En los últimos días, la muerte de una maestra por hantavirus en las cercanías de Bariloche volvió a señalar a los roedores como transmisores de diferentes enfermedades a los humanos.
Existen diferentes especies, las cuales pueden transmitir más de 35 enfermedades. Las de mayor incidencia son leptospirosis, hantavirus y salmonelosis. Nota al Pie consultó con el veterinario Dr. Oscar Brogna para conocer cuáles son y cómo prevenirlas.
¿Qué es el hantavirus?
El hantavirus es un virus que infecta diversas especies de roedores causándoles una enfermedad sin síntomas. Las personas pueden contagiarse por inhalación de partículas que provienen de de las heces, orina y saliva de roedores infectados. En algunos casos, la enfermedad puede llevar a la muerte.
Existen cinco genotipos diferentes de hantavirus que circulan en Argentina. “El que se encuentra en la zona de Neuquén, Rio Negro y Chubut, e incluso en Chile, es el Andes. Tiene la particularidad, además de transmitirse de los roedores al ser humano, de poder contagiarse de humano a humano”, explicó el Dr. Brogna. Este tipo de contagio ya se observó en el brote de hantavirosis en noviembre de 2019 en Epuyén, Chubut.
Se debe tener en cuenta que “hay variantes de hantavirus que se encuentran en otras zonas, como en la provincia de Buenos Aires. Allí se diagnostican de 20 a 25 casos todos los años, con una mortandad cercana al 30%”.
Especies de roedores que transmiten hantavirus
Cuando se habla de hantavirus en general se hace mención al ratón colilargo. “Se asocia la enfermedad con los ratones que aparecen en gran número en la zona de los lagos del sur. Esto como consecuencia de la floración de la caña colihue, como una especie de vida silvestre. También de la ausencia de los controladores naturales, como búhos, lechuzas y águilas, en cantidades adecuadas”, describió el veterinario.
“Entonces las personas no asocian la enfermedad a otras zonas y otros roedores. Con respecto a los ratones: dentro de los colilargos están el Oligoryzomys longicaudatus, el Oligoryzomys chacoensis y Oligoryzomys flavescens. El tema es que comúnmente se denomina colilargo al longicaudatus; el chacoensis se llama “colicorto chaqueño” y el flavescens “colicorto o colilargo menor”, explicó.
Además, el Dr. Brogna sostuvo que “si hablamos de colilargos puede llamar a confusión. Una persona puede pensar que el colicorto chaqueño no es un ‘colilargo’ y no tomar las medidas necesarias para evitar el contagio. Y además hay trabajos que indican que Rattus norvegicus, la rata gris común, también puede portar el hantavirus. Otras especies como Abrothrix olivaceus y Abrothrix longipilis, ratones de pelo largo, han resultado seropositivos”.
“Si hiciéramos hincapié por ejemplo que el ratón es de vida silvestre, no incluiríamos a los de hábitos periurbanos y domiciliarios. Se vieron en los casos de los alrededores de la ciudad de La Plata, por ejemplo”, indicó.
Por lo tanto, lo correcto es decir que “algunos tipos de ratas y ratones pueden transmitir el hantavirus a las personas. Como sólo con estudios especiales de laboratorio es posible saber si un ratón o una rata están infectados con hantavirus, se debe evitar el contacto con todos los tipos de ratones y ratas”, explicó Brogna.
Recomendaciones para evitar el contagio
En primer lugar, “los ratones y/o ratas encontrados sin vida deben rociarse con una solución de lavandina al 10%, dejar actuar 30 minutos y enterrar a 30 centímetros (de profundidad). No se deben mandar a analizar a menos que haya personas enfermas de hantavirus o con sintomatología compatible con la enfermedad”.
Además, el Dr. Brogna agregó que “es importante realizar actividades de difusión y educación, estimulando hábitos y prácticas para controlar la población de roedores. Evitar también factores que posibiliten la anidación, reproducción, alimentación e ingreso a los domicilios”.
Se deben sellar con materiales resistentes, como acero o cemento, todas las aberturas por donde puedan ingresar roedores. También hay que eliminar elementos en desuso que puedan servirles como refugio, realizar adecuada disposición de basura en recipientes cerrados con tapa y mantener alimentos almacenados en envases herméticos ayuda a que no se acerquen.
“Previo al ingreso de lugares que han permanecido cerrados, se recomienda ventilar por 30 minutos, abriendo puertas y ventanas. Como el virus se transmite principalmente a las vías respiratorias por las deyecciones de los roedores y se puede volatilizar con los polvos del ambiente cerrado, se debe rociar con solución de cloro para evitar la formación de aerosoles”, recomendó.
Leptospirosis: ¿qué es y cómo prevenirla?
La leptospirosis es una enfermedad causada por una bacteria que se transmite por la orina de roedores, perros, vacas, cerdos, caballos y animales silvestres. Afecta principalmente a los riñones, pero también puede provocar daños en otros órganos.
En los perros, la aparición de la enfermedad es de notificación obligatoria al Ministerio de Salud. “Cuando se encuentra un perro positivo, se debe analizar si los humanos y otros perros convivientes están enfermos o no”, mencionó el Dr. Brogna.
Al hablar de enfermedades transmitidas por roedores se tiene que tener en cuenta la posibilidad de contagio por un mal manejo de los alimentos. “Un ejemplo clásico son las latas de bebidas. Cuando dichas latas se encuentran en packs, el material que cubre la cara superior impide que los roedores que están en los depósitos la orinen. El problema es cuando las latas se sacan de ese envase secundario”, explicó.
Por eso, “nunca se debe tomar directamente poniendo los labios en la lata, hay que usar un sorbete o pasar el líquido a un vaso. Pero siempre hay que limpiar esa superficie antes de abrir la lata con una solución desinfectante. Si no se hace, al abrir la lata la tira que se abre con el anillo suele caer al interior de la misma y tomar contacto con el alimento, y cuando se ingiere el alimento se ingiere la orina de los roedores”, describió Brogna.
Esta “es una precaución que muy pocos toman en cuenta. Incluso en varias latas se incluye la leyenda de no beber directamente de la lata, pero por lo general eso no se lee o se ignora la advertencia”, finalizó el especialista.