En 2001, les periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubin propusieron al por entonces cardenal, Jorge Mario Bergolio, entrevistarlo para escribir un libro sobre su vida, su crianza, sus sueños, esperanzas y su forma de vivir la religión.
Fue en 2006 cuando el ahora papa Francisco aceptó la propuesta y durante dos años de reuniones y encuentros les comunicadores plasmaron su trabajo periodístico en un primer libro: El Jesuita. Automáticamente, la obra se convirtió en un best -seller mundial.
Casi dos décadas después, en 2023 llegó el segundo texto, El Pastor, con una visión más completa del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, quien fue electo el 13 de marzo de 2013, tras la renuncia del ex Papa Benedicto XVI.
Ese año comenzó la gestación de El Pastor, cuya realización llevó una década de investigación y entrevistas con el Santo Padre en Roma. El libro, publicado por la editorial Penguin en febrero de este año, tiene 19 capítulos y 352 páginas. La lucha contra ciertos abusos sexuales dentro de la Iglesia, su visita a Argentina y las finanzas en el Vaticano son algunos de los ítems que reposan en el texto.
La aventura de mostrar el lado B del Santo Padre
Una de les artífices de El Pastor, Francesca Ambrogetti, es una periodista y psicóloga italiana radicada en Argentina desde hace más de 30 años. Comenzó su carrera en la agencia de noticias Ansa. Además, fue presidenta de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Argentina entre 2000 y 2003.
Nota al Pie conversó con la autora sobre su más reciente trabajo destinado a difundir las declaraciones reveladoras del Papa Francisco.
En 2001 junto a Sergio Rubin, usted escribió “El Jesuita”. En ese entonces Bergoglio fue reacio a conceder entrevistas, ¿cómo transitaron la situación?
La idea surgió cuando fui presidenta de los Corresponsales Extranjeros en Argentina. Consideramos invitar a una charla a Bergoglio, en ese momento era cardenal, porque era un año difícil con el estallido del corralito y era positivo tener una referente de la Iglesia para dar su parecer.
Él fue renuente a encuentros con la prensa, dijo que no le gustaba hablar con los periodistas porque no confiaba mucho, pero finalmente accedió. En parte ayudó que su vocero me conocía y mis hijas habían ido a una peregrinación en Roma.
Al conocerlo, llamó la atención su sencillez, ese don marcado por la escucha que no suele darse en encuentros con personalidades de su nivel. Deslumbró su amplia cultura y su visión de lo que era la iglesia en Argentina y en el mundo. Eso se convirtió en un disparador para investigar un poco más de su vida.
La idea de escribir El Jesuita nació en un momento en que no se pensaba que sería el Papa Francisco. En ese entonces, la enfermedad del ex Papa Juan Pablo II era conocida mundialmente y no dudé en preguntarle cómo creía que sería el nuevo Papa. Contestó con seguridad absoluta: “Un pastor”. Esa respuesta fue como una señal premonitoria, anunciando que sería el nuevo Papa de la Iglesia.
Les resultó complicado que el Papa accediera a la creación del libro, ¿cómo lograron convencerlo?
Fuimos muy pacientes. En 2006 nos reunimos para que aceptase. Hasta ese momento era cardenal, y no dijo ni que sí ni que no. Seguimos insistiendo, hasta que nos proporcionó una serie de documentos que había publicado para que hiciéramos lo que quisiéramos. Ante eso, dijimos que no servía mucho porque era como pegar frases unas con otras. Nos dio la razón, pero aún así no lográbamos nuestro objetivo.
Luego le preguntamos qué había querido decir su frase “hay que transitar la paciencia”, y a partir de eso comenzó a contestar. Sacamos las grabadoras y empezó un diálogo enriquecedor. Nos preguntó: “¿Ustedes están seguros de que esto servirá de algo”
Luego continuaron con “El Pastor” que refleja la etapa del Pontificado de Francisco…
Inicialmente quisimos llamarlo El Jesuita II, aprovechando que como cardenal, faltaba poco para su retiro en una casa de reposo para sacerdotes, pero jamás imaginamos que esto no pasaría. Cuando llegó el 13 de marzo de 2013 continuamos con el proyecto y, como sabía de nuestra persistencia, dio el sí enseguida.
Tuvieron que hacer muchos viajes a Roma, ¿cómo fue esa experiencia?
Nos encontramos una vez por año y aprovechamos esos viajes por otros motivos, personales y de trabajo. Nos reunimos varias veces en una sala en su casa en Santa Marta, similar a la sala del Arzobispado en Buenos Aires. Allí nos habló con la misma confianza, pero esa vez tocamos cosas pendientes. Empezamos con un test de preguntas y jamás se negó a responder.
En uno de los capítulos, el Papa habló sin tapujos sobre el manejo de las finanzas en el Vaticano.
Sí, nos contó de todos los pasos que estaba dando para encarar esas cosas que le preocupaban muchísimo sobre la transparencia de las finanzas vaticanas. Manifestó que el dinero “es una tentación fuerte, y en la Iglesia esto lamentablemente pasó. Para decirlo de un modo llano, en el IOR (Instituto para las Obras de Religión) tuve que cortar cabezas”.
En el libro hay una reseña de todo lo que se hizo, muy bien detallada año por año. Había hecho todo lo posible por corregir errores.
Respecto a los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica, ¿cuál fue su reacción?
Sobre eso hay dos capítulos extensos. Francisco expresó que, evidentemente, era imposible de evitar absolutamente todo, pero que quería que estuvieran los mecanismos para detectar y prevenir.
También agregó que “no solo es un delito grave, cuyo daño es irreparable y obviamente demanda una severa condena”. El proceso (para combatirlo) que se inició dentro la Iglesia antes de su elección está teniendo resultado.
¿Cómo es posible que en estos diez años el Papa no visitara Argentina?
Reitero que el propósito de viajar sigue vigente. Lo que más quiere es volver, pero debe encontrar el momento oportuno porque quiere que éste viaje sea para la unión de los argentinos. Quiero remarcar que forma parte de su personalidad, postergar lo que más quiere.
Anunció su renuncia de una manera muy congruente.
Aseveró que su renuncia ya está firmada y está en un cajón. Manifestó: “Por si padezco una enfermedad que me impida continuar. No le tengo miedo a la muerte. No sé si por inconsciencia o porque sencillamente no me lo planteo. Eso sí, le pido al Señor que cuando me llegue la hora lo que me ocurra no me duela”.
¿Cuál fue la reacción del Papa al tener “El Pastor” en sus manos?
Ya lo tiene, sabemos que le gustó mucho la portada y el contenido.