Este 24 de marzo se conmemora otro Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia, en honor a las víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar de nuestro país.
La fecha fue establecida en el año 2002 por la Ley de la Nación 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976”.
Las historias de las personas que desaparecieron durante ese período siguen vivas en el relato cotidiano. Actualmente, se registran 220 deportistas que fueron desaparecides en esos años que no volvieron a aparecer o fueron asesinades. Esa cifra fue registrada gracias al libro Deporte, Desaparecidos y Dictadura del periodista Gustavo Veiga.
Alicia Alfonsín, basquetbolista
Alicia Alfonsín fue la primera deportista desaparecida durante la dictadura. Era una de las mejores jugadores de básquet en el Club Deportivo y Social Colegiales. Militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES).
Tenía 16 años cuando fue vista por última vez junto a su pareja, Damián Cabandié, el 23 de noviembre de 1977. La mujer cursaba un embarazo de 5 meses al momento de la detención, que sucedió en su domicilio. Allí, aparecieron 10 hombres de civil que les secuestraron y se los llevaron en una camioneta.
El hijo de Alicia nació en el Casino de Oficiales de la Escuela Militar de la Armada (ESMA). Allí eran trasladadas todas las detenidas embarazadas para dar a luz y posteriormente ser separadas de sus hijes.
La joven compartió las primeras dos semanas junto a su bebé, al que llamó Juan, hasta que un oficial se lo retiró. El niño fue apropiado por la familia del policía Luis Falcó, quien luego fue condenado a 18 años de prisión por los delitos de retención y ocultamiento de un menor de 10 años, alteración de estado civil y falsedad ideológica por la adulteración de los documentos.
Juan Cabandié, quien es el actual ministro de Desarrollo Sostenible de la Nación, pudo restituir su identidad en enero de 2004, cuando descubrió su verdadero nombre y dejó de llamarse Mariano Falco. Un año antes, el joven se acercó voluntariamente a Abuelas de Plaza de Mayo y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) con dudas con respecto a su verdadera identidad. Sus madre y su padre continúan desaparecides.
Rodolfo Walsh, ajedrecista
Fue periodista, militante peronista y escritor de novelas. Durante la dictadura asumió el compromiso político de escribir sobre los acontecimientos que estaban sucediendo en la Argentina, y le dio vida a la Carta Abierta a la Junta Militar, que se publicó en 1977, a un año del comienzo de la dictadura. Dicho escrito le costó la vida, ya que fue detenido y fusilado por los militares el 25 de marzo de ese año en las cercanías de la Estación Entre Ríos del subte E, en Capital Federal, que ahora también lleva el nombre de Walsh.
Una de las partes más explícitas de su texto dice así: “El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron”.
Walsh también era ajedrecista. Se desempeñaba en el Club Estudiantes de La Plata. En 2019 se descubrió que fue socio de la institución gracias a que se encontró el legajo que el periodista firmó para afiliarse.
El caso del plantel de La Plata Rugby Club
Son 136 los rugbiers que desaparecieron durante el proceso militar. 20 de ellos se desempeñaron en La Plata Rugby Club, una histórica institución de la capital bonaerense que recién en 2006 colocó una placa en honor a sus jugadores detenidos y desaparecidos.
Cinco de ellos militaban en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), cuatro en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) y los demás en la UES, la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros.
Hernán Rocca; Pablo del Rivero; Hugo Lavalle; Abigail Attademo; Eduardo Navajas Jáuregui; Abel Vigo; Eduardo Merbilhaá; Marcelo Bettini; Alfredo Reboredo; Mario Mercader; Jorge Moura; Rodolfo Axat; Luis Munitis; Alejandro García Martegani; Pablo Balut; Otilio Pascua; Santiago Sánchez Viamonte; Enrique Sierra; Mariano Montequín y Julio Alvarez son las víctimas de dicho proceso que se desempeñaban en el club.
El único jugador de ese equipo que sobrevivió fue Raúl Barandiaran, quien colaboró con su testimonio para la elaboración del libro Los Silenciados, de Claudio Fava, que recolecta todas estas historias.