El 28 de noviembre del año pasado, el ministro de Economía, Sergio Massa, y los secretarios de Comercio y Energía, Matías Tombolini y Flavia Royón, acordaron con las petroleras un importante compromiso de Precios Justos para controlar los aumentos en los combustibles y estabilizar la expectativa inflacionaria del país.
En este contexto, YPF confirmó un aumentó este jueves un 3,8% el precio de sus combustibles, es el último y cuarto incremento acordado con el Gobierno. El primero fue de 4% y se aplicó en diciembre, el segundo y el tercero fueron similares para enero y febrero.
El compromiso involucró a las compañías YPF, Shell, Axion y Puma, destinadas a ordenar el precio de los combustibles. Con el aumento, el precio promedio de la nafta súper en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de $163,10 a $169,30. En tanto, la nafta premium aumentó de $209,10 a $217, el diésel 500 saltó de $175,10 a $181,80 y el combustible diésel Infinia pasó de $250,50 a $259,90.
Desde YPF emitieron un comunicado explicando que estos compromisos se enmarcan “dentro de los compromisos asumidos que son de público conocimiento”. Además, aseguraron: “La medida contribuye a compensar la variación del tipo de cambio oficial, los mayores costos logísticos y de operación, y el aumento de precios de los biocombustibles”.
Por su parte, la empresa Raízen, licenciataria de la marca Shell, comunicó el miércoles que dispuso un aumento en los precios de los combustibles de un “3,8% promedio”, manteniéndose por debajo del 4% acordado.
¿Precios Justos?
La medida que buscaba controlar los precios de diferentes sectores de la economía parece no tener control, y desde el Gobierno buscan reforzar los distintos acuerdos. La medida que rige desde noviembre comprende consumo masivo, construcción, educación, textiles, medicamentos, entre otros y establecía una pauta de 3,2% mensual hasta junio del corriente año.
Minutos después de que se conociera el dato de la inflación de febrero, 6,6%, muy por encima de todo lo que preveían las proyecciones privadas, comenzaron las reuniones en el seno de les funcionaries del Ministerio de Economía. Esto dejó al país con un 102,5% de inflación anual.
Es que, en el esquema de Precios Justos, algunos grupos de productos habían tenido un salto de casi 10% (cuando el estipulado era de 3,2%) y encendió las alarmas. Si bien el Gobierno había reforzado los controles a principios de mes, se detectaron faltantes de carnes vacunas e incumplimiento de algunos precios.
Los números rojos
El pasado jueves, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) emitió un informe mensual acerca de la Canasta Básica y cuánto debería ganar una persona para no caer en la indigencia: $26.046, mientras que una familia de cuatro integrantes precisó $80.483. Para no caer bajo la línea de pobreza una persona requirió $57.302 y una familia de cuatro, $177.063.
Durante febrero, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que delimita la línea de indigencia, tuvo un aumento de 11,7%, mientras que el de la Canasta Básica Total (CBT), que marca la de pobreza, fue de 8,3%. Ambas crecieron por encima de la inflación (6,6%). Las variaciones de la CBA y de la CBT resultaron del 115,1% y 111,3% en términos interanuales, respectivamente.
El Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM) de febrero fue de $67.743. Una familia de cuatro personas con dos haberes mínimos se encontró en febrero $41.577 por debajo de la línea de pobreza.
Una batalla perdida
Meses atrás, el presidente, Alberto Fernández, había anunciado el comienzo de la guerra contra la inflación y nada estuvo más lejos que ganar esa “batalla”. El índice de febrero marcó 6,6% y el acumulado interanual 102,5% fue el máximo en los últimos 32 años.
Quien tomó la palabra después del dato fue la portavoz presidencial Gabriela Cerruti y admitió que “el dato de la inflación nos parece malísimo, no era lo esperado”. Además, aseguró que no hay ningún reproche de Fernández para Massa.
“El Gobierno entiende que se hace muy difícil la vida cotidiana, el estado de ánimo, y está comprometido a seguir avanzando”, agregó Cerruti, antes de apuntar que “los números de la macroeconomía hoy no indican que tuviera que haber estos niveles de inflación porque las variables están bajo control”.
Mientras el presidente se recupera de una hernia de disco lumbar diagnosticada esta semana, aún no emitió comunicación alguna respecto a los nuevos datos de la inflación.