Durante el mes de marzo, los miércoles a las 20 hs , se podrá disfrutar en el Teatro El Extranjero una obra dedicada al amor y a la perseverancia entre un matrimonio de tantos años. Else y Henry es una novela teatral escrita y dirigida por la española Puy Navarro.
Else y Henry, un matrimonio que no se rinde
La historia de Else (Silvina Katz) y Henry (Marcelo Pozzi) comienza en su casa de Río Piedras, Puerto Rico. Else se entera de que tiene una enfermedad de carácter terminal y su tratamiento es muy fuerte.
Sin embargo, tiene la decisión de terminar con el sufrimiento que habita dentro de ella, pero Henry no quiere quedarse de brazos cruzados y lucha por su mujer. Incluso, el doctor de la familia les revela un nuevo tratamiento que puede alargar la vida de la protagonista hasta que se pueda hallar una cura. Pero, para ello, Else necesita un trasplante.
Nota al Pie dialogó con los responsables de interpretar y dar vida a los personajes principales, Silvina Katz y Marcelo Pozzi, quienes relataron lo que fue la obra y la historia para elles.
¿Qué significa para ambos llevar a cabo los personajes de Else y Henry?
Silvina Katz: Else me da mucho sentido, me conecta con disfrutar la vida, es paradójico porque ella se está muriendo con una enfermedad que la tiene a mal traer, con tratamientos cruentos que le impiden saborear la vida. Ella nos trae la pregunta, ¿eso es una vida digna? ¿Tiene sentido tanto sufrimiento? ¿Uno es libre de elegir no vivir más así? Aún con una pareja que lo da todo por vos, con todo su amor, verlo atado a una situación de sostén permanente. Como actriz uno de los personajes más lindos que he vivido.
Marcelo Pozzi: Siempre quise contar desde la actuación una historia de amor; a los 60 años recién cumplidos recibo este regalo. Else y Henry se aman desde el día que se conocieron como yo me enamoré de esta hermosa obra desde el primer día en que la leí.
¿Qué sintieron cuando tuvieron que hacerlos por primera vez en los ensayos siendo una historia tan emotiva?
SK: Mucha conexión con mis compañeros, las emociones que aborda la obra, el amor y la muerte son dos grandes hitos que a todos nos atraviesan. Desde la primera lectura entramos con toda la carne al asador.
MP: Una profunda emoción, creo recordar que confirmé mi deseo de ser parte de este proyecto cuando la miré por primera vez a Silvina como Else y sentí que entre los dos había algo muy potente.
¿Qué reacción perciben de los espectadores desde el escenario?
SK: Percibo el camino de sensibilización honda que hacen los espectadores, acompañando el viaje de emociones diversas que propone la obra, como tiene una estructura fragmentada y recorre del dolor al erotismo, a la ternura y al sufrimiento. La gente entra sin defensas, es potente sentir esa comunicación a tres bandas con esta obra.
MP: En un principio se nos convocó para una lectura dramatizada de dos funciones y lo que ocurrió con el público fue increíble. La gente salía conmovida, nos contaban cosas de sus vidas, nos quedamos con ganas de completarla y por suerte ocurrió. En las funciones de este año sigue sucediendo esa misma magia entre el público y el elenco.
Sin spoilear, ¿Henry logra salvarle la vida a su amor o qué sienten que harían ustedes ante un caso así?
SK: Creo que la salva, la defiende hasta el último instante, salvan el amor, qué hermoso un amor así, muy Romeo y Julieta ya mayores. Pero incluso, también qué egoísta puede leerse este amor, eso de querer al otro para uno solo, porque desde la perspectiva de otros personajes de la obra, el hijo por ejemplo, esto no es un final feliz.
MP: Prefiero pensar que el amor es el que salva porque sucede a pesar de nuestro egoísmo. No sé qué haría, pero sin duda voy a tener muy presente esta historia al momento de tomar una decisión.