En las últimas horas, salió a la luz una entrevista donde el conductor Luis Mino agredió a la periodista Luciana Peker. Esta situación de violencia simbólica al aire planteó la necesidad de pensar en la importancia de la perspectiva de género en los medios de comunicación.
“No hay libertad de expresión sí somos violentadas, hostigadas, disciplinadas”, escribió Peker. En un mensaje a través de sus redes sociales también agregó: “Mal atendidas”, haciendo énfasis en el insulto que recibió por parte de un oyente durante la entrevista.
Lo que los medios hacen: el mal momento de Luciana
El hecho ocurrió en Santa Fe, donde fue entrevistada por Mino, dueño de la radio Aire de Santa Fe. Allí, no solo fue interrumpida en numerosas ocasiones por el periodista, sino que se le pidió definiciones del feminismo sobre el caso de Lucio Dupuy, se argumentó que “no todos los hombres son iguales” y se leyeron mensajes en su contra.
A raíz de esto, la agrupación Periodistas Feministas de Santa Fe brindó un comunicado repudiando los hechos. “Lo sucedido en Aire de Santa Fe constituye un insulto, un agravio y una descalificación”, aseguraron.
Además, en el escrito presentado en sus redes sociales sostuvieron que “hemos presenciado una vez más el ataque de parte de un varón en un medio de comunicación”. Tambien aseguraron que la entrevista “derivó en una reacción negativa por parte del conductor frente a su discurso feminista”.
En cuanto a Mino, mencionaron que “no supo ni quiso escuchar a la entrevistada”. “La respuesta que obtenemos es la victimización de algunos varones que no están dispuestos a una reflexión franca sobre sus privilegios”, concluyeron.
Violencia simbólica como violencia de género
En los medios de comunicación se construye sentido, valores y conceptos. Esto lo podemos encontrar en comentarios sexistas por parte de conductores; en la invisibilización de la mujer en los mismos roles que los varones; la asociación de la mujer con los espacios íntimos y de cuidado y la reproducción de la imagen del cuerpo femenino hegemónico como único modelo.
Según el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, la violencia de género puede ser física, psicológica, sexual, económica y simbólica. A su vez, las modalidades, es decir las formas en que se manifiestan los distintos tipos, son: doméstica, institucional, laboral, obstétrica y mediática.
La violencia simbólica es aquella que reproduce mensajes o valores estereotipados que contribuyen a la desigualdad en las relaciones sociales y naturalizan la subordinación de la mujer. La violencia mediática, por su parte, es la modalidad en que estos mensajes se transmiten.
Para analizar estos escenarios lo primero que debe identificarse son los estereotipos de género, aquellas representaciones asignadas socialmente a cada género a través de características y roles como supuestos identitarios de varones o de mujeres.
La violencia contra las mujeres adquiere formas más o menos sofisticadas, pero las consecuencias son las mismas: eliminarlas de los espacios y silenciarlas. Además, las feministas explican que cuando se silencia a una mujer, en realidad, se está silenciando a todas, se está moralizando con el ejemplo.
La perspectiva de género como camino a la igualdad
Todo lo expuesto con anterioridad se acerca a la pregunta por la necesidad de la perspectiva de género en los medios. Teniendo en cuenta al género, no como una sección aislada que relata femicidios, sino como un eje transversal aplicado a todos los espacios.
Al respecto Marta Dillon, periodista de Página 12, sostiene que “sin perspectiva de género se reproduce un sistema de opresión que va en contra de los derechos humanos de más de la mitad de la población”. Además, asegura que “negar la existencia de las mujeres, lesbianas y otras identidades vulneradas por el patriarcado reproduce opresión y distorsiona lo que sucede cotidianamente”.
La perspectiva de género en la comunicación implica problematizar la asignación rígida de estereotipos, la cual impone límites al desarrollo pleno de cada persona. Asimismo, cuestiona la posición de desigualdad y subordinación de las mujeres y de otras identidades de género en relación a los varones.
En relación a ello, la diputada Silvana Micaela Ginocchio presentó un proyecto para aplicar la Ley Micaela a los medios de comunicación. La propuesta de la legisladora por Catamarca haría obligatoria la capacitación a todas las personas que se desempeñen en las distintas áreas de los medios de comunicación.
El proyecto tiene como objetivo “la formación, capacitación y sensibilización en la problemática de género y violencia”. Además, asegura que la capacitación “tiende a crear conciencia sobre la igualdad de género y prevenir todas las formas de violencia contra la mujer”.