A horas del 47 aniversario del golpe de Estado más duro que atravesó Argentina, el trabajo de los medios de comunicación es punto de análisis. La intervención de la dictadura conocida como “Proceso de Reorganización Nacional” y el juego beneficioso de los periódicos fue central. Las fake news comenzaron años antes y la usina de desinformaciones las difundió aún más.
El 24 de marzo de 1976 se concretó un nuevo asalto al poder por parte de las juntas militares argentinas. Su llegada implicó siete años de persecuciones, torturas, muertes y dejó un saldo de 30 mil personas desaparecidas. Para sostenerlo, los medios tradicionales y hegemónicos jugaron un rol muy importante.
Su trabajo significó la justificación de los atroces crímenes, ocultar las miles de torturas y hasta difundir noticias falsas. Clarín, La Nación y La Razón aplicaron diversas lógicas, pero con objetivos similares. El libro de Eduardo Blaustein y Martín Zubieta Decíamos ayer (1998) recorrió la posición de los diarios.
Clarín evadió los temas más polémicos con la premisa de replicar las informaciones del Boletín Oficial. La Nación posó sus ojos en un aparente “proceso de reorganización” ante los “subversivos”. Y La Razón se plegó por completo al modelo impuesto por la dictadura. A su vez, la intervención de Télam también incidió en favor de las Fuerzas Armadas.
Las fake news más emblemáticas de la dictadura
El desembarco del coronel Rafael De Piano en la agencia Télam como interventor, en octubre de 1982, significó un golpe rotundo. El periodismo opositor a los militares o el medio de origen público quedaba reducido y la Junta Militar logró retocar noticias para cambiar por completo el sentido original.
Tras la movilización conocida como “Marcha por la Vida”, el 5 de octubre de 1982, desde Télam solicitaron realizar una publicación. El fotógrafo de la agencia, Jorge Sánchez, cubrió la marcha y captó una fotografía histórica. Sin embargo, De Piano se opuso y no se utilizó la foto indicada.
El retrato exhibió a una Madre de Plaza de Mayo contra el represor Carlos Enrique Gallone cuando intentaba llegar a dicha plaza. No obstante, las autoridades interventoras se inclinaron por una foto de Marcelo Ranea. Un fotograma que parecía mostrar una mujer abrazada a un militar. De este modo, Clarín utilizó una fotografía semejante y tituló: “Pacífica concentración en el centro”.
Asimismo, sucedió un hecho similar en otra de las noticias más impactantes de la época. El 4 de diciembre de 1976 La Razón y Clarín ratificaron que la militante Norma Arrostito había fallecido en un tiroteo en Lomas de Zamora.
Ahora bien, se trató de una fake news porque la balacera fue un montaje para desinformar. El objetivo fue sembrar el miedo ante el supuesto asesinato de la principal líder de la organización Montoneros. Ella, en realidad, estaba detenida en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y jamás se encontró su cuerpo.
El manual de la usina dedicada a difundir fake news
Hace algunos años atrás, las nuevas autoridades de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) hallaron un documento que explicaba su funcionamiento. A través de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), se implementó una Guía para el Planeamiento de Acción Psicológica “S”.
En este contexto, la SIDE realizó un trabajo que comenzó previo al golpe de Estado cuando inició la directiva del Consejo de Defensa en 1975. Su labor fue desarrollar la propaganda negra, la industria del rumor y los medios ocultos. Así, divulgó infinidad de fake news.
Los rumores, los slogans sin autoría, los chismes y noticias tendenciosas fueron elementos centrales. La comisión a favor de los medios, el uso de la radiodifusión y la propaganda subliminal en medios audiovisuales son otros de los grandes recursos que se utilizaron.
En consecuencia, la connivencia con los grandes diarios, radios y canales de televisión fue el punto de inicio para sostener su gobierno de facto.