En agosto de 2022, el ex subteniente Martín Sánchez Zinny fue condenado a prisión perpetua por secuestrar, desaparecer y asesinar personas durante la última dictadura cívico militar. Los hechos tuvieron lugar cuando desempeñaba sus funciones en el Regimiento de Infantería 6 de Mercedes (RIM 6). Sin embargo, recientemente el Tribunal Oral Federal 2 de la Ciudad de Buenos Aires otorgó a Sánchez Zinny el beneficio de prisión domiciliaria, así como también salidas recreativas los fines de semana.
Bárbara García es hija de Rocío Ángela Martínez Borbolla, quien fue desaparecida por un grupo del cual se comprobó que Sánchez Zinny fue parte. Con ella dialogó con Nota al Pie para ampliar y conocer más detalles sobre el caso.
Al respecto, García explicó que el represor había “pedido en septiembre tener salidas de esparcimiento con su hijo con autismo”. Y agregó: “El tipo tiene siete hijos mayores que su hijo, que también es adulto”.
La resolución, a partir de la cual los jueces Jorge Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu le otorgaron salidas transitorias, dictó: “Mantener las salidas concedidas el 19 de marzo de 2020 en el marco del presente incidente a Martín Eduardo Sánchez Zinny a fin de que realice caminatas junto a su hijo Nicolás”.
En esa misma línea, el fallo indicó que “se dispuso que dichas salidas tengan lugar de la siguiente manera: dos veces por día, mañana y tarde, con un máximo de cincuenta minutos por caminata, en los alrededores del Hipódromo de San Isidro, solamente los días sábados, domingos y feriados”.
En este sentido, García desarrolló: “La Fiscalía y mi defensa, Pablo Llonto, plantearon que Nicolás puede salir perfectamente con un acompañante terapéutico de un hermano u otro familiar, pero Sanchez Zinny dice que es la única persona a cargo”. Tanto ella, como su hermano Camilo, se encuentran en alerta porque el genocida que intentó matarles está, prácticamente, suelto.
¿Se consiguió justicia?
Bárbara y Camilo fueron dos de les querellantes que llevaron a juicio a Sánchez Zinny y otros miembros de RIM 6 de Mercedes. Durante el proceso, les hermanes García lo reconocieron como uno de les integrantes de la patota que entró a su casa a la fuerza y secuestró a su mamá Rocío y a su compañero. En ese momento, Bárbara tenía 9 años y Camilo 4 y hasta el día de hoy recuerdan como el represor les apuntó con un fusil y les amenazó de muerte.
Durante el juicio iniciado en diciembre del 2021, se investigaron privaciones ilegales de la libertad, tormentos y homicidios cometidos entre marzo y julio de 1976. Las vejaciones fueron perpetradas contra 37 personas, de las cuales ocho fueron asesinadas o permanecen desaparecidas. En agosto del año pasado, Sánchez Zinny fue condenado a prisión perpetua, junto a Emilio Morello y Horacio Linari, por los jueces Javier Ríos, Jorge Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu.
Sin embargo, unos meses después, el represor fue beneficiado con la prisión domiciliaria, tras encontrar la excusa perfecta: debía hacerse cargo de su octavo hijo -ya adulto- que está diagnosticado con discapacidades del desarrollo.
Así, durante la pandemia, Sánchez Zinny solicitó permiso para realizar “salidas diarias de dos horas y media de duración fuera de su domicilio”. Estas últimas, con el objetivo de suplir algunos tratamientos que “Nicolás” había perdido por la cuarentena por Covid-19. Fue en ese marco, que se le permitió salir de lunes a viernes durante dos horas y los fines de semana otras dos horas y media, sin monitoreo.
El abogado representante de les García, Pablo Llonto, exigió al Tribunal fijar una audiencia con les querellantes para “exponer sus preocupaciones y riesgos personales que derivarían de la situación actual de alguno de los imputados de esta causa”. No obstante, todavía no se realizó.
El testimonio de Bárbara
Respecto a la definición de los jueces Gorini y Uriburu, que sostiene las salidas transitorias para el represor durante los fines de semana, Bárbara denunció: “Tengo impotencia de una Justicia que no es justa”.
En ese contexto, expresó: “Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que un asesino no es la persona indicada para cuidar a nadie”. Y agregó: “Un asesino no puede estar caminando, vivito y coleando a la mañana y a la tarde por el Hipódromo de San Isidro”.
“Hablame de justicia, háblame de un tipo que lo condenan a perpetua porque lo consideran asesino, porque mató de siete balazos en la cabeza, secuestró y mató a mi madre y a su compañero, nos quiso matar a mí y a mi hermano Camilo”, señaló la querellante.
Además, contó que durante la lectura de la sentencia, Sánchez Zinny pidió decir unas palabras. “Con otras palabras lo que dijo fue ‘por eso tenía que matarlos, porque estos hijos llevan la sangre de sus padres que son guerrilleros‘”, recordó indignada.