, ubicada en Agustín R. Caffarena 1, CABA. Las entradas libres y gratuitas deben reservarse por la página web de la Usina.
El espectáculo cuenta con la participación de “Cuentos de la India” junto al músico Carlos Gianni, Adriana de Cantando con Adriana y les integrantes de Loros Parlantes. En este show de música, narración y danza se presenta la historia de “AbueLITA cuéntame”, parte de “Los cuentos de India”.
India, representada por una “lora”, escucha a su abuela Lita contándole la historia de Clarita, su amiga de la infancia con Síndrome de Down. En el recreo nadie “le daba mucha bolilla” y todo cambió cuando se dieron cuenta de que era igual que elles.
También incluye las actuaciones de alumnes del taller municipal de discapacidad de Ramallo. Al finalizar, habrá un conversatorio conducido por los Loros Parlantes para charlar con los artistas y hablar de inclusión.
Nota al Pie dialogó con Adriana Tassotti, actriz y fundadora de la Asociación Civil Loros Parlantes, que promueve la comunicación e inclusión de personas con discapacidad. Poseen un programa de TV digital conducido por personas con Síndrome de Down y también participan en la TV Pública. Además, ofrecen distintos tipos de talleres, como de confianza, imagen personal, periodismo, autonomía, sexualidad y talleres para padres.
Darles confianza y voz a los “Loros Parlantes”
Hace muchos años Adriana Tassotti comenzó a trabajar con la actriz Ana María Giunta en temas de discapacidad. Con ella aprendió mucho: “Siempre me estimuló para que empezara a dar clases pero cuando falleció me quedé medio perdida. Empecé como voluntaria a trabajar con personas con discapacidad”.
Allí comenzó a notar que “había chicos que no estaban al frente en las escenas, algunos eran muy tímidos. Eso me hacía recordar a que cuando yo era chica también era tímida”.
En 2017, decidió armar un Taller de Confianza. En un comienzo lo hacía en un bar al que asistían 9 chiques, junto con 2 voluntarias. Los ayudaba a hablar con trabalenguas y charlas para que perdieran la vergüenza. “De a poquito esos 9 chicos empezaron a hablar. Al principio costaba mucho tirar un tema en la mesa y que empezaran a dialogar. Después era formidable porque todos querían hablar del amor, del miedo”, explicó.
Si bien el taller no lo anunciaba por ningún lado porque estaba sola y no podía recibir a tantas personas, cada vez había más asistentes. “Se fue multiplicando y en un momento eran más de 25 chicos. Se sumaron una psicóloga y una psicóloga social. Les enseñamos a presentarse, a saber qué es lo que los distinguía de todas las cosas que hacían”, comentó.
“Un día nos hicieron una entrevista en la radio y nos prometieron tener un programa ahí en la radio. Nos dio miedo pero dijimos que sí porque Loros es comunicación, es hablar. Nos fue muy bien, muchos actores y famosos se sumaron y nos empezaron a recomendar gente. Hicimos entrevistas formidables”, señaló.
Un espacio para la inclusión
Todo siguió creciendo y de la radio pasaron a la televisión. Tassotti le confesó a Nota al Pie que “con más de 50 loros participando, era tiempo de armar una ONG”. Hacer una entrevista lleva todo un trabajo que se articula con foniatría y psicopedagogía. “Nos dimos cuenta que gracias a todo esto se confluye lo que hacen en su casa con el programa”, agregó.
Tassotti contó además que “el programa de tele es la punta del iceberg, porque todo es el taller. Ya pasaron más de 50 loros, se van renovando también. Fijos hay unos 30, el resto va y viene. Lo bueno es que, a dónde van, llevan nuestro lema que nos identifica: “Por mil palabras y cero miedo. ¡Por más confianza, y yo puedo! Siempre adelante, Loros Parlantes”.
Según Tassotti, “Vero, una de nuestras loras, era muy tímida y cambió un montón, es una de las conductoras. En el colegio nos dicen los profesores que cuando sale algún tema dice yo puedo y lo hace. Ahora está aprendiendo a viajar sola, su mamá está muy feliz”.
“A veces son las familias las que tienen mucho miedo de dejar a sus hijos independizarse. Es muy importante la autonomía, les cambia la personalidad, por ejemplo cuando viajan solos libres de sus familias, también a las familias esto les sirve porque no tienen que estar llevándolos”.
“Hay varias historias de chicos que tenían miedo de viajar solos y ya están aprendiendo. También saben viajar hasta nuestra casona que está en Boedo. Empezaron a despertar ese deseo de viajar solos, de independizarse. En todas las actividades que realizamos tratamos de que los padres no participen así les dejan un espacio para que estén solos”, indicó.
Por más inclusión laboral
Desde la Asociación comenzaron a crear vínculos con otros espacios y preparlos para el mundo laboral. “Uno solo trabaja en la IGJ y cobra un sueldo digno. Otra chica desde hace un año trabaja de bachera en un bar, fue ella y pidió trabajar ahí pero de todos los integrantes nadie más trabaja”.
“Cuesta un montón que puedan conseguir trabajo. Las estadísticas dicen que 8 de cada 10 no tiene trabajo y nuestro sueño es que puedan hacerlo. Por eso ahora estamos fortaleciéndolos. Este año comenzamos con talleres de estímulos. Si se aprende a tener un buen vínculo de adultos, después será un mejor vínculo laboral, aprender a relacionarse con las personas, desenvolverse. También estamos empezando a tejer redes para poder incluirlos en algún trabajo. Ese es su deseo, porque lo más importante es que ellos tienen ganas de hacer cosas”, indicó la fundadora de Loros Parlantes en diálogo con Nota al Pie.
Por último, para Tassotti “cuando se incluye se ayuda muchísimo, y además de rebote te hace bien. Cuando uno convive con una persona con discapacidad aprendes un montón, empezás a tener más paciencia, más templanza, ellos te enseñan. A mi los Loros me enseñaron que lo que importa es la esencia de cada persona”.